CAPÍTULO 7

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...

La profesora esperaba a los dos jóvenes en el salón. Una vez llegaron, ella se retiró, volvieron a quedar solos.

Llevaban casi una hora limpiando archivos, Draco estaba harto, pero escuchó un suave y familiar sonido. La inconfundible melodía de la Snitch al agitar sus alas, ¿Pero de dónde salía?

Se volteó para ver si su acompañante también lo había oído.

Draco:

-¿De donde has sacado una snitch?- Harry estaba jugando distraídamente con la pequeña pelota.

-Hermione me la regaló un día, en un frasco- Alzó los hombros restándole importancia.

-¿Puedo verla?- Asintió y me la pasó.

La analicé un momento, luego la alcé en el aire y elevé mis cejas, lo estaba retando.

-¿Asustado, Potter? -Dije burlón. El sonrió.

-Ni un poco.

Nos paramos al mismo tiempo, yo dejé de apretar la pelota, me pareció verla volando en una esquina.

Potter se había montado en una mesa que había cerca, comenzó a saltar de una en una, persiguiendo la snitch, yo hice lo mismo del otro lado.

Dimos unas cuantas vueltas, hasta que en un preciso momento, la pelota dorada pareció quedarse quieta, justo en medio de donde nos encontrábamos nosotros dos, ambos montados en una mesa. Si no era ahora, no era nunca. Me lancé y alcancé a ver de reojo que él también lo hacía. Oh no.

Auch, me dolía el brazo, pero ni siquiera me había dado cuenta, estaba en algo parecido al shock. Harry estaba debajo mío, estábamos en una posición parecida a un abrazo. Podía sentir su cálida piel contra mi, me estremecí. No me había dado cuenta que había logrado atrapar la snitch.

-Malfoy...-Susurró. Su labio estaba literalmente pegado a mi oreja. Me odié por eso, pero me sentí duro- ¿Has atrapado la snitch?

¿Que importancia tenía ahora? En mucho tiempo, había estado tan desanimado que no quería nada. Ahora por primera vez, sí que quería algo, quería tocarlo...

-Mjm. Después de todo, sigo siendo mejor que tú, Potter.- Susurré también, contra su oreja. Vi que se estremecía ¿Tal vez no era yo el único que tenía esta extraña sensación?

No se cuando, sólo sentí su mano contra la mía, intentando arrebatarme la snitch; se sentía demasiado bien tenerlo cerca.

Comenzamos a dar vueltas por el piso, Potter estaba riendo, a mi se me contagió, en algún momento logró arrebatarme la pelota. De nuevo, no era consciente de nada, sólo sabía que Harry estaba sentado a horcajadas sobre mi; me mostraba como había atrapado la snitch. No pude resistirlo...

Harry:

Estaba extrañamente feliz, no podía parar de reír. Me sentía muy... bien.

Le mostraba a Malfoy la snitch; sabía que él la había atrapado primero, pero no importaba. De repente, sentí sus manos, me había tomado de la cintura. Mierda, pensé.  Malfoy se veía demasiado Perfecto.

De la nada, fui consciente de la posición en la que nos encontrábamos, joder. Sabía que debía apartarme, pero aún así no lo hice. Me quede unos segundos observándolo, él me estaba mirando fijamente.

¿Como la nariz de alguien podía ser tan respingada? Su perfil era literalmente Perfecto. Sus ojos eran los más hermosos que jamás hubiese visto, tenían el color de la plata fundida. Bajé la mirada a sus labios, eran finos y se veían muy ¿besables? Y su pelo... tan Perfecto. Me daban ganas de desordenarlo, mis manos parecieron moverse solas.

Lo tomé del pelo, sentí como clavaba sus dedos en mi cintura.

Draco, repentinamente cambió de posición, me hizo levantar y me puso contra una pared. Yo era apenas conciente de lo que hacía...

Seguía agarrándolo del pelo, él tenía una mano en mi cintura, con la otra me había tomado por la nuca. Nuestras narices se rozaban, nuestros cuerpos estaban totalmente juntos. Sentí algo duro rozándome la entrepierna ¿Que estaba haciendo?

Sacudí la cabeza y me separé de Draco. Estaba enloqueciendo. El también pareció haberse percatado de lo que hacíamos, porque se alejó a grandes zancadas y continuó limpiando, parecía muy agitado, su respiración aún estaba acelerada. Yo sentía mi corazón bombeando sangre mucho más rápido de lo normal; debía tranquilizarme. Le di la espalda y continué limpiando. El silencio esta vez si que era algo incómodo.

Dos semanas castigados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora