Pond decide darle un nueva oportunidad al amor. Pero este no es lo suficientemente fuerte para acabar con los recuerdos del pasado, aún menos cuando este decide regresar a su vida...
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El reloj marcaba las 4:00am
Pond estaba recostado en el sillón del auto, con su mano cubría sus ojos sintiendo como las lágrimas caían sobre sus mejillas.
El sonido de la lluvia caer era su único acompañante, por su mente pasaban todos aquellos recuerdos que había logrado formar con "su hijo".
Mientras que en la otra mano sostenía una foto junto al pequeño
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Phuwin pudo ver la sonrisa de Mino mientras este comenzaba a caminar en la dirección contraria dejándolo completamente solo.
Se dejó caer al suelo mientras lloraba
Después de unos minutos tomo camino a su casa y puedo sentir que la lluvia lo ayudaba a cubrir sus lágrimas.
Al llegar simplemente entró.
Kao se levantó del sillón observando su aspecto, no hubo necesidad de decir una sola palabra simplemente lo abrazó haciendo que el pelinegro rompiera en llanto.
Después de una hora, Kao le entrego un vaso caliente de té
-¿Estas un poco mejor?.
Phuwin asintió suavemente, mientras bebía un poco.
-Phuwin...¿Era él verdad?, ese tipo fue quien...
El pelinegro volvió asentir mientras sentía sus lágrimas salir nuevamente recordando lo qué paso, una vez más el llanto se apoderó de él mientras se aferraba al cuerpo del mayor.
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Pond no supo en que momento el sueño le había ganado si no hasta que escucho unos golpes en la ventana, abrió suavemente los ojos y logró observar a Fourth. Bajo un poco la ventana para poder escuchar lo que decía.
-¿Qué haces aquí afuera? Por que no entraste
-Lo siento no supe en que momento me quede dormido.
-¿Vienes borracho? ¿Pasó algo?
Pond volteó a ver las botellas de alcohol sobre el asiento y suspiro.
-Pond contéstame
-Fourth. Ahora no por favor, tengo muchas cosas en la cabe-
-Esta bien quédate aquí entonces- lo interrumpió.
En su voz reflejaba lo cansado que estaba de que le ocultara las cosas, se dio la vuelta y entró a su hogar. Pond maldijo en voz baja golpeando el volante.
Después de unos minutos el castaño ingresó a la casa, logró escuchar la puerta de la habitación abrirse, pero Fourth solo le aventó una almohada y una cobija al suelo para después encerrarse nuevamente
Pond pasó sus manos por su rostro y caminó hacia estos para tomarlos, se recostó en el sillón de la sala pero esta vez no pudo dormir.
