Desde tiempos antiguos, la dinastía Dankworth era solo era una familia plebeya al servicio de la fe, la cual estaba al mando de todo Nightrom con un gobierno dictador y esclavista, hasta que Harryet Dankworth se levantó en contra de la fe junto a ot...
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Por muy ostentoso que pareciera el festejo en honor a la princesa Venus, para el rey no era suficiente, quería llenar la grieta que quedó entre el y su hermana con festines, torneos y lujos.
La noticia de la muerte de Robb Lancaster había llegado a los oídos de toda la corte y de toda la plebe, se le rindió tributo como debe de ser y se festejo en su honor.
Durante los dos días que ya han pasado luego de su regreso, Venus ha pasado cada momento con los hijos de Leif y con Aleera intentando compensar de alguna forma la ausencia de Robb, ya tendría tiempo para pasarlo junto a Elijah y Juliette.
—¿y?
—¿y? —Aleera miró con curiosidad a Venus quien estaba sentada en el suelo con Alec II en su regazo.
—¿Cómo ha ido tu vida siendo la esposa de el príncipe heredero? —Venus dejó de observarla para darle su atención al pequeño niño en sus brazos.
—mi princesa, el príncipe es un gran hombre, tiene todas las cualidades que una mujer puede desear.
—te pregunté por ti, no por el imbécil de mi sobrino. —Venus al ver que Aleera guardaba silencio continuo hablando. —esperaba ver a la joven Aleera que defendía su postura sobre ser una mujer fuerte, no a esta réplica barata de mi cuñada Katherine ¿acaso ella te ha lavado el cerebro de semejante forma?
Aleera solo se mantuvo en silencio, si hablaba sobre la reina, su cabeza sería la que correría riesgo.
—al parecer estoy en lo correcto, mi cuñada, la santísima y purísima solo le gusta lanzar veneno sobre las jóvenes bellas e indefensas como tu, no te confíes Aleera, ella no es amiga de nadie.
Dicho esto, Venus se levantó con Alec en sus brazos y le dejó en su cuna para luego salir de la habitación.
Ahora vendría lo más complicado, encarar a Juliette.
Mientras Venus caminaba hacia los aposentos de su sobrina, las personas se inclinaban por respeto y a la vez murmuraban cosas inaudibles para Venus.
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