La agente Coraline Santos, una psicóloga criminal con un pasado turbio y una determinación feroz, se une a la BAU del FBI en busca de justicia. Especialista en perfiles de criminales con trasfondos psicológicos complejos, Coraline se enfrenta al des...
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Spencer observaba cómo Coraline se sentaba, resoplando, y cerraba los ojos para empezar a hablar en un susurro. Morgan y Emily se miraron, intrigados por lo que estaba haciendo. Ella tomó un bolígrafo y comenzó a dibujar una cara de mujer, increíblemente detallada para ser de memoria.
Todos se la quedaron mirando, salvo Rossi, que sabía perfectamente de lo que la chica era capaz de hacer. Para el resto del equipo era una sorpresa verla así. En el año y poco que llevaba en el FBI, nunca se había comportado de esa manera.
-¿Estás bien?- preguntó Hotch.
-Lo tengo.- exclamó, saltando de la silla.- La primera víctima, Janice Parker, había tenido una operación de rinoplastia hecha hacía menos de tres meses. Cuando la encontraron, tenía la nariz rota. La segunda víctima, Stephen Porter, se había hecho una modificación en los labios y lo encontraron con la boca cosida. Y Ameline Terrence, la última víctima, había recibido bótox en los pómulos y los tenía arrancados.
-Todos se hicieron operaciones estéticas en los últimos cuatro meses.- resumió Spencer, mirando el dibujo de Coraline.
-Y todos tuvieron al mismo médico, Paul Jackson.- añadió ella. JJ y Morgan salieron hacia los coches mientras los demás avisaban a la policía de que habían identificado al asesino.
En cuanto llegaron al hospital que supuestamente debería estar cerrado, oyeron gritos provenientes de una sala. Avanzaron con las armas en alto, escuchando cómo alguien murmuraba.
-Dr. Jackson, suelte ese bisturí y acérquese a mí.- dijo Coraline. El médico la miró, embobado.
-Es todo tu culpa.
-¿Mía?-guardó su arma y se acercó un poco más.
-Cora... Ten cuidado.- susurró Spencer, preocupado.
-Sí, todos ellos quieren parecerse a ti, quieren ser igual de hermosos que tú, y por ello ahora me dedico a esto. Yo era cirujano. El mejor, y por un fallo estúpido ahora tengo que hacer esto.- el hombre saltó hacia Coraline, pero Spencer disparó, dándole en la pierna y tirándolo al suelo, agonizando de dolor.
-Quedas detenido por secuestro, homicidio y negligencia. Enhorabuena, doctor, ha arruinado su carrera.- dijo Coraline, con una calma imperturbable.
Salieron de la sala con el cirujano esposado y con la chica que tenía heridas en la frente y pómulos, donde se había operado meses atrás. Cuando el hombre se metió en el coche, miró a Coraline.
-Eres preciosa... -dijo. Ella lo miró mientras él continuaba.- Eres la perfección física y mental... Spencer cerró la puerta, molesto con el doctor.
-Imbécil...- murmuró.
-¿Es cierto que es mi culpa?- preguntó Coraline, con un tono de inseguridad.
-Claro que no. Él tiene la culpa, él es el enfermo. Tú solo eres así.- dijo Spencer, agarrándola por los hombros.
-¿Puedo abrazarte?- preguntó ella. Spencer la miró y negó.