Clara Martínez, una apasionada periodista deportiva, y Richard Ríos, un talentoso futbolista colombiano, cruzan caminos en un momento crucial de sus vidas. A través de encuentros casuales y conversaciones profundas, descubren una conexión que va más...
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Cuando la entrevista terminó, intercambiamos números de teléfono para futuros contactos profesionales. Sin embargo, yo sentia q ese encuentro había sido el inicio de algo más que una simple relación de trabajo.
Salí del estadio con una sensación de satisfacción y una chispa de emoción que no había sentido en mucho tiempo. Mientras caminaba hacia mi carro no podía dejar de sonreír al recordar la mirada cálida de Richard y la promesa de futuros encuentros.
Aquella tarde soleada en Houston me di cuenta q no solo había cubierto un gran partido de fútbol, sino que también había dado el primer paso hacia una historia que cambiaría mi vida para siempre.
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Después de la entrevista me quedé pensando en la morena de hermosa sonrisa intercambiamos números para tener futuras "entrevistas" Pero para mí no era eso tuve una conversación y una conexión muy linda con ella
Unas semanas después de su primer encuentro en el estadio, seguía pensando en clara Las entrevistas habituales con otras periodistas no tenían el mismo brillo; algo había cambiado en su perspectiva. Un día, estaba pensando en escribirle a clara para vernos por cosas de "trabajo"
-Clara-
"Hola Clara, soy Richard. ¿Te gustaría tomar un café esta tarde y continuar nuestra conversación? Tengo un par de horas libres antes del entrenamiento. Saludos, Richard."
Me puse nervioso al enviar el mensaje ya q eso era lo q quería desde hace tiempo hablar con ella
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Estaba revisando unos papeles cuando me llegó una notificación y esa notificación era un mensaje de Richard para vernos
Mi corazón dio un vuelco. Respiró hondo y respondí con entusiasmo, acordando encontrarnos en un café cercano al estadio. Era un lugar acogedor, conocido por su ambiente tranquilo y su excelente café.
llegue un poco antes de la hora acordada. Mientras esperaba, me di cuenta de que estaba más nerviosa de lo que había pensado. Revise mis notas y prepare algunas preguntas, aunque sabía que esta vez la conversación iría más allá del fútbol.
Richard llegó puntual, con una sonrisa relajada y una actitud amigable. Llevaba una gorra y una chaqueta sencilla, intentando pasar desapercibido. Al verme, su sonrisa se amplió y se dirigió directamente a mi mesa.
-Hola, Clara. Gracias por aceptar mi invitación -dijo Richard mientras se sentaba.
-Gracias a ti por invitarme, Richard. Es un placer -respondi, sintiendo que mis nervios se desvanecían al instante.
Pedimos café y comenzamos a charlar sobre temas triviales al principio, pero pronto la conversación se volvió más profunda. Richard me habló de su vida fuera del fútbol, de sus intereses en la música y la literatura, y de su familia, que siempre había sido su mayor apoyo.
-Siempre he pensado que el fútbol es más que un deporte, es una forma de conectar con la gente -dijo Richard, tomando un sorbo de su café-. Y tú, Clara, ¿cómo decidiste ser periodista deportiva?
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Estábamos hablando de mi vida de comm había llegado a dónde estaba y en eso le quise preguntar por su vida
