Capitulo 18: Casualidad

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- Shsss!! No hagas ruido, o van a escucharte.

Cómo podría ser posible, que la persona que había estado buscando durante semanas, y el culpable de todos mis problemas, me estaba, ayudando?

Banchag llegó corriendo junto con los demás al lugar en dónde estábamos y a dónde los había guiado mi olor.

- Mierda!!!! Dónde está ese imbécil??? Dónde demonios se metió?

- Lo ví correr hacia aquí!! Lo juro. Y su olor me trajo a este lugar..

- Entonces dónde mierda está??? Encuentrenlo ahora!!!

Jungkook quien estaba observando la escena desde la oscuridad hacia donde permanecimos escondidos, dejo de mirarlos, y volteo a verme con esos osjos oscuros que podian penetrar tu alma en segundos.

El aún tenía su mano sobre mi boca para que guardara silencio, aunque no me estaba presionando fuerte, simplemente la tenía alli puesta.

Se quedó observandome unos segundos que parecieron una eternidad.

Cómo no lo había visto tan atractivo antes? Ahora que estábamos a centímetros de distancia el uno del otro, podía apreciar mejor su rostro, piel morena clara, la cual parecía de porcelana y muy bien cuidada. Ojos grandes y brillantes, pestañas y cejas pobladas, nariz perfilada y perfecta.

Labios finos y de un color carmesi, al igual que sus mejillas, las cuales tenían un rosa pálido, que lo hacía lucir un poco bronceado y más perfecto y vivo.

Y ese piercing... El piercing que ya hacía sobre su labio, exactamente en el lado derecho al igual que sus tatuajes.

- Encuentrenlo ahora mismo!!!! Y acaben con el de una ves por todas!! Malditos imbéciles.

Banchag y los demás abandonaron el lugar en cuestión de segundos, pero yo aún estaba procesando todo lo que tenía frente a mis ojos, que no me di cuenta en lo absoluto en cuanto volvimos a estar solos. Y fue la vos de Jungkook quien me saco de mis pensamientos.

- Se han ido...

Dijo quitando su mano de mi boca mirando a todos lados y asegurandose de que se habían ido por completo. Para después volver a mirarme.

- Estás bien?

- S-Si...

- Estás sangrando.

Dijo pasando su mano por mi mejilla para rozar un poco mi rostro y verme con una expresión de preocupación

- Estoy bien.

- Ven conmigo!

Me tomo de la muñeca y salimos del angosto lugar y me saco del callejón, caminamos unis minutos y llegamos a una farmacia, el me pidio que esperara un segundo, que no me fuera, y por alguna razón, obedecí y espere por el a unos metros de la farmacia sentado sobre unas escaleras.

Minutos después el volvió con una bolsa en las manos y se sentó a mi lado, saco de ella agua oxigenada, pomada para heridas, gasas, algodón y demás cosas para heridas.

Y comenzó a limpiarme las heridas del rostro con cuidado.

Yo no sabía que hacer, o como actuar ante esto, aún estaba algo desconcertado de porque lo estaba haciendo, y no proteteste.

Las heridas dolían mucho, cada que me limpiaba ardía como la mierda, así que mi ceño se fruncía cada rato por el dolor que sentía.

- Lo siento... Se que te duele, pero debemos limpiar todo.

No respondí nada, no sabía que decir exactamente, así que solo me mantenía en silencio y evitaba mírarlo lo más que podía.

Cuando terminó de limpiar mis heridas, me coloco algo de pomada para el dolor, y algunas curitas en el rostro y cubrió mi herida de la mejilla, porque estaba bastante lastimado de tanto golpe que me habían dado esos imbéciles.

𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 𝐒𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora