Capítulo 7

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Martin:

Cuando me despierto, noto algo duro en mi pecho. Cuando bajo la mirada me encuentro a un Juanjo dormido, con la boca abierta sobre mi corazón.

Es verdad, no me acordaba de que se había quedado a dormir.

Me quedo observándolo un rato más del necesario. No quiero despertarle, seguro que necesita dormir. Así que con cuidado, me incorporo y salgo de la cama.

Voy hacia la cocina. Menos mal que hoy el rodaje lo tengo por la tarde, porque si no ya iría tarde. Me pongo a hacer el desayuno tanto para Juanjo como para mí, como lo hice aquel día.

Como ya son las diez, decido hacerle una videollamada a mi hermana María que, seguro que está despierta y anoche no pude llamarla como todas las noches por culpa de cierto señorito que está durmiendo en mi cama...

Me lo coge al tercer tono.

—Hoooooolaaaa. ¿Me vas a explicar ya por qué no me llamaste anoche?.— es lo primero que me pregunta. Muy sutil ella.
—Buenos días María, sí, estoy bien. Gracias por preguntar.— digo irónicamente.

A lo lejos escucho una voz.

—¡Martin, cariño mío! ¿Qué tal vas?— pregunta la dulce voz de mi madre.
—Hola ama. Muy biennn, la verdad que estas últimas semanas me están yendo fantásticas.
—Que bien, cariño. Me alegro mucho. Ya sabes que vamos a estar aquí para todo lo que haga falta.
—Lo sé ama, te quiero mucho. Y os echo de menos.

Al terminar esa última palabra, veo que alguien sale del pasillo con cara de adormilado. Dedicándome una sonrisa. Yo se la devuelvo.

—¿A quién sonríes cariño? ¿Es Ruslana? Déjame saludarla porfaaaa.— dice mi madre, a la cual le encanta Rus.
—No es Rus mamá, ella está en Canarias, ¿no recuerdas que te lo dije?
—Cierto, cierto. A ver cuándo nos presentas a esa personita eeeh. Que si está ahí contigo es porque alguien importante tiene que ser.— dice mamá sonriendo ampliamente.
—Ama, por favor.— digo, poniéndome colorado y rascándome el pelo.
—Si el amor es muy bonito Martin. Me alegra que no te estés cerrando por lo de Hugo.
—Mamá, ya. Por favor.— digo, echándole una mirada rápida a Juanjo para ver si ha escuchado eso último, me temo que sí. Me está mirando fijamente. Se ha sentado justo enfrente de mí.
—Vale cariño. Ya te dejamos en paz. A ver cuándo vienes a vernos, que hace ya tiempo que no te vemos.—dice mi madre haciendo un puchero.
—Pronto iré, os lo prometo. Pero ahora os tengo que dejar.
—Vale cariño, pásatelo bien.— se despide mi madre.
—Agur tonto, ven pronto, que te echamos de menos.— me dice mi hermana.
—Aguuur María, te quiero.— le digo sonriéndole.
—Y yo.— me sonríe y cuelga la videollamada.

Al colgar la llamada, Juanjo sigue mirándome.

—Que mona tu familia.— me dice, ignorando el tema de Hugo. Lo cual agradezco.
—Son los mejores. Algún día los conocerás, les encantarías.— le digo mientras le pongo el desayuno que le he preparado en frente suya.— te he hecho el desayuno, es lo mismo que la otra vez porque vi que te gustó.
—Dios, muchas gracias Martin. Eres un ser de luz.— me dice en serio, ya que no le cabe más sonrisa en la cara.

Al cabo de unos minutos, le pregunto:

—¿Has dormido hoy bien?
Se me queda mirando unos segundos, pensativo, pero al final me contesta.
—Sinceramente, es la vez que mejor duermo en mucho tiempo. Creo que hasta he dormido del tirón, sin despertarme ni una vez, ¿sabes lo que es eso para mí? Y es gracias a ti, Martin. No sabes lo bien que me haces.
—Me alegro mucho Juanjo. A mi también me alegra que hayas entrado en mi vida.

De repente me vuelve a sonar el móvil. Resoplo, mirando quién es para ver si tengo que cogerlo a la fuerza. Pero es Javier Ambrossi, tengo que cogerlo.

—Joder, si hoy no teníamos rodaje por la mañana, no sé por qué me está llamando. Un segundo, que tengo que cogérselo.— le explico a Juanjo.
—No te preocupes, la vida del famoso.— me dedica una sonrisa amable.

Descuelgo la llamada y me llevo el móvil a la oreja.

—Hola Javi, ¿pasa algo?.— saludo educadamente.
—Buenos días Martin. ¿Estás libre? Es que esta tarde nos ha surgido un problemilla a Javi y a mi y no podemos faltar.
—Y con eso me estás diciendo que si estoy libre para ir ahora al rodaje ¿no?
—Exactamente. Pero ya sabes que es solo si te pillamos bien.

Miro a Juanjo. No, la verdad que no me pilla muy bien, me gustaría quedarme más tiempo con él. Pero el trabajo es trabajo.

—Muy bien no me pillas. Pero si me dais un poco de tiempo en una hora puedo estar allí.
—Perfecto. Aquí te esperamos.— y me cuelga.

—Los Javis tienen un problema esta tarde y han cambiado el rodaje a esta mañana. ¿Te importa quedarte solo unas horas? Porque ni de coña vas a volver a tu piso.
—Es tu piso Martin, tú mandas.— me contesta, con un deje de diversión en su voz.
—Vale pues volveré para después de comer o así. Eres libre de hacer lo que quieras con la cocina. Me fío de que no me vas a quemar nada.

Juanjo:

Hace ya una hora que estoy solo en el piso de Martin cuando oigo la cerradura.
Qué raro, si Martin se ha ido hace nada, no puede ser que esté aquí ya.

De repente la puerta se abre y aparece Ruslana. Todavía no me ha visto.

—Maaartin mi amor, ya he vueltooo.

Al ver que no obtiene respuesta, mira hacia el salón, donde estoy yo.

—Hola Ruslana.— digo, un poco nervioso. Sabía que volvía hoy, pero no me esperaba que no estuviese Martin cuando llegara. Ya que ahora debo muchas explicaciones.
—Juanjo, que sorpresa.— me dice con cara de sorprendida.
—Sí, verás...— digo, rascándome la nuca.— es que he tenido un problemica y Martin me ha dejado quedarme aquí unos días. Hasta que se solucione. Él está en el rodaje, que le han cambiado el turno.— digo nervioso.
—Pero no estés nervioso hombre, que no pasa nada. Peerooo ya que estás aquí solito sin Martin, voy a aprovechar y voy a interrogarte.

El pulso me va a mil. Esto no me gusta nada. Ruslana se sienta a mi lado.

—A ver, por dónde empiezo. ¿Tú eres hetero Juanjo?

Dudo unos segundos, pero al final contesto.

—Sí.— digo, ya que no voy a admitir delante de la amiga de Martin que es por él por quién estoy empezando a dudar de mi sexualidad. Y porque, ellos dos follan juntos y a lo mejor lo que quiere es cazarme para echármelo en cara.

—¿Seguro, Juanjo?.— me pregunta con tono pícaro, acercándose a mi.— ¿Estás seguro de que no te gusta Martin?

I may not always love you - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora