Capitulo 1 | Dolor

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Trague saliva

En el centro de mi cuerpo crecía un sentimiento de enfermedad que hacia que mis piernas se tambalearan. Mire a aquel hombre directamente a los ojos. No apunto su arma hacia mi, pero sabía perfectamente que estaba dispuesto a matarme, al igual que yo a él.

Tenia que buscar una manera de enfrentarme a el sin morir en el intento. A unos centímetros de mi mano se encontraba una sartén que podría servir para aturdirlo, pero primero tenia que distraerlo.

Mi intención era implantar la duda en su cabeza, así que use la vieja táctica. Mi mirada se desvió a un costado de su rostro por unos segundos antes de volver a su rostro, fingiendo que había alguien detrás suya, luego de repetirlo unas veces más y fingir nervios, note como su sonrisa se desvaneció levemente.

Lo hice sentir inseguro.

En el momento en que volteo la cabeza para revisar si no había nadie detrás de el, rápidamente agarre el mango del sartén.

Un golpe seco resonó por toda la habitación.

El metal de esta hizo un estruendo cuando cayó al suelo, el coloco sus manos sobre su cabeza, haciendo presión en donde había impactado aquella sartén. Vi como una pequeña gota de sangre bajaba lentamente mientras el se arqueaba de dolor, sin perder el tiempo corrí hacia su dirección.

Un fuerte golpe impacto contra su cabeza, rematando aquella herida, pero el no tardo mucho en recomponerse. Mi respiración se entrecorto levemente cuando vi su mirada encontrarse con la mía.

Sus ojos estaban llenos de ira, tanta que  sus arterias se notaban manchándolos de un rojo vivo. Sentí como su puño se estrello contra mi pómulo derecho. Sus anillos hicieron que el golpe fuera mucho más doloroso, reaccione rápido y una lluvia de golpes comenzó a hacerse presente en la sala.

Se escuchó un disparo.

Sentí un pitido en mi oído cuando la bala paso justo al lado de mi cabeza, impactando contra una pared de la casa. Mi rodilla golpeó su estómago haciéndole perder el equilibrio, los dos caímos al suelo. El impacto fue tan fuerte que su arma se deslizó de su mano dejándola a una distancia considerable de el.

Sentí más golpes impactar contra mis costillas y cabeza, las gotas de sangre caían desde mi nariz a su rostro.

Mi sufrimiento le causo gracia

Ese fue mi límite

Mis nudillos impactaron su nariz fuertemente, tanto que podría asegurar que su hueso se había fracturado. Inmovilice sus brazos y en un movimiento rápido lo coloque boca abajo. Puse sus dos manos en la parte baja de su espalda, presionándolas con el peso de todo mi cuerpo, mi rodilla se poso agresivamente en la parte media de esta.

El quedó completamente inmovilizado, pero aún así, su asquerosa risa volvió a hacerse presente.

Escupí la sangre a un lado y me acerque a su oído.

Te mataré las veces que sean necesarias

Fue lo que dije, luego aplique mucha más presión en mi rodilla al igual que en sus brazos.

Tenía la intención de romperlos.

La ira y adrenalina se habían apoderado completamente de mi cuerpo, mi respiración era pesada pero aún no podía entenderlo...

¿Por qué continua riéndose?

¿Porque en vez de amenazarme no salvas a tu amiguita? Está perdiendo mucha sangre alli arriba...

Esas palabras fueron suficientes para hacerme caer en la realidad nuevamente. El oxigeno dejo de pasar por mis pulmones cuando me di cuenta de quién estaba hablando.

Zoé

De inmediato afloje mi agarre e intenté levantarme, a un paso rápido subí las escaleras. Mi cuerpo ardía, sus golpes habían sido demasiado fuertes, sentía pequeñas gotas de sangre recorrer mis mejillas y derramarse por mi cuello.

Mi ojo izquierdo estaba algo morado y mi visión se empezaba a nublar. Pero aún así continue subiendo las escaleras. Antes de llegar a la habitación de Zoé logré divisar un brazo fuera de esta, y allí fue donde la ví.

Billie... —dijo en un susurro apenas inaudible cuando se arrastró lo suficiente para verme en el pasillo.

Mi piel se puso más pálida.

Rápidamente corrí a su dirección, arrodillándome ante su cuerpo sin fuerzas. Un camino de sangre se había formado desde el centro de la habitación hasta la puerta. Con cuidado trate de ponerla boca arriba, cada quejido de dolor era como una puñalada directamente a mi corazón.

Una herida bastante profunda se encontraba a un lado de su abdomen, parecía una puñalada, está desbordaba sangre por doquier. Mire a mi alrededor, en un intento desesperado de salvarla agarre las mangas de su chamarra y amarre estás al rededor de su cintura haciendo una fuerte presión sobre la herida.

Su grito de dolor de escuchó en toda la casa.

Lo siento mucho... —dije en un vago susurro, luego con cuidado la levanté del suelo.

Tomando una gran cantidad de aire, camine con Zoé entre mis brazos con intenciones de bajar las escaleras. Su auto estaba en la cochera, tenía que salir de este maldito lugar. Al bajar las escaleras pude ver a la persona que tanto aborrecía recostada en la pared.

Note que había recuperado su arma, pero la tenía en su cinturón. En el ambiente se percibia un fuerte olor a tabaco.

Buena suerte azulita, te visitare pronto —menciono con aquella sonrisa en su rostro dándole otra succión a su cigarro.

Lo mire, mis ojos llenos de ira e incomprensión, mi deseo de asesinarlo incrementaba a cada segundo que pasaba pero si no transportaba rápidamente a Zoe perdería la suficiente sangre como para que su corazón deje de palpitar, no podía perderla.

Patee la puerta del garaje y desbloquee el auto, con mucha delicadeza deje a mi mejor amiga en el asiento trasero. Con las últimas fuerzas que le quedaban trato de hacer presión en su herida para parar la emorragia, ella respiraba profundamente. Su mirada se perdía pero mantenía sus ojos muy abiertos.

Al verla en este estado mi preocupación solo incremento, no sé si podré llegar a tiempo para salvarla. Entre al asiento del piloto y encendí su auto, una vez las puertas del garaje se abrieron lo suficiente arranque y a toda velocidad sali de la casa.

Cuando pase por la puerta principal pude ver cómo Q se despedía de nosotras, meneando su mano como si fuera un niño pequeño.

Mi mandíbula se tensó.

Mis nudillos se tornaron blancos por la fuerza con la que estaba agarrando el volante y apreté a fondo el acelerador.

Zoé no morirá hoy.

Blue Eyes | Billie Eilish & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora