Mortifagos

33 8 0
                                    


Mientras los Weasley, Harry y Hermione contaban historias, Catalina se encontró aislada. Todo estaba agitado a su alrededor, voces y risas pero nada parecía poder llamar su atención. Su mente estaba muy lejos. Se sentía sucia y necesitaba tanto un baño el cual esta tienda no podía proporcionarle. A la mañana siguiente, cuando llegue a Hogwarts, eso será lo primero que hará.

Arthur entró en la tienda preso del pánico, con una expresión impactante en su rostro, casi asustado. Las voces del exterior se hicieron más fuertes. Todos gritaban y corrían frenéticamente.

"Tenemos que irnos ahora." Dijo Arthur, sin aliento.

Todos se pusieron de pie de un salto y Catalina se levantó de la cama. Algo terrible estaba pasando y ella lo sabía.

El grupo salió afuera, desconcertado por el caos que los rodeaba. La gente se empujaba unas a otras para llegar más rápido al bosque, donde los árboles los protegerían. Algunas tiendas de campaña estaban en llamas. El pánico estaba en todas partes. Magos que llevaban máscaras y largas capas negras marchaban entre las tiendas, prendiéndoles fuego con las antorchas que sostenían.

"Todos permanezcan unidos". Arthur gritó hacia el grupo.

Comenzaron a dirigirse hacia las afueras del campamento pero el pánico y los empujones hicieron que Catalina se perdiera del grupo.

"¡Harry!" Escuchó a Hermione gritar.

Vio a un Harry desorientado, mirando a su alrededor, tratando de encontrar una salida del pozo en el que entró. Ella comenzó a correr hacia él, tratando de alcanzarlo y apartarlo.

Catalina fue empujada bruscamente al suelo, en el barro. Intentó levantarse, pero la multitud que corría hacia ella no la dejó. Sintió una bota pesada pisándole la muñeca y dejó escapar un grito de dolor. La joven bruja estaba segura de que los huesos de su muñeca estaban rotos.

"Tengo que llegar hasta Harry, maldita sea." Se levantó con todas sus fuerzas pero una vez más fue derribada, perdiendo la conciencia.

***

Catalina se despertó sintiendo los párpados pesados. Miró alrededor del campamento. Estaba tranquilo. Sólo se escuchaban las voces lejanas y el fuego que quemaba todo el campamento. Estaba cubierta de barro mezclado con su propia sangre.

Allí, a lo lejos, notó una luz verde formando una calavera. De su boca descendió una serpiente. Ella jadeó ruidosamente. Este no fue un ataque normal, fue bien planeado con anticipación. ¿Pero por qué? ¿Por qué alguien apuntaría a un partido de Quidditch? ¿Fue Voldemort? Recordó vívidamente el Torneo de los Tres Magos celebrado en Hogwarts cuando su amado Cedric Diggory murió a manos de quien no será nombrado. Y no podía creer que él hubiera regresado para buscar a Harry.

"Harry..." intentó levantarse pero fue en vano. Sentía los músculos pesados ​​y no podía levantarse.

Uno de los Mortífagos escuchó su lucha por levantarse y comenzó a dirigirse hacia ella.  Notó que la figura alta y oscura se acercaba con el rostro completamente cubierto, así que intentó alcanzar su varita.

Ella jadeó cuando se dio cuenta de que no podía encontrarla. "Mi varita." Ella usó la última gota de fuerza para empujarse hacia atrás mientras el Mortífago sacaba su varita, apuntando a su vulnerable chica.

"¡Expelliarmus!" Escuchó una voz familiar gritar.

Catalina abrió los ojos y notó una figura alta parada frente ella como un escudo, con el rostro hacia el Mortífago. Ella reconoció instantáneamente su cabello largo y rubio.

"Esta chica no." Juró que lo escuchó murmurar, pero por la forma en que le dolían los oídos, no podía estar segura.

Se giró hacia ella y se inclinó para estar al mismo nivel que ella. "¡Catalina!"

Royal blood (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora