I may not always love you - Juantin

Capítulo 6

Martin:

Esta semana ha sido súper ajetreada. No he parado de ir a premiers, al rodaje, a alfombras rojas...

También me he sentido muy solo en casa, ya que Rus no vuelve hasta mañana por la tarde. Pero eso me ha servido para centrarme en mí y poner todo un poco en orden.

Respecto con Juanjo... He hablado con él unas pocas veces por mensaje y nos hemos cruzado otro par por el edificio. No le ha vuelto a dar me gusta a ninguna de mis historias. Por lo que yo a las suyas tampoco, aunque no sube mucho, de todas formas.
Sigo sintiendo ese revoltijo cada vez que lo veo y, siendo sincero, cada vez se suelta más conmigo. Eso me gusta.

De repente me suena el teléfono. Lo cojo de mi bolsillo para ver quien es. Es Kiki. Se lo cojo mientras sigo haciéndome la cena.

—Maaartssss, mi vida. ¿Te acuerdas de Lucas? El urugayo. Pues me ha invitado a una fiesta que hace en su casa este finde y me ha dicho que invite a quien quiera. Así que no acepto un no por respuesta. Ya he llamado a Rus y ha dicho que sí.— dice atropelladamente.
—No tengo otra opción, así que pues vale.— digo, resoplando. Porque se que no me va a dejar en paz hasta que acepte.

Escucho un grito al otro lado de la línea.
—¡ERES EL MEJOR! Lucas me ha dicho que también va Juanjo y sus amigos. El chico ese que conocías.
—Se quien es Kiki.
—Claro que sabes quien es ¿eh?.— me dice, soltando una risita.
—¿Y esa risa?
—Nada nada. Cosas mías, que observé el día de la cafetería y me lo confirmó Ruslana hace poco.

Joder Rus, anda que se te puede contar algo.

—La verdad que no me extrañó.— sigue mi amiga al ver que no digo nada.— También me dijo que cree que vas en serio porque no habéis vuelto a acostaros. La verdad es que parece buen chico. Me gusta para ti.

Nos quedamos un rato hablando de eso, de Juanjo. Hasta nos hemos cambiado a modo de videollamada para cotillear mejor.
De repente suena la puerta de casa.

—Un segundo Kiks, voy a ver quien es.— le digo, mientras dejo el móvil en la encimera y me dirijo a la puerta.

Al abrir me encuentro a Juanjo, con los ojos un poco rojos y unas ojeras tremendas.
Me quedo pasmado al verle así.

—Juanjo, ¿qué te pasa?.— pregunto, preocupado.

No me responde, en vez de hacerlo, se tira hacia delante, abrazándome. Esconde su cara en mi hombro y empieza a llorar desconsoladamente.
Así se tira un par de minutos. Yo no le meto prisa. Si está así, es mejor que lo eche todo fuera.

Cuando se separa, me mira con esos ojos tan bonitos llenos de lágrimas.

—¿Crees que puedo quedarme aquí a pasar la noche? Sofía se ha vuelto loca. No para de mandar gente a casa para amenazarme con cosas que solo sabe ella para que vuelva con ella. Le he dicho a Bea que se vaya a casa de sus padres porque es imposible vivir ahí. Te lo juro. No lo soporto más.— me dice, llorando.

Dios, esa chica está loca. Lo que le está haciendo a Juanjo se le llama acoso y, este podría denunciarle. Pero creo que no es muy apropiado que se lo diga ahora, creo que necesita despejar su mente. Así que le digo:

—Claro que sí Juanjo, pasa. Estaba preparando la cena, voy a ponerla en dos platos, aunque a lo mejor no es muy comestible. Pero la intención es lo que cuenta ¿no?

Consigo lo que quería. Se ríe. Tiene la sonrisa más bonita que he visto en la vida.

—Ve al salón. Enseguida voy yo con la cena. Pon lo que quieras en la tele.

Juanjo:

No entiendo como puede existir una persona tan buena como Martin. Cualquier otra persona me hubiese mandado a la mierda, pero él ni ha dudado en acogerme en su hogar.