Capítulo 18

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Capítulo 18: Revelaciones. La llegada del verdadero Madara Uchiha. 

El campo de batalla estaba cubierto de polvo y escombros mientras las fuerzas de la Alianza Shinobi luchaban desesperadamente para repeler los ataques de las fuerzas enemigas. Sasuke, Hinata, Naruto y Sakura se encontraban en la vanguardia, sus habilidades combinadas eran la última línea de defensa contra la amenaza de Tobi.

En el centro de la tormenta de caos y violencia, Kakashi Hatake se enfrentaba a Tobi, su Sharingan girando mientras trataba de desentrañar los movimientos de su antiguo amigo y ahora enemigo.

—Kakashi-sensei, ¡necesitamos ayuda aquí! —gritó Naruto, su voz apenas audible sobre el estruendo de la batalla.

—Naruto, Sakura, Sasuke y Hinata, ¡formen una línea! ¡No podemos permitir que Tobi avance más! —ordenó Kakashi, su voz firme y autoritaria.

Naruto se transformó en el Modo Kurama, su chakra dorado irradiando una luz brillante. Sakura activó su Fuerza de Cien Sellos, su poder curativo y destructivo al máximo. Sasuke invocó a su Susanoo, mientras Hinata, con su Byakugan, escaneaba el campo de batalla para identificar los puntos débiles de Tobi.

—Tobi, tu juego ha terminado. No permitiré que continúes con este ciclo de odio —dijo Kakashi, su voz cargada de determinación y dolor.

—Kakashi... siempre tan confiado. Pero no puedes detener lo inevitable —respondió Tobi, su máscara mostrando una grieta reveladora.

La batalla se intensificó. Tobi desató su arsenal de técnicas de espacio-tiempo, pero Kakashi, con su Kamui, logró contrarrestarlas en gran medida. Naruto y Sasuke atacaban con una combinación de Rasengan y Amaterasu, forzando a Tobi a defenderse con todas sus fuerzas. Sakura y Hinata, mientras tanto, se concentraban en apoyar a sus compañeros, curando heridas y atacando puntos estratégicos.

Finalmente, en un movimiento audaz, Kakashi logró destrozar la máscara de Tobi con un Chidori bien colocado. La revelación fue impactante.

—¡Obito! —gritó Kakashi, su voz llena de incredulidad y tristeza.

Obito Uchiha, su rostro marcado por cicatrices y amargura, los miró con una mezcla de odio y resignación.

—Kakashi... siempre supe que serías tú quien llegaría hasta aquí —dijo Obito, su voz temblando.

—Obito, ¿por qué? —preguntó Kakashi, su corazón rompiéndose al ver a su viejo amigo de esa manera.

—Porque este mundo no merece ser salvado. Solo el Tsukuyomi Infinito puede traer la verdadera paz —respondió Obito, su convicción inquebrantable.

En ese momento, Obito, usando las últimas reservas de su chakra, invocó al verdadero Madara Uchiha. El legendario shinobi apareció en el campo de batalla, su presencia imponente y aterradora.

—Así que finalmente he sido invocado. Obito, has hecho bien. Pero ahora, este es mi campo de batalla —dijo Madara, su voz resonando con autoridad.

La llegada de Madara cambió todo. Con un solo movimiento, desató una tormenta de poder que obligó a todos a retroceder. Su Susanoo era impenetrable, y su control sobre el Rinnegan le daba una ventaja devastadora.

—¡Hinata, Sakura, retrocedan! —ordenó Sasuke mientras intentaba contener los ataques de Madara con su propio Susanoo.

Naruto, con su Modo Kurama, se lanzó hacia Madara, pero fue detenido por una barrera invisible. Madara lo miró con desprecio.

—Niño, no tienes idea de con quién estás tratando —dijo Madara antes de lanzar a Naruto contra el suelo con un poderoso Shinra Tensei.

Kakashi, aún en shock por la revelación de Obito, trató de pensar en una estrategia. —Tenemos que unir nuestras fuerzas. Es la única forma de detener a Madara.

Hinata, utilizando su Byakugan, se dio cuenta de que Madara tenía puntos débiles específicos en su defensa.

—Sasuke-kun, su Susanoo tiene puntos vulnerables en las articulaciones. Podemos atacar ahí —dijo Hinata, su voz cargada de urgencia.

Sasuke asintió. —Naruto, necesitamos coordinar nuestros ataques. Yo atacaré con el Amaterasu, y tú usa el Rasengan para golpear sus puntos débiles.

Naruto asintió, su determinación renovada. —¡Vamos a hacerlo, Sasuke!

Mientras tanto, Sakura y Hinata se enfocaron en apoyar a Kakashi. Utilizando sus habilidades curativas y defensivas, mantuvieron a los enemigos a raya y permitieron que Kakashi se concentrara en coordinar el ataque.

Madara, aunque poderoso, no esperaba una combinación tan efectiva. Con una serie de ataques bien coordinados, Naruto y Sasuke lograron debilitar su Susanoo. Hinata, utilizando su Juuken, atacó los puntos de chakra de Madara, mientras Sakura lanzaba poderosos golpes para desestabilizarlo.

Finalmente, Kakashi, utilizando su Kamui en sincronía con el ataque de Naruto y Sasuke, logró desintegrar parte de la defensa de Madara, dejándolo vulnerable.

—¡Ahora! —gritó Kakashi.

Naruto lanzó un Rasengan masivo, mientras Sasuke desataba un Amaterasu directo al punto débil de Madara. El ataque combinado fue devastador, forzando a Madara a retroceder.

Madara, sin embargo, solo sonrió. —Impresionante. Pero esto aún no ha terminado.

Antes de que pudiera lanzar su próximo ataque, Obito, en sus últimos momentos de vida, interfirió.

—Madara... no puedo permitir que destruyas todo —dijo Obito, su voz débil pero llena de resolución.

Utilizando las últimas reservas de su chakra, Obito selló parte del poder de Madara, dándoles a Kakashi y a los demás la oportunidad de planear su siguiente movimiento.

—Obito... —murmuró Kakashi, viendo cómo su antiguo amigo se desvanecía.

—Kakashi... no dejes que todo esto sea en vano —dijo Obito antes de desaparecer completamente.

Con Madara temporalmente debilitado, Sasuke, Hinata, Naruto y Sakura se reunieron con Kakashi, listos para el siguiente enfrentamiento.

—Esto no ha terminado, pero tenemos una oportunidad. Lucharemos juntos y acabaremos con esto de una vez por todas —dijo Kakashi, su determinación renovada.

Los cinco shinobi se prepararon para la batalla final, sabiendo que la verdadera prueba aún estaba por venir.

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