Capítulo 8

506 32 3
                                    

Juanjo:

Al escuchar esa pregunta, juro que creo que se me ha parado el corazón. ¿Cómo puede saber ella eso? A ver, no es que me guste Martin, me atrae. Pero igualmente no sé por qué lo sospecha.

Creo que llevo demasiado tiempo callado y como siga así va a sospechar más de lo que lo hace, así que digo:

—Qué dices Ruslana, ¿estás borracha?— pregunto lo más natural que me sale.
—De hecho, no. Voy más sobria que nunca y, no me has contestado a mi pregunta. Así que supongo que es que sí.
—No malinterpretes la situación por favor. Yo no me quiero entrometer en nada de vuestra relación. Puedes seguir follando perfectamente con él.— lo digo tan rápido que creo que me he delatado yo solo.

Y lo confirmo cuando Ruslana se acerca a mí y se sienta a mi lado, mirándome con cara de pena.

—Juanjo cariño, Martin y yo follamos por diversión. Ambos hemos salido hace poco de una relación y lo hacemos para distraernos. Créeme cuando te digo que no hay ningún tipo de sentimiento amoroso entre nosotros. Lo considero como mi hermano. Además, aunque Martin sea bi, te digo yo que le molan más los chicos, creo que de hecho, nunca ha estado con ninguna chica.
—Gracias por la información Ruslana, pero no he dicho en ningún momento que Martin me guste.
—No hace falta que lo hagas amor. Se te ve en la cara.— dice y, al ver mi cara de asustado continúa.— pero que a él también se le ve eh. Te digo yo que el sentimiento es recíproco. Y no te lo diría si no fuese verdad. Quiero lo mejor para Martin y me pareces muy buen chico.— dice y se dirige a la cocina.

Y así sin más, empieza a hacer la comida.

—¿Hacemos la comida?— pregunta la canaria, tan normal.

Yo voy hacia allí y le ayudo. Nos pasamos todo ese tiempo hablando, mientras que cocinamos y después mientras comemos. La verdad es que me parece una chica muy maja.

Al terminar, recogemos los platos y le dejamos uno a Martin en el microondas ya que, Ruslana me ha dicho que siempre que tiene rodaje mañanero nunca le dan de comer y vuelve hambriento.

—Bueno me voy a dormir la siesta, que estoy reventada del viaje.— me dice y se va a su habitación sin esperar una respuesta.

Yo también quiero dormir un rato, pero no creo que sea lo más apropiado ir a la habitación de Martin sin su permiso así que, me tumbo en el sofá y me duermo ahí.

Martin:

Cuando abro la puerta, el piso está en completo silencio.

Encuentro el por qué cuando miro al salón. Juanjo está profundamente dormido en el sofá. Se debe de estar haciendo un daño tremendo en el cuello, por eso decido ir hacia él para despertarlo.

Pero él se me adelanta y abre los ojos, desubicado. Cuando me mira me sonríe.

—Has vuelto— me dice, con la voz ronca. Dios, noto que mi polla se pone dura con escuchar simplemente esa voz.

—Sí.— le devuelvo la sonrisa.— ¿Por qué no has ido a mi habitación a dormir? Te tienes que estar reventando el cuello.
—No me parecía muy apropiado ir sin tu permiso. Además, Ruslana ha vuelto y me daba cosa meterme allí con ella delante.
—Puedes ir siempre que quieras a mi habitación, tonto. Te doy permiso. Corre, ve a descansar. Yo voy a ducharme y a comer y luego, si no te molesta voy contigo.
—Es tu habitación, claro que no me molesta.— me dice con tono simpático mientras se dirige a mi habitación.

Por muy hambriento que esté, primero me doy una ducha fría para bajar la erección que se me ha creado. No entiendo por qué me pone tanto este chico. Bueno, si que lo sé, pero tengo que dejarme de tonterías, él no siente lo mismo.

Al salir, me pongo una toalla alrededor de la cintura y voy a mi habitación a ponerme el pijama. Juanjo ya está dormido cuando entro así que, no hay problema en que me cambie ahí mismo.

Veo que me han dejado la comida preparada en el microondas, cosa que me parece un detalle, ya que estaba hambriento. Me lo como en tiempo récord porque estoy que se me caen los ojos del sueño que tengo. Así que una vez comido y lavado el plato, voy a mi habitación.

Juanjo ha cambiado de postura desde la última vez que entré. Está ocupando toda la cama, como si fuera una estrella de mar y gracias a eso, se le ve un poco de piel porque se le ha subido un poco la camiseta.

Dejo de mirar porque no me quiero dar otra ducha. Y me dirijo a mi cama.

—Ey Juanjo.— le digo cuidadosamente.
—Mmmmmm.— hace un puchero con la boca. Que cosa más mona. Y abre lentamente los ojos.— ¿Martin?
—¿Me dejas un hueco? Estás ocupando toda la cama.
—Uy, perdón.— se aparta rápidamente, poniéndose colorado.
—No te preocupes.— digo, tirándome en la cama. Estoy reventado. Es por eso por lo que no tardo ni un minuto en dormirme.

Juanjo:

Es caer en la cama y Martin cae rendido en el sueño. Pobrecico mío, tiene que estar reventado por el rodaje.

Se ha puesto el pijama, por lo que puedo observar mucha de su piel. Es el hombre más guapo que he visto en toda mi vida.

Decido taparlo, ya que estos días que me he quedado en su casa me he podido dar cuenta de que es muy friolero y no quiero que se resfríe. No sé por qué tengo la necesidad constante de asegurarme de que esté bien y no le pasen nada malo.

Martin:

Cuando me levanto Juanjo ya no está a mi lado. Toco su lado de la cama y noto que está frío, por lo que hace tiempo ya que no está allí.

Cuando salgo al salón lo veo. Está con los apuntes en la mesa, pero no les está haciendo caso, ya que está hablando con Ruslana, que está a su lado.

—¡Mi chico!— chilla Rus en cuanto me ve, dándome un abrazo que casi me parte en dos.— ¡Cuánto te he echado de menos!

Yo me río, porque no puedo hacer otra cosa, así es Ruslana.

—Venga, mueve ese culo que Kiki me ha dicho que vayamos a su casa esta noche a cenar.— me dice mi amiga.

Yo miro a Juanjo.

—Vienes, ¿no?— pregunto, porque la verdad es que quiero que se venga.
—No sé Martin, a mí no me ha invitado.— me contesta, un poco inseguro.
—Que dices, si es Chiara. Ya la viste aquella vez en la cafetería y te hablé de ella el otro día. Le vas a encantar. Te vienes.

Juanjo me sonríe, agradecido.

—No me queda más opción que ir, ¿verdad?—pregunta, y juraría que por el tono que ha hecho la pregunta, está coqueteando conmigo.
—En efecto.— le contesto, en el mismo tono.

————————————————————
Hola chicas!!!!

Ayer no actualicé y pido disculpas por ello. Pero es que son las fiestas de mi pueblo y estos días estoy todo el tiempo fuera de casa. Así que escribo lo que me da tiempo. No me matéis.

Este capítulo es cortito, pero prometo que el siguiente se viene salseo. ¿Qué pasará en casa de Kiki?

Me alegro mucho de que os esté gustando la historia, si tenéis alguna sugerencia no dudéis en comentar.

Gracias por todo. ¡Os quierooooo!

Besos triangulares!!!!

I may not always love you - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora