Capítulo 9

391 36 0
                                    

Capítulo 9: Reencuentro. 

La mañana en Konoha era cálida y clara, con un cielo despejado que presagiaba un día tranquilo. Sin embargo, en el campo de entrenamiento número 3, la atmósfera estaba cargada de expectación. Los ninjas de la generación de Hinata y Sasuke se habían reunido, alertados por la Hokage de que los dos retornados se encontrarían con ellos allí.

Naruto Uzumaki, siempre el primero en llegar, se paseaba impaciente. A su lado, Sakura Haruno y Kakashi Hatake intercambiaban miradas significativas. Ino, Shikamaru, Choji, Kiba, Shino, y Lee también estaban presentes, formando un semicírculo en espera de sus antiguos compañeros.

El silencio fue roto por el sonido de pasos que se acercaban. Dos figuras emergieron del sendero arbolado: Sasuke Uchiha y Hinata Hyuga. Sus rostros, aunque marcados por las batallas recientes y el intenso entrenamiento, mostraban una mezcla de determinación y alivio.

Naruto fue el primero en reaccionar, corriendo hacia ellos con una gran sonrisa.

—¡Sasuke! ¡Hinata! ¡Bienvenidos de vuelta! —gritó, sin poder contener su entusiasmo.

Sasuke esbozó una ligera sonrisa, una rareza en su rostro normalmente serio.

—Naruto... —respondió, aceptando el abrazo de su amigo con una leve incomodidad.

Hinata, por su parte, fue recibida por Sakura, quien la abrazó con fuerza.

—Hinata, estoy tan feliz de verte a salvo —dijo Sakura, sus ojos brillando con emoción.

Hinata correspondió el abrazo, sintiendo una cálida oleada de cariño y nostalgia.

—Gracias, Sakura. Es bueno estar de vuelta —respondió con sinceridad.

El resto del grupo se acercó, formando un círculo alrededor de los dos retornados. Las miradas curiosas y los murmullos de sorpresa llenaban el aire.

Shikamaru, siempre el estratega, fue el primero en hablar con calma.

—Así que, ¿derrotaron a Orochimaru y a varios miembros de Akatsuki? —preguntó, su tono lleno de interés.

Sasuke asintió, cruzando los brazos.

—Sí. Fue un camino difícil, pero logramos superarlo. Orochimaru, Kisame, Itachi, y Deidara ya no representan una amenaza —explicó, con su voz firme y segura.

Choji dejó de masticar por un momento, mirando a Sasuke y Hinata con respeto.

—Wow, eso es increíble. Realmente han pasado por mucho —dijo, su admiración evidente.

Ino, con su usual franqueza, se dirigió a Hinata.

—Hinata, te ves diferente. Más fuerte y segura —comentó, notando el cambio en la postura y la presencia de su amiga.

Hinata sonrió tímidamente, asintiendo.

—He aprendido mucho durante este tiempo. Pero siempre pensé en todos ustedes y en nuestra aldea. Eso me dio fuerzas para seguir adelante —confesó.

Kiba, siempre enérgico, se adelantó con Akamaru a su lado.

—Hinata, me alegra que estés bien. Te extrañamos mucho en el equipo —dijo, con su tono sincero.

Shino, a su lado, asintió en silencio, su expresión oculta tras sus gafas de sol, pero su presencia misma transmitía su aprobación.

Rock Lee, con su habitual entusiasmo, levantó un puño en señal de aprobación.

—¡Sasuke! ¡Hinata! ¡Bienvenidos de vuelta! Han demostrado el poder de la juventud y el espíritu de lucha. Estoy orgulloso de ustedes —exclamó, sus ojos brillando de emoción.

Kakashi, quien había observado en silencio, finalmente habló.

—Han crecido mucho. Konoha es afortunada de tenerlos de vuelta. Estoy seguro de que su regreso traerá cambios positivos para todos nosotros —dijo, su tono paternal y lleno de orgullo.

Sasuke y Hinata intercambiaron una mirada. Ambos sabían que el camino por delante no sería fácil, pero el cálido recibimiento de sus compañeros les daba la fuerza para enfrentar cualquier desafío.

Naruto, siempre optimista, levantó los brazos al cielo.

—¡Vamos a celebrar su regreso! ¡Hoy es un nuevo comienzo para todos nosotros! —gritó, con su energía contagiosa.

El grupo estalló en risas y conversaciones animadas, la tensión inicial disipándose rápidamente. Sasuke y Hinata se sintieron arropados por el cariño y la camaradería de sus amigos, sabiendo que, juntos, podrían superar cualquier obstáculo.

Al final, terminaron yendo a Ichiraku Ramen a comer, valga la redundancia, ramen. Sasuke y Hinata relataron cómo era entrenar con Orochimaru, y cómo eran las misiones que él les había dado; mientras que Kiba, Naruto, Sakura, Ino y Lee eran los que más hablaban, relatando sus propios entrenamientos y misiones. Todos los shinobis de la generación actual podrían concordar que había sido un camino difícil llegar hasta su nivel actual.

—¡Sasuke! Quiero enfrentarme a vos, en un combate amistoso —pidió Naruto, y Sasuke hizo un sonido de fastidio, ya se esperaba algo así.

—Después de comer, teme —respondió el Uchiha.

En ese momento, Naruto desapareció en una nube de humo.

—¿Eh? ¿A dónde fue? —preguntó Lee, verbalizando la pregunta que todos se habían preguntado en su cabeza.

—¿Naruto sabe invocar a algún animal? —preguntó Hinata.

—Sí. Sapos —respondió Sasuke, recordando la vez en que había invocado uno enorme en la batalla contra Gaara, cuando él mismo no pudo hacer mucho contra el pelirrojo.

—Entonces lo que pasó es que los sapos han hecho una invocación inversa —explicó Hinata, y pudo ver más de un rostro confundido, por lo que agregó—: es cuando en vez de invocar uno al animal, el animal te invoca a vos, por lo general en su territorio. Mis invocaciones lo han hecho, por eso lo sé.

Los shinobis de Konoha terminaron de comer, y tras pagar lo suyo —y Hinata lo de Naruto también, pues se había ofrecido—, cada uno se fue a realizar lo suyo. 

Un destino diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora