entre goles y sueños

06.

Después del partido,nos encontramos en un lugar más discreto dentro del estadio.nos abrazamos fuertemente, sintiendo la alegría y el alivio de estar juntos después de un día tan agotador.

—Estuviste increíble, Richard. Estoy tan orgullosa de ti —dijo Clara, mirandome con admiración.

—Y yo de ti, Clara. Gracias por estar aquí hoy. Significa mucho para mí —respondi besándola suavemente.

NARRADOR

Mientras caminaban juntos hacia la salida, Clara se dio cuenta de que, a pesar de los desafíos y las presiones, lo que compartían era fuerte y verdadero. Sabía que habría más obstáculos en el camino, pero también sabía que juntos podrían superarlos.

Esa noche, mientras caminaban bajo las luces del estadio, Clara y Richard se prometieron que, sin importar lo que el futuro les deparara, enfrentarían todo juntos, con el mismo coraje y determinación que los había llevado hasta ese momento

La relación mía y de Richard se había fortalecido con cada desafío superado, pero el destino estaba a punto de ponerlos a prueba de una manera que nunca imaginaron. La vida profesional de ambos alcanzaba un punto álgido, y con ello, los riesgos y las tensiones se multiplicaban.

había terminado mi serie de artículos sobre la corrupción en el fútbol, revelando escándalos que sacudieron la estructura misma del deporte en el país. Los elogios llegaron de todas partes, pero también las amenazas se volvieron más intensas y personales. Un día, después de recibir una carta amenazante en su oficina, decidi hablar con Richard.

—Richard, esto está yendo demasiado lejos —dije, mostrando la carta. Mks manos temblaban mientras leía las palabras llenas de odio y advertencias.

Richard frunció el ceño, su expresión cambiando de preocupación a determinación.

—No voy a permitir que te hagan daño, Clara. Vamos a hablar con las autoridades y asegurar tu protección —respondió Richard, tomando mk mano firmemente.

Pero las cosas empeoraron rápidamente. Unos días después, recibí una llamada de un número desconocido. La voz al otro lado era fría y amenazante.

—Deja de escribir, Clara. Sabemos dónde vives y conocemos a la gente que amas. Esta es tu última advertencia.

Colgué, sintiendo un nudo en el estómago. Esa noche, mientras trataba de descansar, mi teléfono sonó nuevamente. Era Richard, pero esta vez su voz estaba llena de preocupación.

—Clara, han hackeado mi cuenta de redes sociales. Están publicando cosas horribles sobre ti y sobre nosotros. Necesitamos reunirnos y pensar en un plan.

Quedamos de encontrarnos en un parque cercano, esperando que un lugar público fuera más seguro. Sin embargo, cuando llegué , encontre a Richard rodeado de periodistas y cámaras. Los medios habían sido alertados de nuestro encuentro, y ahora estabamos en el centro de una tormenta mediática.
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