Quiero morder tus orejas <PavelPooh>

capitulo 3

-¿Estás seguro acerca de esto?

Pavel evadió a Meen, su beta, mejor amigo y el tipo que siempre cubría su espalda, porque en ese
momento no tenía tiempo para escuchar a su amigo regañarlo.

Especialmente considerando que acababa de terminar una reunión grupal con el resto de la manada.

Tuvo que explicarles a los hombres y mujeres de su manada que traía a alguien que tenía el defecto
de estar combinado con su lobo en el mismo cuerpo, en lugar de poder cambiar de uno a otro a
voluntad. Hubo algunos a los que no les interesó, y otros que se molestaron sobre tener a su
preciosa manada contaminada por la misma persona que fue enviada lejos tantos años atrás.

Algunos pensaron que Pavel a propósito estaba despreciando a su padre muerto, ya que había sido
éste quien expulsó a la familia del joven.

―Pavel te estoy hablando ― dijo Meen.

-Lo sé, te estoy ignorando.― respondió Pavel, caminando de regreso hacia su casa donde sabía
que Pooh estaría esperando.

―Bueno, puedes dejar de hacerlo.― Meen demandó, tomando a Pavel por el brazo y jalándolo para detenerlo.

Pavel miró hacia la mano de Meen, y lentamente movió su mirada de regreso hacia el hombre.

Meen lo soltó, pero no bajó la mirada ni mostró su cuello. Miró directamente a Pavel.
―La única razón por la que no te pongo sobre tu espalda en este momento es porque somos
amigos.― dijo Pavel.

-Entonces entenderás por qué estoy preguntando si estás seguro de esto. Él es un defecto, Pavel.― Meen le respondió. ―No puede cambiar a su lobo, y aunque pudiera darte una camada de cachorros, serían tan pequeños y débiles como él.

―Entonces esos serán los niños que tendré.― dijo Pavel, dio la vuelta y empezó a caminar de vuelta a su casa.

La esencia de Pooh lo estaba llamando. Notó un toque de lujuria en la esencia de Pooh cuando el hombre entró a su casa en la ciudad; fue la peor lucha y la más dolorosa de su vida, el tener que esperar a regresar hasta su manada.

Y luego tuvo que hablar con otros miembros de la manada, tratando de evitar que se les erizara el pelo cuando finalmente algunos de ellos se dieron cuenta de que Pavel no estaba bromeando, y que
en realidad estaba cumpliendo su palabra de traer a Pooh Krittin de regreso a la manada.
De hecho puso a un hombre boca bajo, jalando el brazo del tipo sobre su espalda y torciéndolo
hasta que el lobo gritó de dolor.
Si Pavel lo hubiera retorcido un poco más, el brazo del hombre sehubiera torcido. Maldito.

-Estoy seguro de esto. Es mío y está aquí.― Pavel le dijo sobre su hombro, y entró a su casa antes de aventar la puerta cerrándola.

Tuvo que tomar tres segundos para él, porque de otra forma se volvería loco.
Pavel se quedó mirando hacia la puerta, su mano presionando el pomo tan fuerte que estaba seguro
que estaba deformando el metal.
Sus garras empezaban a sobresalir de sus uñas. Apenas dolía, no desde que era un chico y tuvo su primer cambio, pero olió la sangre y eso atrajo a su lobo más a la
superficie.

Después de tanto tiempo lidiando con esas espinas de idiotas, el alfa en él le urgía por despedazar
todo y a todos en tiras.
Todos estos años. Finalmente tenía a Pooh de regreso, justo donde debería estar y los hombres y mujeres de su manada podían hacer poco más que quejarse y presentar sus preocupaciones sobre que la presencia de Pooh podría alterar el cambio de sus propios hijos. No había ninguna prueba que indique que un defectuoso tenía la capacidad de influir en los otros sólo con estar cerca.

Pooh había nacido con orejas, garras y cola y todavía nadie que hubiera nacido después de él en la
manada había quedado atascado a medio cambio como él. Sólo necesitaba llegar hasta su nuevo cachorro.