"ℭ𝔄𝔓Í𝔗𝔘𝔏𝔒 9-𝔏𝔞 𝔰𝔬𝔪𝔟𝔯𝔞 𝔡𝔢𝔩 𝔭𝔞𝔰𝔞𝔡𝔬."

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3 de Diciembre de 2018. Hora 10:30 a.m (Capítulo largo)

  ROSS ROMANOV VOLTOV(Gotaro Fujiwara)

Sakura irrumpió en la habitación, sorprendiéndome mientras estaba perdido en mis pensamientos. Su rostro mostraba enfado, con un moratón en la quijada y sus ojos grises destilando furia. Me sobresalté al darme cuenta de su presencia.

—Dime que tú no lo sabías—me dijo en un tono que me hizo sobresaltar otra vez frunciendo el ceño.

—¿Qué? ¡Baja la voz! Despertarás a Rossi. Hoy lo sacamos del coma— susurré, señalando hacia la cama donde yacía Rossi, aún dormido tras haber sido sedado por problemas respiratorios la noche anterior.

—Dime que tú no lo sabías—Sakura repitió su pregunta, todavía asimilando el susto que me había dado al aparecer. Me levanté del sofá para acercarme a ella.

―¿De qué hablas, pequeña? ―pregunté, aunque en realidad ya sabía lo que había sucedido. Se abalanzó hacia mí en busca de consuelo, y la abracé con firmeza, consciente de lo ocurrido. Los demás no conocían realmente lo que había pasado entre ella y yo en esas experiencias compartidas; yo solo podía observarla como el guardaespaldas que era en aquel entonces.

―Lo ha hecho. Prometió algo y ha roto su palabra ―sollozó. Solo conmigo y con Ryutaro se permitía mostrar su vulnerabilidad, así que la abracé con ternura, presintiendo lo que vendría a continuación. Temblaba de furia contenida mientras la acunaba contra mi pecho; acaricié su cabello con suavidad y la llevé hasta el sofá, sentándola a horcajadas sobre mis piernas. Intenté separarla de mí, pero ella se resistió.

―Déjame verte, pequeña. Por favor... ―sugerí, intentando calmarla, pero ella seguía negándose. La abracé más fuerte, sabiendo que eso la reconfortaría. ―¿Quieres ir con ella? ―pregunté al separarnos; sus ojos grises oscuros se encontraron con los míos, mostrándome lo que realmente necesitaba. Asentí y marqué el número. ―Vamos para allá ―informé antes de cortar la llamada. Ella se separó de mí con una sonrisa agradecida que no alcanzaba a iluminar sus ojos.

—Gotaro—pronuncia. Asiento en respuesta a su agradecimiento al mencionar mi nombre. Se levanta de mis piernas y se acerca a Rossi. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, pues a pesar de no ser hermanos biológicos, siempre hemos sido nosotros cuatro junto al pequeño Daemon. Se sienta a su lado, besando el dorso de su mano y su mejilla. Une su frente a la suya como si quisiera transmitirle sus pensamientos.

-Би уучлаарай. Би чамд байхгүй бол түүнийгээ байхгүй байхад юу хийхийг ч би мэдэхгүй. Би чамд хайртай, Ryutaro(Bi uuchlaarai. Bi chamd baihgüi bol tüüniige baihgüi baikhad yuu khiikhiiig ch bi medekhgüi. Bi chamd khairtai Ryutaro)"Yo lo siento. Yo no sé que hacer si tú no hubieras estado aquí. Te quiero Ryutaro"-susurra en mongol, el idioma que siempre usamos cuando no queremos que nadie escuche lo que decimos. Al verla tan triste, un dolor punzante invade mi pecho; ha sufrido mucho desde que nació. Su vida parece destinada al sufrimiento hasta el día de su muerte. Aunque su cuerpo sigue temblando, percibo que está tratando de controlarse. Padre desconoce por completo el motivo de su profundo rechazo hacia la medicación. Además de adormecerla, le hace perder sus recuerdos, recordándole el tiempo que pasó en el laboratorio de Italia, sometida a dos años de intensos entrenamientos y experimentos en su cuerpo. Su padre es un despiadado psicópata asesino que intentaba convertirla en una máquina de matar controlada por él mismo.

—Саижруул, Бялдантайн Экатерина-д холбоо авч үлдээрэй (Saijruul, Byaldantain Ekaterina-d kholboo avch üldeerei)"Tranquila, llamaré a Ekaterina para que se pueda quedar con él" — informé, tratando de calmar esos recuerdos, apretando su hombro con mi mano para que sintiera mi apoyo.

LA REINA DE LA NOCHE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora