CAPÍTULO 2 - SENTIMIENTOS

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DICIEMBRE 2023

– No entendí – dije con una risita
– Te voy a explicar.... mira – dijo mientras sacaba una libreta de su mochila. Estábamos en el estacionamiento de la playa, Ian me estaba enseñando a manejar estándar o eso trataba, porque no entendía ni un cacahuate de lo que decía y dibujaba en esa libreta.
– ¿Entendiste? – pregunto.
– Mmm creo que sí.
Ni siquiera recuerdo cómo hice para que no se parara el carro, pero logré estacionar el carro del otro lado del estacionamiento, después de casi chocar con otro carro de frente.
– Eso no estuvo tan mal – dijo Ian.
– Pudo ser peor – dije conteniendo la risa de los nervios.
De un momento a otro mi copiloto se quitó el cinturón y se acercó a darme un beso.
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Mi cuerpo seguía reaccionando a él, incluso después de muchos años, Ian Lane seguía teniendo control sobre mis emociones y pensamientos.... estaba parado frente a mi, en mi despacho, después de seis años.

– Buenas tardes... toma asiento por favor. – dije, maldiciendo una y otra vez por no saber como reaccionar con el.
– ¿Cómo has estado Morgan? – dijo, por primera vez lo mire y note que miraba fijamente mis ojos.
– Bastante bien, gracias.... no sabia que tu eras el Director de Operaciones, ni siquiera que trabajaras en la empresa.
– ¿Te molesta que sea yo con quien tengas la reunión? –
– Claro que no Ian, esto es trabajo, o a ti te molesta que sea yo quien lleve los asuntos legales de la empresa?
– Para nada, sabía perfectamente que tú eras la abogada a cargo, yo hable con el Presidente para darte este lugar.
– ¿Qué? – es lo único que logré articular.
– Sé lo grandiosa que eres, este es un proyecto importante... tenía que poner a la mejor.
– Pues que bueno, me interesa tanto como a ti que este proyecto se lleve a cabo..... Dime que es lo que quieres que vaya en el contrato para comprar las tierras y así poder saber los puntos que no están a discusión con el dueño de la Villa.
– Eso no será tan necesario, iremos los dos juntos a la Villa, yo hablaré con ellos y tú te dedicaras a escuchar para elaborar el contrato.
– Disculpa? Eso no fue lo que platicamos tu jefe y yo por teléfono.
– "Mi jefe" me dejo a cargo de esto, tu no sabes de tierras ni sobre energías renovables, tu trabajo es meramente jurídico, Morgan. Solamente echarías a perder el trato, como siempre.

Auch

– Tú solo dedícate a hablar sobre el trabajo.
– Esta reunión se planeó solamente para decirte que el Viernes por la mañana, nos vamos a la Villa Ecológica, es probable que estemos ahí el fin de semana, pero yo te mandaré todos los detalles por mensaje.

Pero y este zoquete que se cree, que estoy a su disposición, soy su abogada, no su mascota, pero solo logro decir:

– No tienes mi numero, mandalo por correo.
– Morgan, yo pase tus datos es obvio que tengo tu numero celular.
– Está bien.

Mire la hora, no habían pasado ni treinta minutos y esta reunión había finalizado, pero a pesar de que era mi oficina y era él quien tenía que irse, la única que parecía querer huir de ahí era yo..... y fue exactamente lo que hice, tomé mi celular y mi bolso y me pare.

– Muy bien Ingeniero, si es todo lo que tenía que decirme perfecto, tengo que irme a otra cita – dije y este inmediatamente se paró.
– Claro, yo también tengo que irme.

Caminamos juntos hasta la puerta del despacho, la cual abrió para mi... al parecer sigue siendo igual de caballeroso, pensé...... y note que seguía usando el mismo perfume.

– Janet, tengo que irme.... me comunico más tarde contigo.
– Claro licenciada.

Era claro el tono de autoridad que transmitía, pero con estos nervios infundía miedo.... Al llegar al elevador, Ian y yo nos metimos en él y volvimos a quedar completamente solos.

– Das miedo. – dijo
– No es cierto, solo que hoy no fue un buen día.
– Creo saber el porqué.
– Claro porque todo lo sabes.
– No todo, pero si se porque tuviste un mal día.– pues claro que lo sabía, sigo siendo fácil de leer, al menos para él.
– No, no lo sabes, no te he visto en seis años, no sigo siendo la misma de antes.
– No, no lo eres, la Morgan de antes ...la de antes no se habría comportado así como lo hiciste tú hace seis años.

Estuve a punto de decirle sus cositas pero se abrieron las puertas del elevador.

Abrí mi paraguas y caminé hacia mi coche o eso intenté porque Ian se quedó en la puerta del despacho.

– ¿Qué haces ahí parado?
– No traje mi coche, está en el taller.... ya pedí un uber.
No podía dejarlo con la lluvia, no era tan mala.
– Sube, te llevo.

Y lo hizo sin rechistar.... Una vez estando dentro del coche, lo primero que dijo fue:

– ¿Automático? – dijo mirando los cambios del coche.
– Es más práctico – fue lo único que dije, mientras salía del estacionamiento.
– Lo hiciste muy bien esa vez, porque regresaste al automático?
– Pues... mi maestro se alejó. – dije y si me estaba mirando a mi, simplemente desvió su mirada a otro lado que no fuera yo. – ¿A dónde te llevo? – pregunte.
– ¿Te desvías mucho si me llevas a la empresa?
– Pues algo, pero no importa.
– ¿No tenías una reunión?
– Si, la tengo con Leah.
– ¿Aún se hablan?
– Claro, es de las pocas personas que no se alejó.
– Morgan, sabes perfecto por qué me aleje.
– En realidad no lo se, solo te alejaste... pero no importa, solo quedate en silencio lo que resta del camino.

Y así fue, guardó silencio todo el camino, lo único que se escuchaba era la lluvia y el sonido de los claxons.

– Ya llegamos. – dije.
– Gracias Morgan, te enviaré ese mensaje, vete con cuidado.

No dije nada, salió del coche y arranque.

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