Veneno

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Román se quedó dormido poco tiempo después de despegar, le estaba pasando factura no dormir en tres días seguidos, yo dormí con el algunas horas pero el hambre me despertó.

Quite sus brazos de mi cuerpo con cuidado de no despertarlo, me puse de pie muy rápido, apenas me quite de encima suyo, se removió, su rostro reflejo disgusto.

-Ethan- susurro dormido.

Incluso en la inconsciencia me llamaba, eso me gustaba muchísimo, en el fondo, a una parte retorcida de mi, le encantaba que Román me necesitara tanto.

Me di la vuelta y me aleje de él, solo sería por un momento, estaba hambriento, comería algo y después regresaría, camine hasta que llegue a los asientos en la parte delantera del avión, ahi estaba Dimitri, sentado revisando unos papeles, una azafata estaba sirviendole una copa de vino, junto con un corte de carne.

Sonreí.

No lo dude y me senté enfrente suyo, era hora de dejar las cosas bien claras entre nosotros.

-Podrias servirme lo mismo que a él, por favor- le dije a la azafata.
-Por supuesto señor- se alejo de nosotros, un momento después regreso, con un plato humeante y una copa de vino.

Mire a Dimitri, estaba tenso, lo sabía por su mandíbula apretada, su hombros rígidos y la manera en que él papel que tenía en su mano estaba arrugado por la presión que ejercicio en el, sus ojos reflejaban odio puro, estaba tan inquieto por mi sola presencia, era más que evidente que no le agradaba en lo absoluto, y para sorpresa de nadie el a mi tampoco.

Tome su plato y copa y los cambie por los míos.

-¿No te importa verdad? - tome el vino y le di un trago, era exquisito.
-Se que amas a Román- le solté en seco, no estaba para andar con rodeos, fui directo al grano, su respiración se agitó, escuché como el lápiz que tenía en su mano crujió, comí un trozo de carne, era muy jugoso.
-Eso no te incumbe- escupío con odio.
- Ambos sabemos que lo hace- continúe comiendo.
- No vas a durar mucho, el te va a botar cuando se aburra de ti, y cuando tú te vayas yo seguiré ahí, a su lado como lo he estado por años, tu solo eres un capricho de una noche, cuando te coja se le pasara- ignore todo el veneno que me estaba lanzando si creia que con eso me iba a alejar estaba muy equivocado.
- No te da rabia? - le pregunté.
-Que exactamente- tomo su copa de vino, antes de que siquiera tomara de ella, le solté la cruda verdad que se negaba a ver.
-Que lo que tú no pudiste conseguir en años estando a su lado, sirviendole como un perro, yo lo conseguí en un par de días sin tener que arrastrarme y lamer sus zapatos para llamar su atención, como haces tu- lo señale con el tenedor, golpeó con ambas manos la mesa y se levantó, las copas temblaron amenazando con caerse.
-Cuida lo que dices, no sabes con quién estás hablando- me miraba desde arriba casi estába sobre mi, se veía muy intimidante pero no desisti me puse en pie igual que el, ahora estábamos a la misma altura.
-Tu eres el que no sabe con quién esta hablando, podría matarte ahora mismo con el tenedor que tengo en la mano, y no pasaría absolutamente nada, por qué no eres nadie, solo un lacayo con aires de grandeza,
crees que Román lloraría tu muerte?- me burle, Dimitri se quedó callado y sonreí, lo empuje con mi mano provocandolo, quería hacerlo enojar, solo necesitaba una excusa para poder acabar con el.
-Ambos sabemos la respuesta y es un rotundo no, tu no le importas una mierda, así que deja de pretender que eres alguien importante para él por qué no lo eres-
-Callate de una puta vez- escupió con ira tomo el cuchillo que estaba a un lado de su plato.
-En cambio yo, lo soy todo para él, dices que me dejara, que solo soy un capricho de una noche, pero te digo una cosa, lo apuñale, lo golpee, lo envenene y aún así regresa a mi de rodillas, pidiendo más- mire el cuchillo que tenía en la mano, lo estaba sujetando muy fuerte, quería apuñalarme con él.

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