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Una vez de vuelta en casa de Reid, Cora se dio una larga ducha

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Una vez de vuelta en casa de Reid, Cora se dio una larga ducha. Había pasado un mes sin poder darse un baño, y aunque JJ y García la ayudaban de vez en cuando, seguía oliendo al hospital.

Cuando salió, vio a Reid sentado en el sofá, pasando los canales de la televisión, aunque no se quedaba en ninguno por más de diez segundos. Se sentó a su lado y le agarró la mano.

-Tienes que dejar de culparte por lo que pasó.- dijo.

-No puedo evitarlo.- respondió él.

-Mírame.- le pidió, mientras le agarraba la cara.- Nada de esto es tu culpa. No es ni tuya, ni mía, ni del otro conductor.

-Pero... -Cora puso un dedo en sus labios.

-Ahora, deja que mi magia haga efecto.- dijo, y él sonrió un poco.

Se levantó y fue por su móvil, poniendo un poco de música. Reid se quedó quieto en su sitio. Cora sujetó a su perro por las patas delanteras y comenzaron a moverse por la habitación.

Reid siguió sonriendo y se levantó para bailar con Percy y ella. Cora soltó a su perro, que se fue a comer, y luego agarró a Reid con su mano derecha, él la hizo girar.

Cuando la música se detuvo, ambos se quedaron en silencio, mirándose. Sus caras estaban a escasos centímetros y, de repente, Cora cayó al suelo con un llanto por la punzada de dolor en sus pulmones.

-Las pastillas... - señaló su bolsa con un gesto. Spencer corrió a buscar las pastillas.

-Aquí las tienes.- dijo, mientras ella se metía un par de sus pastillas para el dolor, aunque sabía que la debilitarían. Intentó incorporarse, pero no pudo.

-Lo siento.- comenzó a llorar en el suelo.- Lo siento...- Reid se agachó a su altura y le agarró la cara.

-Tú me lo has dicho, esto no ha sido culpa tuya. No tienes que disculparte por nada.- sonrió un poco.

De repente, Reid la levantó del suelo y la llevó hasta su cama. Cora no sabía de dónde sacó la fuerza para hacerlo, pero se dejó llevar.

-Ahora, descansa.- dijo él, y como buena paciente, ella hizo caso.- Si quieres cualquier cosa, sabes dónde estoy.

-Quédate conmigo, por favor.- pidió ella. Reid hizo caso y se tumbó a su lado. Pusieron películas de ciencia ficción y ambos rieron por las incoherencias.

Cora no sabía en qué momento se quedó dormida, pero cuando despertó a la mañana siguiente, Reid ya se había ido a trabajar. Ella todavía debía reposar tres semanas más.

Se acercó a la cocina y vio un plato con galletas de chocolate y un vaso de leche. Había una notita al lado; la agarró y la leyó.

"Hace tiempo te vi viendo recetas de galletas y decidí hacerte unas para que te mejores."

No pudo evitar sonreír y sonrojarse. Probó una galleta y era la mejor que había probado en su vida. Acabó las cinco galletas en menos de cinco minutos.

Cuando alguien llamó a la puerta, Cora abrió y vio a JJ con Henry entre sus brazos. Le sonrió a una de sus mejores amigas y le agarró las cosas que traía.

-¿Cómo está mi sobrino favorito? Henry, aunque no compartamos sangre, yo siempre seré tu tía.- dijo, mientras Henry le agarraba un dedo con su manita.

-Quería hablarte de eso.- respondió JJ, mirándola.- Will y yo hemos estado hablando, y queríamos que tú fueras la madrina de nuestro bebé.

-¿Lo dices en serio? -dejó a Henry en su carrito.

-Seamos honestas. Emily es la tía del vino, Penélope es la que consiente a mi hijo, pero tú, eres como su tía de verdad. Además, Spencer es el padrino, y si algo nos pasase a Will o a mí, estoy segura de que vosotros, con una llamada, conseguirías que entrase a Yale.

-No, a Yale no, mejor al MIT. O a Harvard.- JJ rió.- Puede que incluso a Oxford.

-Justo por eso quiero que seas su madrina. Pero tampoco te pases, no quiero enviarle al Reino Unido, quiero mantenerle cerca mío.

-¿Sabes que te quiero con locura? -sonrió Cora y la abrazó.- ¿Y alguna vez te he dicho que eres la persona más guapa del mundo?

-Me lo has dicho alguna vez.- respondió JJ, riendo mientras ambas se tumbaban en el sofá para ver dibujos animados con Henry.

Cuando Spencer volvió a casa, se encontró a Cora completamente dormida, tapada con una manta, se acercó a ella y le apagó la tele, pero la de ojos verdes, se despertó rápidamente, le agarró de la muñeca y le inmovilizó contra la mesa

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Cuando Spencer volvió a casa, se encontró a Cora completamente dormida, tapada con una manta, se acercó a ella y le apagó la tele, pero la de ojos verdes, se despertó rápidamente, le agarró de la muñeca y le inmovilizó contra la mesa.

-Ay, Santo Dios, lo siento Reid. ¿Estás bien?

-Sí... ¿A qué ha venido eso?

-Desde que Tucker está en libertad...

-Tienes miedo de que te haya encontrado otra vez.

-Sí...- Cora intentó cambiar de tema.- ¿Qué tal el caso?

-Bien, hemos conseguido detener al secuestrador sin lamentar ninguna pérdida.

-Oh, eso está bien.

-Sí, muy bien.- ambos genios se quedaron mirando, pero el momento se cortó por un ladrido de Percy, que demandaba cariño por parte de Spencer.

Tick, tick... BOOM [SPENCER REID X FEM OC] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora