DOS CARAS

Despedidas Odiosas

DOS CARAS

Por Torenza

Traducido por Inuhanya

Disclaimer: Yo no soy dueña de ninguno de los personajes de este fic... excepto por Kenji... y lo maté, así que supongo que ya no soy dueña de nadie.

N/A: He vuelto de debajo de mi roca y he traído un nuevo capítulo conmigo como ofrenda de paz. Me temo que solo queda un capítulo más después de este. Y por cierto—dejen de ser quisquillosos! La historia aún no ha terminado y ya me están criticando por haber hecho mal la profecía—no lo he hecho—porque aún no he terminado... cielos...

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Capítulo 23

Despedidas Odiosas

El Sr. Higurashi levantó la vista de su portátil cuando su hija llegó tambaleándose a la habitación del hotel, chorreando jugo de tomate de pies a cabeza y rasguñada con espinas de rosas. Una extraña sensación de déjà vu lo invadió cuando unos treinta guardaespaldas más entraban detrás de ella.

"Papá!" Se quejó Kagome. "Quiero volver al territorio del Sur..."

"No decías eso hace dos semanas." Le dijo él.

"Hace dos semanas todos me amaban!" Espetó Kagome, aunque estaba al borde de las lágrimas. "Porque todos pensaron que iba a matar a los demonios—y fallé y ahora todos me odian! Y aquellos que me odiaban, ahora me aman! No tiene ningún sentido—no puedo ganar sin importar lo que haga!"

"Princesa..." él suspiró.

"Pensé que habías dicho que todo esto llegaría a su fin cuando la profecía terminara!" gruñó Kagome. "No lo hizo! Cuánto tiempo se supone que esto continuará?! Cómo es que esta profecía infalible falló, eh?!"

"Kagome, no ha fallado."

"Qué?" Kagome parpadeó. "Entonces, dónde están todos los demonios muertos?"

"No ha fallado todavía, porque aún no ha sucedido." Se retiró las gafas mientras la miraba. "Lo de ayer fue una coincidencia... lo real aún está por llegar."

"Pero... pero... estaba muriendo... pero Inuyasha me salvó—detuvo la profecía!" Protestó Kagome. "Todo lo que ese escrito decía que sucedería, sucedió ayer! Se acabó!"

"Moriste? Murieron los demonios? Se limpió el mundo?" Sacudió la cabeza. "La profecía no funcionó... siempre funciona, así que no puede haber sucedido todavía."

"Pero..." Kagome vaciló. "Cuándo llegará entonces?"

"Cuando guíes al mundo hacia la luz." De repente sonrió y torció el dedo. "Pero acabo de tener una maravillosa revelación..."

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"Crees que puede oírnos?" Preguntó Sango distraídamente mientras se trenzaba el cabello.

"Espero que no... de lo contrario probablemente les dirá a todos que nos estábamos besando en el armario." Dijo Miroku, golpeando con los dedos el reposabrazos al mismo tiempo que el pitido del monitor cardíaco.

"Oh, lo odiarías, verdad. No querrías que nadie supiera que estás siendo una leyenda otra vez." Dijo Sango sarcásticamente y miró hacia el rostro pálido y perfectamente quieto de Inuyasha. "Si pudiera oír... probablemente te diría que fuiste un idiota por pensar que incluso se despertaría para decirle eso a la gente..."

"Tienes razón... el Sr. Negativo diría eso, no?..." Miroku suspiró y dejó caer la cabeza hacia atrás. "Cuánto tiempo tenemos que permanecer sentados aquí?"