Luego de la muerte de su amigo el coronel Horacio Carrillo, Javier Peña sumido en la búsqueda por acabar con Escobar, cede a colaborar con los Pepes.
A partir de este hecho, regresando a Medellín conoce a Nina García, una joven que Javier ya tiene...
Javier llegó puntual, vestido lo más de civil que pudo lograr y se estacionó afuera de esa pensión de color blanco. Nina apareció vestida con un vestido corto y de mangas largas color rojo que hacía juego con su piel y sus ojos color ámbar. La saludó con dos besos en la mejilla, Leonor preguntó.
--¿Y quién eres tú?
--Un amigo de Nina.
--¿El que te llama todos los días?
--Sí, mi niña, el que me llama todos los días.
Subieron al auto y llegaron a un cine, algo más apartado del centro de Medellín, en un barrio más seguro. Javier vestía una camisa a cuadros y su chaqueta negra, con un pantalón marrón muy ajustado. Nina lo observaba, como queriendo abrazarlo, pero conteniéndose. En el fondo, los dos se devoraban con la mirada y sin decir palabra. Al agente aún le resonaban las palabras de Gaby: "Ella espera a un príncipe azul y tú no lo eres".
No sabía como descubrir realmente que quería ella, ni cómo descifrar si aceptaba salir con él por gratitud, protección o porque realmente lo quería como algo más que un amigo. En la boletería, Javier vio una película sobre irlandeses en el Oeste y a Nina también le gustó, pero Leonor apuntó una para niños, de dibujos animados.
--Quiero ver esa, Nina.
--¿Aladdin?
Nina le hizo un gesto a Javier, a pesar de que los dos hubiesen querido ver una de Tom Cruise y Nicole Kidman, finalmente el agente compró tres boletos para la película que Leonor escogió.
--Lo siento, Javi, no tenía con quien dejarla.-susurró, mientras Leonor pasó a buscar sus palomitas.
--Tranquila, puedo dormir mientras ustedes ven la película.
--¿Leíste Las Mil y Una Noches?...
--Cuando muy niño ¿Y tú?
--Es uno de mis libros favoritos, mi papá siempre me lo leía antes de dormir.
--Entonces, la vas a disfrutar.
Javier se sonrío y ayudó a llevar sus palomitas a Leonor. La niña se sentó en el lado del pasillo, dejando que los dos quedaran juntos. Le guiñó un ojo a Nina y ella se río. Javier trató de dormir, pero los colores llamaban su atención, Nina al principio estaba con la misma actitud, pero después, su atención se centró en la trama. Cuando, el personaje de la princesa apareció en escena, Javier se impresionó, era como ver a Nina pero convertida en una caricatura. Se acercó a ella y murmuró, percibiendo el aroma de su cuello.
--Eres tú.
--No, ella es preciosa, yo soy normal.
--Eres hermosa.-agregó, clavándole una mirada embriagada, la quiso besar, pero no pudo.
