Un Recuerdo Estrellado

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— ¿De verdad no vas a hacer nada? — Lya tomó del brazo a Nicole antes de que saliera del baño.

— ¿Qué puedo hacer, Lya? — preguntó desesperada.

La rubia rodó los ojos — Decirle la verdad a tu padre... Van a echarla si no intercedes por ella.

Lamentablemente, la joven Santana empezaba a encariñarse con la guardaespaldas, y estaba enojada por la falta de consciencia de su mejor amiga. Después de largas horas encerrados en el estudio, con los paparazzi acechando la zona y los abogados tratando de conciliar con Adam Wright, por fin tenían un respiro, y no pudo evitar que su mente evocara a la joven Vega.

— Sabes perfectamente que no quiero tener guardaespaldas — dijo encarándola.

Santana suavizó su voz, sabiendo que era hora de tocar temas sensibles — Los necesitas, Nicki... — la menor frunció el ceño en el momento en que su mejor amiga acarició su rostro — Se que quieres dejar todo esto atrás, pero lo que pasó...

— No quiero hablar de eso ahora — interrumpió tajante.

— Nunca quieres hacerlo — su mano se deslizó desde su mejilla a su hombro, dandole un ligero apretón — Pudiste haber muerto...

Nicole sintió su corazón estrujarse. En los últimos meses había recibido cientos de mensajes de afecto y comprensión que insistían en que debía olvidar aquel trágico suceso, pero nadie se había atrevido a mirarla a los ojos y plantarle los pies en la tierra. Notó con amargura que el sentimiento de seguridad que la invadió en los últimos días se escurría entre sus dedos.

— Es un tema cerrado, Lya. Él está en la cárcel y no podrá salir — su respuesta buscaba calmar un poco las aguas turbulentas en el rio de sus pensamientos.

La bajista bufó — Nicole... Antes de que Tayga apareciera, te temblaban las piernas de solo pensar en salir de casa. Andabas por la vida enganchada del brazo de tu papá. ¿Es tan difícil para ti aceptar que ella te hace sentir segura?

Ella soltó una risa entre nerviosa y burlona — ¿De qué carajos hablas? Si apenas la conozco.

— Te vas a arrepentir — aseguró — Después no digas que no te advertí.

Russo suspiró — ¿Qué es lo que te molesta tanto? — le preguntó con apatía.

Lya enderezó su espalda y cruzó los brazos, adoptando una posición mucho más seria — ¿Por qué no le dijiste a tu padre que Wright intentó tocarte? — se acercó varios pasos, arrinconándola entre su cuerpo y la puerta — ¿Piensas contarle que trató de entrar al baño contigo o vamos a fingir que no pasó?

— Eso solo aumentaría su preocupación — dijo negando con la cabeza — No puedo seguir siendo una carga para ellos...

— ¡Son tus padres, Nicole! — exclamó — ¡Siempre van a estar preocupados por ti!

— Pero...

La madera detrás de ella resonó con fuerza, interrumpiendo su conversación. Desde afuera, se escuchaba la voz lejana de Jared, quien buscaba a su novia de manera desenfrenada.

— Ni una palabra de esto a Jared — susurró antes de abrir la puerta con una falsa sonrisa en su rostro — ¡Mi amor! — exclamó lanzándose a su pecho.

Green la abrazó con fuerza, sosteniendo su larga cabellera entre sus manos — ¿¡Estas bien!?

La azabache levantó el mentón — Sí, no pasa nada — respondió con seguridad, calmado sus nervios.

Lya los observó con desagrado, y a pasos fuertes, trató en vano de marcharse del lugar. Lo hubiera logrado si Freddy no se hubiera interpuesto en su camino.

FAMA, FUEGO Y FANTASMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora