Cap- 19

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Me quedé atónita, un tío había ofrecido 10 millones de dólares por mí. ¡Carajo! Seguro era otro viejo verde.

Los presentes volvieron a hacer un gran silencio, a lo que yo luego de unos silenciosos segundos proseguí a hablar.

—¡Bueno queridos, me han rentado por una noche por 10 millones de dólares! —Anuncié con una falsa sonrisa, aún no sabía quién era el viejo verde que me había rentado.

Y pasado unos segundos, la música estaba presente en la gran mansión

—¡Oye española! ¿Qué ha sido eso? —Él estúpido de Jacob de un momento a otro estaba frente a mí.

Corrí un mechón de mi cabello y lo puse detrás de mí oreja, para luego dejar una pequeña sonrisa coqueta.

—Guapo soy una española que necesita atención y grábate esto —Dicho esto pasé uno de mis dedos por su pecho delicada y suavemente descendiendo—, no le caigo a ningún hombre atrás. —Luego guiñé uno de mis ojos y proseguí a recoger mi cartera para retirarme de aquella fiesta, tenía que huir de aquel viejo verde por dios.

Mientras caminaba en dirección a la salida del lugar, sentí como las miradas me comían con los ojos y no era de extrañarse si había formado un show hace tan solo minutos.

Ya fuera de la mansión, me quedé atónita al ver que estaba justo en el fin del mundo, la mansión estaba fuera de la ciudad y rodeada de árboles, con la carretera súper solotaria, sin taxis ni nada, todos habían venido en autos y ya eran las dos de la mañana, el lugar perfecto para que un asesino en serie me matara, estas cosas solo me pasan a mi.

—¡Soy una idiota! —Grité histérica.

Y pues, si era una idiota, estaba empapada en agua, ebria, sin dinero y descalza en un lugar que apenas conocía.

Pero para mí mala suerte, me entró una llamada de un número desconocido, dudé unos segundos en responder, pero ¿Qué otra cosa peor me podría pasar? Así que al segundo tono respondí.

—Aló

—Te estoy esperando en el parqueo, el jefe quiere que cumplas tu palabra —Me quedé perpleja al escuchar aquello, reí a carcajadas y volví a dirigirme a aquel hombre cuya voz daba miedo.

—Querido, creo que se equivocó de número... —Pero entonces recordé aquel show de antes y que un viejo verde me había rentado, a lo que me quedé pálida.

—Las mujeres como tú acostumbran a hacerse las difíciles, el jefe no tiene tiempo para bromas, acaba de venir, te lo aconsejo.

Seguido de esto, me colgó, a lo que yo trague saliva, el estar ebria no me impedía tener algo de miedo, antes semejante llamada y lo que creí una amenaza sino me presentaba cuanto antes a esas personas. ¡En que carajos me había metido!

Mordí mi labio inferior y pues solo trate de pensar en que al menos ganaría 10 millones de dólares y eso es una buena plasta. Entonces proseguí en ir al parqueo, donde enseguida vi un carro lujoso negro que me esperaba. Al llegar unos tipos vestidos del mismo color me guiaron al interior del auto y yo me monté, seguido de esto el auto arrancó.

Estaba nerviosa y con mucho miedo, pues no me fiaba de esa gente, capaz y fueran traficantes de personas, pues su aspecto indicaban que pertenecían a la mafia. Entonces, intenté hacerme la dura a pesar de mi borrachera.

—Tíos y, ¿Cómo tendré certeza de que su querido jefe me pagará los 10 millones de dólares? —intenté mirarlos a los ojos, pero estos solo parecían maniquís con gafas.

Suspiré al no tener respuesta y decidí hacer otra pregunta.

—¿Al menos tienen algo de Alcohol? —Si iba a acostarme con ese viejo verde, tenia que estar segura que estaba muy ebria.

El Placer de una Lágrima[Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora