capítulo 7

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Pooh se sentó en la barra de la cocina cuando Pavel lo sugirió.

―Debes estar hambriento. No has comido nada para el desayuno, ¿verdad?

Seguramente fue por el increíble sentido del olfato de Pavel que lo supo. Probablemente también podía oler que Pooh no se había lavado el semen seco que aún estaba sobre él de lo que habían hecho la noche anterior.

Esa parte fue vergonzoso como la mierda, y también un poco picante, pero Pooh en realidad estaba un poco contento por ello.

-Supongo que tengo hambre, pero es difícil pensar en comida en este momento, ¿sabes?

-Sí. ― Dijo Pavel. ―Tengo muchas explicaciones que dar.

Curiosamente, comenzó a dar esas explicaciones que sentía debía dar, al mismo tiempo sacó un cartón de huevos de la nevera, junto con leche, frutas, otros vegetales y queso. Comenzó a preparar el desayuno de Pooh para él.

-Inicia con cualquier duda que tengas.― dijo Pavel.

-No sabía que supieras cómo cocinar. ― dijo Pooh impulsivamente.

Fue una buena cosa que Pavel no hubiera establecido una cantidad de preguntas que Pooh podía hacer, de lo contrario habría perdido una.

Pavel le sonrió por encima del hombro, y comenzó a desmenuzar el queso cheddar y agregarlo a los huevos que estaba friendo.

-Los hombres lobo comen mucho. Ya sabes eso, sin embargo, ¿no es así?

Pooh asintió.

―Sí, mi padre y hermanos comían como caballos. Mark todavía lo hace. Marlia nunca comía tanto como ellos, pero tampoco comía tan poco como yo.

-Lo noté la noche pasada― dijo Pavel. ―Tu apetito es más humano.

Pooh miró hacia abajo, y sus orejas bajaron.

-Eso no es una mala cosa ― dijo Pavel. ―No siempre pienses que si te comparo con un humano completo, quiere decir que has hecho algo mal.

La cola de Pooh se agitó un poco por esas palabras de consuelo, y sus orejas de lobo se animaron. -Está bien ― dijo.

-En cuanto a la cocina, siempre me ha gustado. Comer fuera es conveniente cuando no hay tiempo, o cuando no quiero dejar mi habitación.―Dijo él sonriendo por encima del hombro a Pooh de una manera que hizo que las mejillas de Pooh llamearan. ―Pero de lo contrario, es un buen momento para mí para pensar. Puedo concentrarme un poco mejor cuando estoy enfocado en algo más.

―Tiene sentido ―dijo Pooh.

A menudo había hecho lo mismo cuando estaba teniendo problemas con un problema de la escuela. Pensar en otra cosa y simplemente andar por las nubes en lo que podría ser una tarea sin sentido, como sus tareas, a menudo le ayudaba a ver un poco más claro.

Pooh se aclaró la garganta. Correcto. Ahora era el momento de entrar en todas las cosas que Pooh quería saber. Iba a ser valiente acerca de esto y preguntar por todo. No quería estar en la oscuridad acerca de lo que su papel era.

―Le dijiste a Meen que yo era tu pareja. ¿Es eso cierto?

Pavel frunció el ceño y lo miró. No fue un gesto enfadado, pero del tipo que estaba confundido.

-¿Por qué iba a mentirle a mi beta de algo así?

Pooh se encogió de hombros.

―Te mordí y me mordiste ―dijo.

Una vez más, Pooh no podía contestarle, y era una lucha el no alejar los ojos del hombre. Pooh se recordó a sí mismo una y otra vez que Pavel quería a alguien que lo mirara, no a alguien que desviara su mirada lejos y se encogiera tan fácilmente.

Quiero morder tus orejas <PavelPooh>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora