Obsesión -Drarry-

Capitulo veinte

Narradora.

Harry siente que está por morir, saber que está embarazado a los 14 años no es algo que a mucha gente le pueda agradar lo suficiente. A el le hubiese gustado poder terminar Hogwarts, seguir la carrera de auror y allí poder pensar sobre una familia o pareja.

El, a esta edad, simplemente quería disfrutar como cualquier adolescente de su edad, salir de fiesta con sus amigos, disfrutar una buena peda, poder probar cosas nuevas, etc.

Pero no, está en su tercer año de hogwarts, siendo pareja de un asesino que mato a su ex mejor amiga por su amor, y ahora embarazado. Lo peor de todo esto es que deberá casarse y todo esto le caerá como balde de agua fría al mundo mágico.

Y, hay algo en lo que tiene miedo, a su edad es muy común que muchas personas se embaracen. Pero en el parto pueden llegar a morir y Harry no quiere morir. No aún, prefiere mil veces morir en las manos de Voldemort que en el parto.

Aunque hay varios libros que dicen que no debería preocuparse. Ya que si el llega a ser atendido en San Mungo, los doctores de allí sabrían como tratarlo y que hacer exactamente para que todo fuese un exito.

Ya lo ha confirmado con Draco sobre que si el llega a estar embarazado, al parto lo tendrán en San Mungo. Porque, tener al hijo de Draco Malfoy no es como si no le diese privilegios.

Draco no dejaría ni en un millón de vidas que Harry fuese atendido en un hospital mágico cualquiera. Ya que el bebé que está en el utero de Harry es un Malfoy, Draco no dejaria que su hijo fuese atendido por un cualquiera.

Aunque el todavía no lo sabe y eso hace que el problema simplemente se agrande cada vez más. Harry odia el hecho de saber que le tiene que decir a Draco, Harry desearía que en una borrachera se hubiese acostado con el y en este momento no supiese de quien es su hijo.

Eso le facilitaría la mayoría de cosas. Pero no todo en la vida se puede. Además, no se puede quejar. Porque Draco lo trata como un príncipe, no. Un rey, lo trata como un rey.

Vive dándole mimos, noches de sexo inolvidables, comida exquisita, tardes adorables. Y, lo que más le gusta a Harry, que cada vez que Draco agarra la snitch este le dedique la victoria enfrente todos.

Si, todo Hogwarts ya sabe sobre el noviazgo entre estos dos. O mejor dicho, ya saben sobre el noviazgo entre el trío de oro y el trío de plata. Así suena mejor.

Aún recuerda como Draco se había estado quejando sobre que unas chicas se habían quejado con el porque "¡No debería haberse metido con su senpai!" Harry recuerda haberse muerto de la risa al escuchar el "senpai".

No puede creer que unas niñas dijiesen ese terminó tan cringe. O por lo menos demasiado cringe para el. No puede con tanto cringe, dejando eso de lado.

Aún no tiene ni la mínima idea sobre como decirle a Draco sobre su embarazo. Aunque ya sabe que se pondrá feliz y loco, tiene miedo de lo que el mundo mágico pueda decir.

La verdad siempre le importo poco lo que dijiesen, pero ahora no entiende porque está más sensible que nunca. Simplemente le dan ganas de llorar pero no lo hace porque el es un chico con dignidad suficiente como para andar llorando por lo que digan los demás hipócritas.

Si le hubiesen dicho, a los 11 años, que a los 14 años estaría de pareja con Draco Malfoy, embarazado y que se va a tener que casar. Se hubiese caído de trasero y se hubiese muerto de un infarto.

En fin, está buscando ideas para poder decirle a Draco que está esperando un hijo de el. Aunque, seguramente en el momento que se lo diga este ya este organizando la boda.

[...]

Harry camina con la poca seguridad que le queda, se dirigía hacia la biblioteca. Lugar donde se supone que se encontraba Draco leyendo. Si, se aprendió que hace Draco y en qué hora.

Sus piernas flaqueaban. Su espina dorsal estaba llena de escalofríos, sus pelos se erizaban y sentía su estómago revólverse de los nervios con cada paso que daba.

Al fin había llegado a la biblioteca, abrió la puerta en silencio y lentamente ingreso adentro siendo recibido por la inmensa tranquilidad y silencio del lugar.

Busco rápidamente con la mirada a su novio, próximamente esposo, por las mesas. Al ubicarlo corrió con el mayor silencio que pudo hacer en el momento.

Decidió sorprenderlo abrazándolo por detrás. Ya que el rubio al parecer no lo habia oído y estaba muy metido en su lectura. Se acercó con pasos mucho más sigilosos.

Abrazo al rubio, al cual se le erizaron los pelos, este se dió la vuelta y al ubicarlo sonrió y devolvió el abrazo. Estuvieron así unos momentos hasta que Harry decidió sentarse.

–Hola, Draco– saludo feliz el azabache–Dime, mi amor. ¿Cuantas veces debo decirte que me debes llamar mi vida o mi amor?– dijo oscureciendo su mirada lo cual ocasionó escalofríos en la espalda. –Simplemente aún no me acostumbro...– dijo con miedo Harry.

Draco decidió restarle importancia, ya verá el como le hace entender a Harry que le debe decir por apodos co-pegajosos.

–Tengo que hablar contigo, Amor...– dijo de repente Harry, haciendo que Draco se quedase en blanco–O, mejor hablemos de esto en otro momento. Te espero mañana a las 5 p.m en el lago. Nos vemos– le dió un rápido beso en la mejilla y se fue rápidamente por donde había venido.

Draco quedó confundido, tenía una pequeñísima idea sobre de lo que hablaba Harry. Pero no quería hacerse ilusiones y luego salir algo decepcionado, simplemente se encogió de hombros y volvió a su lectura. Ya vería el mañana de que quería hablar Harry.

Mientras tanto, Harry sentía los nervios aumentar con rapidez dentro de si. Su corazón comenzó a latir con mayor rapidez, sus manos sudaban y su cuerpo temblaba con cada paso que daba.

Ya vería el mañana como se las arreglaría para decirle a Draco.

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