Carta cincuenta y nueve.

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Me invitaste al "Prom". Con una escultura tamaño real de mí.

Y yo te dije que sí. Me dijiste "Dímelo en francés, Lily (Con ese apodo que me pusiste realmente estúpido que al mismo tiempo es la cosa más dulce del mundo) Me gusta que me hables en francés."

Rodé los ojos y respondí "oui".

Solo no pude evitarlo y me eché a llorar como una cría.

Te besé y nos besamos y mamá lloró. Papá te dio la "bendición" y yo estaba muy avergonzada y muy, muy feliz.

-Una escritora... más que enamorada.

De una escritora a un artista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora