Te Amaré/Javier Peña.

Capítulo 19: Addicted to you.

Dedicado a Aranpascal feliz cumpleaños atrasado hermosa💜💜💜💜💜🎂🎂🎂 que tengas una hermosa vuelta del sol 💓💓💓

"Debe ser el perfume que usas, el agua con la que te bañas

Pero cada cosita que haces a mí me parece una hazaña

Me besaste esa noche como si fuera el último día de tu boca

.....

Son tus ojos marrones y esa veta verdosa

Es tu cara de niño y esa risa nerviosa

...."

Nina suspiró al sentir sus dedos gruesos, por su entrepierna, abriendo sus labios menores, Javier deslizó su bigote por su humedad, haciéndola jadear, ella se aferró a su pelo, suspirando.

--Me va a encantar estar casada contigo, Javi, que marido tan fogoso voy a tener.

--Y yo tendré a la esposa más hermosa, deliciosa y talentosa...

Nina soltó un poco de líquido, para luego gemir agudo, lo cual, causó que Javier se despojara de su cinturón, para abrir el cierre de su pantalón. La chica entonces suplicó con una mirada candente.

--Quiero que me cojas, Javier.

--¿Qué te coja duro?-consultó mirándola con sus pupilas de fuego.

--Sí, ya que seré tu mujer, quiero que me muestres como cogías antes...antes de conocerme.

Javier comprendió a lo que refería y lejos de enojarse por su petición, agregó.

--No seré gentil contigo, chiquita, no voy a detenerme, no haré caso a tus indicaciones.

--Creo que estoy lista para esto.

Bajó su ropa, desabotonó su camisa, mientras Nina se despojaba del vestido.

--Good girl...

Desprendió su corpiño y recorrió la concavidad de sus pechos, saboreándolos con lentitud, con apetito.

--Tenías hambre, eh.-murmuró Nina.

--De ti, siempre, princesita.

--Me tienes húmeda, Javi.

--Hey, tranquila, después estarás pidiendo auxilio.

Javier soltó un pezón y notó que su glande palpitaba, Nina le alcanzó un preservativo y susurró.

--Fóllame Javi.

Acomodó el látex en su miembro y antes de entrar en la chica, la besó, haciéndole cosquillas con su bigote, Nina lo recibió, rodeando su cuello y abrazándolo con sus piernas.

--Ay papito...

--¿Estás preparada, chiquita?

--Sí, creo que sí...

Y la embistió con fuerza, llegando hasta el fondo, a Nina le dolió un poco, pero no ese dolor que te hace daño, era distinto. Quería seguir sintiendo como punzaba su interior, al son de sus gemidos roncos, mientras la besaba, mordisqueando su mentón, sus labios, sus hombros.

--¿Te gusta duro? ¿Eh? Quiero oírte preciosa.

--Sí, me gusta...me encanta.

--No te escuchó.