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Cuando se estacionaron frente a la casa de Charlie, el silencio era sofocante. Tras el shock de lo que ocurrió en el bosque, se quedaron sentados, sin moverse ni bajarse de la camioneta. El motor se escucha como un mantra, pero dentro del vehículo, el ambiente era tenso y cargado.
Matty fue el primero en bajar. Se limpió la cara con las mangas de su buzo, intentando borrar las huellas de sus lágrimas, y cerró la puerta del vehículo con un golpe. Bella se apresuró a seguirlo.
-No le digas a Charlie.-dijo rápidamente, con voz urgente.
-Bell... ¿en serio...?-Matty comenzó a replicar, pero Bella lo interrumpió, con ojos suplicantes.
-Es peligroso el solo saber de ellos... No involucremos a papá. Por favor, Matty.
Matty asintió lentamente, comprendiendo el peso de sus palabras. Nunca querría que Charlie esté en peligro, pero le asusta saber que él recorre el bosque buscando sin saber a un monstruo. Con un último vistazo al bosque a lo lejos, siguieron caminando hacia la casa.
Al entrar, se encontraron con Charlie y Harry Clearwater, que discutían sobre los recientes casos de Forks y la última pesca. Se estaban preparando, acomodando el la mesa de la cocina. Matty se sintió aún peor viendo tanta normalidad; apretaba los puños, al borde de confesar todo. Bella vio su intención y se adelantó corriendo, hablando apresuradamente en la cocina.
-¡Papá! ¡Son lobos! No es un oso, son... enormes lobos. Los vimos con Matty. En el bosque y...-dijo, mirando a Matty con súplica. Él la miró incrédulo.
-¿Qué? ¿Qué carajos hacían en el bosque..? Matty, ¿tú también ahora?-dijo Charlie, casi exasperado porque ahora sean los dos. Pero Matty miraba a Bella entre confundido y con molestia.
-Bell, no son los asesinos y tú lo...-intentó decir, pero Bella lo tomó del brazo, susurrándole 'por favor'. Matty cerró los ojos, molesto. Si no fuera por esos lobos, estarían muertos, estaba seguro. Y no es que confiara en esos animales sin más, pero la situación lo había llevado a esto. Y le parecía ridículo que Bella quiera desesperadamente ocultar a ese monstruo y no a los lobos gigantes.
-¿Lobos...?-habló Harry.
-Bella... ¿Estás segura? ¿Lobos?- preguntó Charlie, mirando a su hija como si se hubiera vuelto loca. Quizás sí-.¿Matty?
Matty miró a su padre ahora. Se mordía por decir todo de una vez, pero sabía que aunque no podía hablar del monstruo de ojos rojos, al menos podrían ser precavidos si los deja pensando en que hay enormes lobos merodeando...
-Sí, papá... son lobos.-confesó finalmente. Bella suspiró y soltó su brazo. Matty vió a su padre confiar en él e irse con Harry a reunir gente y armar una cacería. Eso fue todo.
Bella parecía escaparse a su habitación y él la siguió. Tenían una conversación pendiente. Más que pendiente, urgente. Ella solo lo miró cuando él entró y cerró la puerta tras de sí. Ambos suspiraron al mirarse, y luego se sentaron, uno frente al otro, en el respaldo de la cama y la punta de los pies. Permanecieron en silencio unos minutos hasta que Matty decidió comenzar a cuestionarla.
