𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟿

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El gran salón del trono de la Nación del Fuego estaba lleno de una tensión palpable

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El gran salón del trono de la Nación del Fuego estaba lleno de una tensión palpable. Zuko, con Iroh a su lado, caminó con paso decidido hacia donde su padre, el Señor del Fuego Ozai, y su hermana, Azula, lo esperaban. La sala estaba iluminada por las llamas, y los guardias miraban con expectación.

─Zuko ─dijo Ozai con una voz autoritaria─. ¿Has regresado finalmente para aceptar tu destino?

Zuko alzó la mirada, con una determinación feroz en sus ojos.

─Padre, Azula ─dijo, su voz resonando en el salón─. He venido a decirles que ya no me importa el trono. Pueden quedárselo. No pelearé más por algo que solo trae destrucción y sufrimiento.

Azula soltó una risa cruel, pero Ozai la silenció con un gesto.

─¿Y qué es lo que deseas entonces, Zuko? ─preguntó Ozai─. ¿Vivir una vida de exilio y deshonra?

─Prefiero una vida de exilio que una vida sin propósito ─respondió Zuko─. He encontrado algo mucho más valioso que el trono: la paz y el amor. Y no dejaré que ustedes me lo arrebaten.

Azula entrecerró los ojos, su rostro lleno de desprecio.

─Entonces, eres un cobarde ─dijo─. Huye, si eso es lo que deseas. Pero siempre serás una sombra de lo que podrías haber sido.

Zuko no respondió. Dio media vuelta y, junto con Iroh, comenzó a caminar hacia la salida.

─Zuko ─llamó Ozai, su voz cargada de amenaza─. Si te vas ahora, serás considerado un traidor para siempre.

Zuko se detuvo y miró a su padre por encima del hombro.

─Ya soy un traidor a sus ojos, padre ─dijo─. Y estoy en paz con eso.

Con esas palabras, Zuko e Iroh abandonaron el salón del trono, dejando atrás la Nación del Fuego y su oscuro legado.

Zuko entró en la fría mazmorra donde reposaba el cuerpo de Nyla. La tristeza y la desesperación lo envolvieron al verla tendida en el suelo, inmóvil. Se arrodilló a su lado, tomando su mano fría en la suya, mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

─Nyla, lo siento tanto ─susurró, su voz rota por el dolor─. Te prometí que te protegería y fallé. Te amo, y no sé cómo seguir sin ti.

La abrazó con fuerza, dejando que sus lágrimas cayeran sobre ella. El dolor era insoportable, y la culpa lo consumía.

Finalmente, se apartó un poco y sacó un pequeño frasco de veneno de su bolsillo. Lo miró con una mezcla de resolución y tristeza.

─No puedo vivir sin ti, Nyla ─dijo─. Así que te seguiré, dondequiera que estés.

Abrió el frasco y bebió el veneno sin dudarlo. Sintió el líquido frío descender por su garganta, y un entumecimiento comenzó a apoderarse de su cuerpo. Se recostó junto a Nyla, abrazándola una vez más mientras su visión se oscurecía.

─Te amo, Nyla ─susurró por última vez, y luego, todo se volvió negro.

Iroh corrió por los pasillos de las mazmorras, su corazón latiendo con fuerza. Había descubierto que el veneno de Azula no era letal, solo inducía un estado de muerte aparente. Pero cuando llegó a la celda, la escena que encontró lo dejó sin aliento.

Zuko yacía inmóvil junto a Nyla, ambos abrazados. Sin embargo, había algo diferente en el rostro de Nyla: un ligero movimiento, una respiración suave. Iroh abrió la puerta y se arrodilló a su lado.

─¡Zuko! ¡Nyla! ─gritó, tratando de despertarlos.

Nyla abrió los ojos lentamente, desorientada. Miró a Iroh, y luego a Zuko a su lado.

─¿Qué...? ─comenzó, pero su voz se quebró al ver el frasco de veneno vacío cerca de Zuko─. ¡No! ¡Zuko!

Iroh sintió una oleada de desesperación mientras revisaba a Zuko, pero no encontró signos de vida.

─Zuko bebió un veneno verdadero ─dijo con tristeza─. Nyla, lo siento tanto.

Nyla rompió a llorar, abrazando el cuerpo de Zuko con fuerza.

─No... no puede ser... ─sollozó─. ¡Zuko, por favor, despierta!

Iroh se sentó junto a ellos, su propio dolor palpable en el aire. La tragedia de ese momento se hizo aún más intensa con la cruel ironía de que Nyla había sobrevivido solo para perder a Zuko.

En el silencio de la mazmorra, Iroh levantó la mirada al cielo, susurrando una oración por el alma de su sobrino. La pérdida era devastadora, pero sabía que debía ser fuerte por Nyla, que ahora enfrentaba un dolor inimaginable.

Y así, en esa oscura celda, el sacrificio de Zuko se convirtió en un doloroso recordatorio del precio del amor y la guerra.

Y así, en esa oscura celda, el sacrificio de Zuko se convirtió en un doloroso recordatorio del precio del amor y la guerra

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𝙰𝚖𝚘𝚛 𝙳𝚎 𝙳𝚎𝚜𝚝𝚎𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜 - 𝚉𝚞𝚔𝚘 𝚡 𝙾𝚌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora