LA REINA DE LA NOCHE.

"ℭ𝔄𝔓Í𝔗𝔘𝔏𝔒 7-𝔈𝔩 𝔩𝔞𝔟𝔢𝔯𝔦𝔫𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔪𝔲𝔢𝔯𝔱𝔢."

3 de Diciembre de 2018. Hora 01:10 a.m

VLADIMIR ELIJAH ROMANOV

En un silencio salímos del pasadizo secreto,cerrando la entrada tras de sí. Le entregue una tela para que pudiera cubrir la herida en su mano. Con determinación en su rostro,nos encaminamos hacia el calabozo donde se encontraba el sicario que había herido a Rossi,desencadenando un torbellino de emociones y deseos de venganza en mi ser.

Mientras caminamos uno al lado del otro,no puedo evitar recordar los momentos en los que habíamos jurado lealtad y protección en el despacho. Aunque mi rostro muestre frialdad y distancia,en lo más profundo de mi ser sentía un cariño que nunca demostraría abiertamente,sabiendo que ella puede percibirlo a través de mis acciones. La mirada de frialdad que le daba,consciente de que ella era capaz de sentir el amor que le brindaba a pesar de mi actitud reservada.

La complicidad invadía mis pensamientos al recordar cómo ella misma me había revelado el cobertizo oculto en mi propio despacho. Había sido un acto de confianza inesperado,que me dejaba asombrado y conmovido por la conexión especial que compartimos. Sin embargo,una intriga latente se apoderaba de mi al recordar el juramento que le había hecho: no buscarla. Sabía que,en caso de necesidad extrema,romper ese juramento sería inevitable,desafiando así mi propia palabra por primera vez.

En medio de esa compleja mezcla de emociones y pensamientos encontrados,me devolví a la realidad,mirándola fijamente durante el tiempo en que caminamos juntos.

Cada paso que da el sonido de la gravilla crujía bajo sus botas de combate. Con dos espadas cruzadas en su espalda,caminaba erguida,con el mentón en alto,mostrando su determinación y fuerza en cada paso que daba. Su mano sujetada por la tela con firmeza,evitando que la sangre de la cortada en su palma se filtrara,manteniéndola oculta en los bolsillos de su pantalón militar. Por mi parte llevaba guantes,permitiendo que se mancharan con mi propia sangre,mostrando una determinación igualmente férrea.

A medida que nos acercamos al calabozo subterráneo,el olor a muerte impregna el aire, creando una atmósfera opresiva y sombría. A pesar de esto,ella no puede evitar sentirse feliz,recordando las numerosas veces que habíamos eliminado a aquellos que se atrevieron a amenazar a nuestra familia. Observándola una sonrisa psicopática se dibuja en mi rostro,reflejando la oscuridad que habita en mi ser.

Siento un profundo remordimiento al recordar el daño infligido a Sakura,deseando ver fluir su sangre en una forma de aliviar mi sed de venganza. Sin embargo, sabía que esta vez sería diferente ella sería la encargada de impartir el castigo,cerrando así el círculo de venganza con sus propias manos. Llegamos encontrándonos con Roger que es el que cuida al sicario japonés.

-Abre la puerta Roger-indicá Alouqua. El mecanismo de apertura se activa y ella entra,retirándose el niqab que cubría su rostro que solo revelan unos ojos grisáceos como la luna. Ante su presencia,él sonríe condescendientemente,subestimándola por completo. Sin embargo,ella está decidida a demostrarle lo contrario y yo a observar cómo se traga sus propias palabras.

-¡Eres una mujer! ¡Tú no me vas a matar! ¡Eres una puta! ¡Tú eres débil! ¡Te acuestas con el Boss para que me mate! ¡Nunca serás nadie, Haruki!- exclama el hombre,demostrando que también domina el español. Yo me carcajeo retorcidamente,negando con la cabeza en el instante en que lo miro fijamente. Él queda atónito ante mi reacción,sin imaginar lo que está por suceder.

En un instante de asombro,el descubrimiento de su dominio del español envuelve al ambiente en un halo de sorpresa. Entre risas retorcidas y negaciones incrédulas,ella se despoja de su ropa quedando únicamente con un top y shorts. Con botas de combate como único complemento,su sonrisa única revela una malicia latente en su ser. Girando con gracia y destreza,las espadas en sus manos trazan un baile hipnótico que desafía toda expectativa. Su sonrisa única y enigmática ilumina su rostro en el transcurso que comienza a dar vueltas alrededor de él.