CAPÍTULO 11

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Harry:

-Denme un momento, ya vuelvo.- Todo el tiempo en el gran comedor me la había pasado intentando con todas mis fuerzas no mirar la mesa de Slytherin, pero sentía los ojos de cierto rubio fijos en mi, aún más cuando me levanté.

Caminé a paso rápido hasta que llegue a la punta de la mesa. Me senté al lado de Dean, sentía como Draco me penetraba con la mirada, di toda mi fuerza de voluntad para no alzar la vista y mirarlo.

-Dean, amigo. ¿Estás bien?- Este cada vez sollozaba más fuerte, se apoyó en mi hombro, yo se lo permití. -¿Puedo ayudarte en algo?-El negó con la cabeza, sus lagrima rodaban por mi pecho y se esfumaban en mi pantalón.

No sabía que hacer, era terriblemente malo consolando gente, daba vergüenza. En un intento porque se sintiera mejor, le rodeé los hombros con un brazo. Comparé los contactos, con nadie me sentía tan bien como con Draco... Draco. Decidí alzar la vista, sin embargo cuando lo busqué, ya no estaba.

A lo lejos vi que Seamus, el mejor amigo de Dean llegaba corriendo. Antes de que pudiera decir nada, sentí como alguien me agarraba de la muñeca, muy fuertemente.

-Potter.- Draco pareció escupir lo que decía- Ven un momento.-sonaba enojado. Seamus ya había tomado mi papel y estaba consolando a su amigo, ni siquiera se había percatado de la presencia del Slytherin. No tenía opción.

Me levanté, estábamos al lado de la salida y Draco cada vez me agarraba más fuerte, no me dijo nada, pero no me soltó. Llegamos a un aula vacía, de nuevo.

-¡Bésame!- Draco gritó.

-¿Qu-

Me había tomado por la cintura, sentía como sus dedos se apretaban cada vez más en mi. Me sentí como si estuviera soñando.

-Bésame, Harry. Bésame.- Susurró. Yo no sabia que estaba pasando, pero aún así lo tomé del pelo, estábamos muy cerca, su nariz me hacía cosquillas, nuestros cuerpos estaban juntos. Sentía su fresco aliento y su agitada respiración, cada vez se aceleraba más.

-Tu... Tu me dijiste que esto no podía ser.- Susurré también yo. Él me estaba mirando a los ojos, pero los cerró.

-No puedo permitir que te vayas con ese maldito estúpido. Bésame, Harry... Por favor.- Hablaba como si estuviese enojado, pero en realidad parecía perdido. No podía soportarlo más, o lo besaba o me apartaba, pero no podía estar así más tiempo.

Dos semanas castigados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora