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Louis abrió la cafetería como cada día, volteando el letrero al tiempo que recibía a su primer grupo de clientes. Les dió la bienvenida con una sonrisa y los encaminó hasta el mostrador, donde tomó sus órdenes y preparó los respectivos cafés y empaquetó las rebanadas de pastel que pidieron, despidiéndolos una vez que terminó de entregarlos.
Aquella semana se estaría ausentando Zayn, ante la llegada de su celo de imprevisto, lo había descansado por los siguientes días comprendiendo de aquella temporada dolorosa y el descanso que necesitaría, por lo que se había mentalizado en pasar aquellos días en el trabajo por su propia cuenta.
Estaba acostumbrado a trabajar solo, de esa manera había sido en los últimos años, pero no negaba que una ayuda extra no era mal recibida. La temporada alta estaría llegando, los días festivos y los eventos para darle bienvenida al año nuevo no tardarían en surgir por su puerta, por lo que necesitaba prepararse para todo ello a pesar de que podría faltar tiempo.
Terminó de entregar otro pedido, cuando la campana sonó en anuncio de un nuevo cliente ingresando a la cafetería. Su mirada se dirigió hasta la entrada y su lobo revoloteó emocionado al ver a cierto alfa rizado entrar, con un traje color negro y sus zapatos relucientes mientras lo buscaba con la mirada. No negaría que su omega se sintió demasiado contento al observar como lo estaba buscando por todo el lugar hasta que dió con él, haciéndole ruborizar.
Caminó de regreso al mostrador, dirigiéndole una sonrisa.
—Buenos días, Harry. ¿En qué te puedo ayudar hoy?
—Buenos días, Louis. ¿Hay especial el día de hoy? —su mirada se dirigió al cristal donde se resguardaban los postres, inclinándose para observarlos mejor.
—Sí, tenemos pastel de zanahoria, este de acá tiene relleno de plátano y el de acá es de chocolate con fresa, mi favorito a decir verdad —mencionó, apuntando cada pastel respectivamente.
Harry tomó nota de sus palabras, asintiendo.
—Entonces dame una rebanada del de chocolate, junto con un latte macchiato.
—¿Algo más?
—Sería todo —tendió la tarjeta antes de escuchar el monto total, notando un detalle— ¿Te encuentras solo hoy?
—Oh, sí. Zayn tuvo unos percances, así que estoy solo en los próximos días —contestó mientras le entregaba su ticket— Pero estoy bien con ello, no es como si antes no estuviera haciéndome cargo de todo.
—Podrías contratar a otra persona, es demasiado trabajo para ti solo —la preocupación en su tono de voz era evidente, sorprendiendo al castaño.
Lo pensó por un momento.
—Cuando hice las entrevistas para el puesto, me di cuenta que es más difícil y laborioso de lo que pensé, y si me dedico a ello solo estoy desperdiciando el tiempo. Si contratara a alguien, será cuando pueda disponer del tiempo que ahora no tengo, quiero tener la seguridad suficiente de admitir a una persona en mi cafetería, soy delicado con ello.
Harry comprendió sus palabras, asintiendo en comprensión. Lo vió alejarse para preparar su pedido, tomando la señal para caminar hasta el otro extremo donde le sería entregado sus cosas. Su lobo se encontraba disgustado ante la situación, ¿Su omega estaría solo todo este tiempo? Sería mucho trabajo para él solo, acabaría agotado y al día siguiente seguiría trabajando, no tendría ningún descanso y eso le estaba picoteando de molestia.
Pero entendía su posición, sabía que el contratar personal era una pérdida de tiempo para muchas personas y era algo costoso, se vería reflejado en sus ganancias y comprendió que para Louis era un tema delicado para seguir solventando lo del día a día.
Cuando el omega se acercó y le entregó su pedido, le sonrió.
—Gracias, Louis. Ten un buen día, que las horas se te pasen volando.
Sin esperar aquello, le agradeció.
—Muchas gracias, también ten un buen día.
Se despidieron con un asentimiento antes de que el rizado saliera de la cafetería, maquinando su cabeza con posibles escenarios en los que podría hacer que el omega pueda tener algo de ayuda. Estaba tan sumergido en ello que ni siquiera se acordó de iniciar su plan, pero su lobo lo reprochó que aquella era una oportunidad perfecta para conocer al castaño y pasar más tiempo con él.
Una idea se le vino a la mente en ese momento.
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Cuando la alarma sonó, Louis sintió las ganas de llorar ante la interrupción de su sueño, queriendo seguir en su cama hasta que recordó sus responsabilidades en la cafetería. El día anterior había terminado demasiado agotado, siendo un día ajetreado de principio a fin y sin momentos de descanso, donde su comida había consistido en una barra de proteínas y los estantes se habían vaciado con rapidez; agradecía las ventas del día, pero cuando llegó a su departamento lloró por el dolor en sus pies y espalda.
Se preparó para aquel día de trabajo como si de un zombie se tratara, arrastrando los pies mientras salía del edificio hasta el local. Pasó sus manos sobre sus ojos en busca de quitar cualquier rastro de sueño en ellos, sintiéndolos pesados conforme más avanzaba, sacando el manojo de llaves para abrir la cafetería mientras maniobraba entre las cajas de postres que llevaba para aquel día.
Estaba tan sumergido en abrir el local y el cansancio gobernándolo, que no notó la presencia que lo estaba esperando al otro lado de la avenida, con sus brazos cruzados sobre su pecho y de una vestimenta casual, a consideración suya, cruzó al tiempo que el castaño entró a la cafetería.
Harry sonrió ante lo despistado que el omega podía ser, pero cuando entró y la campana delató su presencia, ver la expresión cansada de Louis le borró cualquier indicio de felicidad.
—Oh, Harry —lo saludó, quitándose la bufanda mientras caminaba detrás del mostrador— Acabo de abrir, ni siquiera he girado el letrero. Si quieres ordenar, podrías esperarme un par de minutos mientras termino de instalar todo.
—No vengo a ordenar —confesó, ocultando sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—Entonces, ¿En qué te puedo ayudar? —lo miró extrañado con su franqueza, sin saber la razón del porqué se encontraba ahí.
—A decir verdad, vengo para ayudarte el día de hoy —sus palabras lo tomaron por sorpresa, dejándolo perplejo.
—¿Qué?
El rizado sonrió ante su reacción.
—Sé que necesitas ayuda, se nota el cansancio que pasaste solo este primer día, por lo que me ofrezco para ayudarte aunque sea en algo. Sé que suena algo inesperado, pero prometo serte útil en cualquier lugar donde me pongas, puedo ayudarte a entregar pedidos, atender las mesas, estar en mostrador, si tienes que organizar algo... Te ayudaré, solo dime qué es lo que tengo que hacer.
Louis balbuceó sin pronunciar un solo sonido, tratando de encontrar las palabras adecuadas ante lo dicho. Su lobo lloriqueó contento, repitiéndole que aceptara con insistencia, ¿Pasar tiempo con el alfa mientras lo ayudaba con la cafetería?
Estaba tentando en decirle que sí, ¿Por qué decirle que no? No tenía una justificación válida para ello.
—Yo... ¿Estás seguro en querer hacer eso? ¿No tienes qué trabajar?
—Tengo el día libre hoy, no tengo que ir a la empresa.
—¿Día libre entre semana? Sería mejor que pudieras descansar, no estar atascado aquí trabajando —sugirió con un rubor en sus mejillas.
—No tengo problema, en mis días libres no es que suela hacer mucho.
Mordiendo su labio, asintió.
—Bien, puedes ayudarme. Creo tener en el almacén un mandil extra que pueda quedarte, sígueme.
Y Harry lo siguió feliz, complacido de que el omega aceptara su ayuda por aquel día.
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𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞 [𝐋.𝐒]
Hayran KurguDónde Harry, un alfa malhumorado y de semblante serio, se enamora del dueño de una cafetería, un omega risueño con un aroma atrayente y dulce para si, al comprar todos los días en el lugar, sin poder evitar detenerse con la intención de poder verlo...