Del color de la sangre.

Paternidad

Takeomi no sabe como lo hizo, pero en tres días Hanma le había presentado papeles de adopción para Chifuyu y Takemichi Hanma, los cuales a partir de su adopción serian Chifuyu y Takemichi Akashi, y no solo eso, el joven había hablado con el ceo de Estudios Matsuno, explicando la situación de los chicos, concreto otra cita para la firma del contrato, algo a los que el hombre no puso mucho problema.

Ahora Takeomi no solo era padre de dos chicos de catorce años, si no también representante artístico, en que carajos estaba pensando Hanma.

¡Mierda! _ exclamo el pelinegro mientras miraba el enorme edificio frente a él.

Había llegado el día para la firma del contrato, y Takeomi, estaba fuera de la compañía EM, junto con los que ahora eran sus hijos; ¡mierda! El jamás pensó que su nombre pudiera estar en la misma oración que hijo, a menos que este tuvieran un sin, o un no de por medio. Ahora aquí estaba, en sus veinticinco años entrando en una compañía artística con un par de mellizos que llevan su apellido; si sus hermanos lo vieran sería una burla.

Takeomi suspiro en fastidio, y luego camino hasta donde estaba la recepcionista.

Buenos días_ llamó Takeomi, la mujer lo miró; un hombre guapo sin duda.

Puedo ayudarlo _ dijo

Tenemos una cita con el señor Natsu Matsuno _ dijo señalando a los niños detrás de él, la mujer los miro y recordó al par de hecho como olvidarlos, ellos y su acompañante anterior no pasarían desapercibido. La mujer sonrió.

Al parecer le fue bien es su prueba_ les dijo a los mellizos, cuales asintieron _ felicidades _ dijo con una sonrisa.

Mientras tomaba el teléfono y marcaba un numero _ me recuerdan sus nombres.

Chifuyu y Takemichi Akashi _ dijo Takemichi, la mujer frunció el ceño, pero no dijo nada.

El señor Matsuno los espera en su oficina_ dijo la mujer _ piso 32 _ Takeomi agradeció y camino hacia el ascensor con los chicos siguiéndolo.

En serio espero que esto acabe rápido_ dijo Takeomi, quería un cigarrillo, en serio el pelinegro estaba agradecido que su estado de vampiro no le evitara tener su relajante ración de nicotina diaria.

No será mucho _ dijo Takemichi _ solo discutirás algunos puntos y condiciones con el señor, firmarás y ya está_ dijo el rubio.

Luego estaré sentenciado a asistir a cada lugar al que ustedes vayan _ se lamentó el pelinegro.

Eres un horrible padre _ dijo Chifuyu con el ceño fruncido y Takeomi se rio.

Lo se _ dijo el pelinegro _ de hecho nunca me vi como uno, soy horrible cuidando niños _ dijo el pelinegro haciendo sonreír a los mellizos.

Lo eres _ dijo Chifuyu _ pero Takemichi y yo todavía estamos vivos, así que lo estas haciendo bien _ felicito el rubio.

Un rato despues el trio se encontraba entrando a la oficina del ceo, quien se puso de pie al ver al par de chico.

Jóvenes _ dijo Natsu y luego miro a Takeomi _ imagino que usted es el nuevo representante _ Natsu Matsuno _ extendiendo la mano al pelinegro.

Takeomi asintió _ Takeomi Akashi _ dijo el hombre tomando la mano ofrecida, Natsu miro a los mellizos, y sonrió con algo de pena.

Lamento lo de sus padres _ dijo el hombre y los chicos agradecieron _ pero me alegra que podamos seguir trabajando juntos _ dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia el escritorio _ Tomen asiento _ dijo mientras se sentaba y señalaba las tres sillas cómodas frente al escritorio.

Duro un poco mas de dos horas, la reunión; algo que impresionó a los hermanos fue el hecho de que Takeomi se había asegurado de que los chicos tuvieran como mínimo un día completo a la semana libre de cualquier trabajo, él se encargaría de administrar las redes de los chicos, discutieron las ganancias, no estaba permitiendo el control en las relaciones de cualquier tipo de los chicos a menos que fuera algo realmente impactante; eso fue algo que no le gusto a Natsu, pero acepto.

Para el final de la tarde Chifuyu y Takemichi Akashi tenían un contracto artístico por cinco años, y horario realmente pesado el cual tuvieron que modificar para dejar libre el domingo; por que incluso si era para promocionar Takeomi no permitió que los chicos trabajaran toda la semana, empezarían al día siguiente con la grabación de su primera canción, la cual era para la promoción, el viernes con una sección de fotos.

.

.

.

Shuji Hanma no estaba contento, el pelinegro tuvo que separarse de sus hermanos, y todo por un grupo de bastardos que querían ajustar cuentas con él. Porque no importa lo que dijeran las autoridades los sucedido con sus padre no fue mas que una maldita amenaza de una pandilla rival, que había atacado a las familias de los lideres de la suya, para mala fortuna, la suya y la del capitán más reciente Kisaki Tetta fueron los que terminaron con ellos muertos.

Pero obviamente eso no se quedó así, en el momento en que Shuji supo quiénes fueron los responsables de tal acto, se encargó de ellos, fue una noche larga, en una bodega a las afueras de Tokyo se encontraban siete personas todas encadenadas, mientras que Hanma estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas y fumando un cigarrillo.

Hanma_ una voz llego desde la entrada del lugar, el pelinegro volvió la mirada para ver a cinco personas, uno era el comandante de la pandilla en la que estaba _¿que esta pasando? _interrogó Osanai mirando al grupo encadenado.

¿Quiénes son ellos? _ preguntó uno de los capitanes.

Ellos son los bastardos que se atrevieron atacar a nuestras familias_ dijo Hanma

¿Cómo lo...?

Tengo mis contactos_ dijo Hanma poniéndose de pie _ los llame no para discutir que vamos hacer con ellos, si no para que vean lo que les hago a las personas que se meten con algo importante para mi _ dijo Shuji con una sonrisa amarga _ gracias a estos bastardos tuve que separarme de mis hermanos menores, y aparte los hicieron llorar cuando mataron a nuestros padres_ dijo golpeando al que era el líder de los chicos _ mis hermanos le había tomado cariño a esa pareja _ dijo antes de dar otro golpe, y otro; y siguió.

Esa noche, los capitanes de Moebius se horrorizaron por lo que presenciaron, se aturdieron con los gritos del los siete hombres que Hanma había torturado por horas antes de matarlos, para cuando terminó el joven de dieciséis años estaba cubierto del rojo carmesís y los siete hombres muerto.

No me interesa quien sea, si alguien toca lo que es mi lo matare_ dijo mirando a los capitanes de Moebius