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Hola, cara de rata.
La profesora Tamayo no me cae bien, me regaño por perdernos la clase, dijo que soy una mala influencia ¿en serio nunca antes habías faltado a una clase?
Ayer me gustó mucho. Jamás había durado tanto en un abrazo, fue agradable pero tu olor es dulce, hueles a caramelo. No me agrada lo dulce.
Mi mamá me permitió ir a tu casa a completar el cohete a cambio de limpiar la cochera, ¿te parece bien que vaya?
No sé porqué seguimos mandando notas, ¿no es mejor simplemente hablarnos?
PD: No le hagas caso a mi pregunta, voy a seguir mandando todas las notas que quiera. Me gusta.
-Obanai.
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Iguro veía desde lejos como Tomioka tenía una sonrisa en los labios mientras leía la nota entre sus manos, había tomado la costumbre mirarlo de vez en cuando.
Se sintió más aliviado el día de ayer por todas las dudas y miedos que tenía por su nueva amistad, no sería la primera vez que su madre aleja "sin querer" a una persona de su vida, sin embargo Tomioka quiso seguir con él, no solo como su pareja del proyecto sino también como un verdadero amigo.
Sonrió debajo de la mascarilla volviendo su atención al cuaderno, terminando de copiar lo que la profesora había escrito en la pizarra, cerró la libreta y jugó con el lápiz.
De pronto sintió un golpe desde la mesa de atrás, Obanai se giro viendo a Shinazugawa.
—¿Qué pasa?
—¿Me ayudas?
La expresión del albino no era de enojo, en realidad tenía algo de pena. Con sus manos acercó su propia libreta al azabache.
—No voy a copiarte la tarea, flojo.— Arrugó las cejas con fastidio, definitivamente su amigo era perezoso.
—E-es que esto va para el exámen ¡no entiendo mi letra, necesito tu ayuda, enano!- Insistió con suplicas bajas.
—Te he dicho que practiques tu caligrafía, no soy tu esclavo.— Volvió su vista a la mesa.
El más bajo pudo escuchar un par de lamentaciones de su amigo desde atrás, incluso también sintió molestias como los pequeños golpes en su espalda para llamar su atención.
—Por favor, por favor, ¡te compro algo en cafetería! ¿qué dices?
—Odio la comida de la escuela, además no quiero perder mi tiempo en anotaciones ajenas.
Y así se quedaron un par de minutos, Iguro para entretenerse de la insistencia furtiva de su amigo vio a Tomioka secretamente, recordando algo importante.
No puede escribir bien.
Lo veía luchando con el lápiz, y es que el día de ayer se había percatado de eso por su propia boca y la última nota recibida, aún con el remordimiento de la mordida en su pecho vió a la profesora entretenerse charlando con uno de los estudiantes, decidió pararse ignorante de las nuevas quejas de Sanemi.
Camino entre los pupitres viendo como algunos compañeros seguían copiando o se entretenían dibujando sin siquiera haber terminado el título.
Llegó al puesto de Giyū y llamo su atención poniendo su mano en la mesa, cuando Tomioka alzo la vista Iguro lo vio sonrojarse por la sorpresa.
—I-iguro.— Dijo el mayor con una mano en su boca, sonando sorprendido.— Hola uh... ¿qué pasa?
Era la primera vez que se hablaban de esta forma en el salón de clases, siempre se habían aguantado hasta la hora de comer o receso.
—¿Quieres ayuda?— Sus manos se movieron de la mesa hasta intentar quitar el cuaderno de Tomioka.— Me dijiste que te costaba escribir.
La forma en la que el rostro de Giyū se sonrojo ante la preocupación hizo que Obanai también se avergonzara un poco de sus acciones.
—N-no hace falta, yo puedo.— Sonrió con aquellos zafiros brillando.
—Por favor, quiero ayudarte.— Jalo un poco el cuaderno de la mano sana de Giyū, pero este se notaba aún negativo.
—No me sentiría cómodo dejándote mi tarea.— Insistió atrayendo el cuaderno de vuelta.
—Yo no me siento cómodo dejándote escribir en mal estado.— Seguía negándose amablemente a ser rechazado.
—P-pero...— La queja sonó débil, estaba cediendo ante el menor, pero después volvio a tener una leve motivación.— Lo siento pero no, no me parece correcto.
Antes de que Iguro pudiese decir algo Tomioka hizo uso de su fuerza y arrebato el cuaderno de las manos. En serio que el más alto no se sentía cómodo dejando que Obanai haga eso, apreciaba su ayuda pero no le gusta recibirla.
Iguro en cambio inflo su pecho de aire, haciendo una mueca molesta por ser rechazado de esa forma.
—Tonto cara de rata.— Dijo Iguro sin esperar una reacción del mayor, Tomioka estaba acostumbrado a ese apodo y le agarro cariño.— ¡No te pregunté si querías ayuda o no, dame el cuaderno!
En realidad sí lo hiciste, dijo Tomioka en su mente pero por la furia de Obanai ni siquiera pensó en decirlo.
Rápidamente las manos de Obanai jalaron la libreta de la mesa.
—Te voy a ayudar y para eso no necesito que me des permiso, bruto.
Antes de que Giyū pudiera decir algo Iguro ya se había escapado entre las mesas para irse a la suya, el azabache no tuvo de otra que resignarse.
—Oh, qué carácter...— Las manos de Tomioka se quedaron en la mesa moviéndose un poco inquietas.
Estaba totalmente perdido.
Que Obanai se haya tomado la molestia de copiar su tarea no era el problema principal por el que se negaba.
Ahora estaba preocupado de que el menor pudiera leer las anotaciones que había hecho en las últimas páginas, tenía cosas vergonzosas anotadas, algunas (todas) eran de Obanai.
—Dios, ¿por qué tiene que ser terco?
Giyū se escondió en sus brazos quedando en posición de descanso en el asiento, no pudiendo hacer nada ante la incertidumbre.
Obanai en cambio ignoró la vergüenza desbordante de su amigo, tenía un aire triunfal por haber quitado el cuaderno y se sentó en su pupitre comenzando a anotar felizmente.
Shinazugawa que vió todo no pudo evitar sentir decepción y traicion.
—¡Pequeño traidor!— Volvió a su expresión molesta de siempre.— ¡Me cambiaste!
—No te cambie, no exageres.— Susurró sin quitar la vista del cuaderno.— Tú sigues siendo mi amigo.
—¡Pero le haces la tarea a él!
—Él... él es diferente.— Defendió.
—¿Diferente? ¿Es tu novio ahora?
La pregunta hizo sonrojar a Iguro, este dejo de escribir unos segundos sintiendo como su mano temblaba.
—N-no, él también es mi amigo pero...— No supo que decir unos segundos.— Es un amigo diferente.
Shinazugawa quien tenía todos estos días analizando las pequeñas acciones que ambos hacían y las pocas cosas que Obanai le llegaba a decir, no se trago para nada la respuesta que le habían dado.
—Eres un traidor, no le creo a traidores.
—Mejor ponte a escribir, tonto.
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•-Notas en clase-•GiyuOba•
ФанфикшнNotas escritas por dos enamorados. °° °° °° °° °° °° °° °° °° ×AU ESCOLAR× Obanai y Giyū son estudiantes. °° °° °° Capítulos cortos. Actualizaciones rápidas. °° °° °° °° Si no te gusta este ship, eres libre de irte sin dejar malos comentarios. ¡So...
