Después de todo, siempre fue el destino (BL)

Otro día más, no?

(Bakugo)

<<Que maldita pereza, de verdad. Estoy harto de partirme la espalda todos los días hasta tarde para luego repetirlo otra vez, y todo porque los inútiles de la agencia se rascan los cojones todo el día y lo tengo que hacer yo todo. Algún día les exploto la cabeza de un hostión, a ver si espabilan joder.

...

Dek- digo, Izuku...
¿Que habrá sido de él...? No lo he visto desde que nos separamos en secundaria. Mierda, si es que soy gilipollas. Mira que decirle todo eso sin pensarlo... Me arrepentí al momento, pero no tenia los huevos para pedir perdón o siquiera insinuarlo. Y encima tenía que ser él el que me gusta, no podría ser un extra cualquiera, tenía que ser él. Que putada tío. Supongo que es el karma por ser un capullo. Ojala poder verle y al menos pedirle perdón....>>

Me levanté muy temprano, como siempre. Desayuné con calma ya que tenía tiempo de sobras, y me fui a clases.
<<Empezaré el último año en la UA y por fin me graduaré, ya era hora, después de tanto trabajo y estudio joder.

No me fastidia ir a clases, sino tener que salir de ellas e ir a la agencia para repetir lo mismo de siempre. Por eso estoy de mala hostia. Si los idiotas esos hiciesen la mitad de lo que hago yo, no estaría tan ocupado hasta tan tarde.>>

En clase hicieron lo de siempre, nada fuera de lo normal. Y luego entrenamos un par de horas hasta que nos dejaron salir. Sinceramente no quería irme, por que significaba que tenía que ir a trabajar diez veces más que lo que hago en la UA.

Decidí irme a algún sitio apartado un rato y fumar para así tranquilizarme un poco antes de que me ponga de los nervios delante de mis compañeros de pacotilla.
No soy imbécil, soy consciente de que casi todos saben quien soy ya que en los dos últimos anos he ganado bastante fama venciendo villanos, por eso me cubrí bastante antes de salir, pretendiendo ser irreconocible.
Me paseé un rato por los callejones hasta que encontré el sitio perfecto.

Me apoyé en la pared y me puse a fumar para matar el tiempo. Cuando iba por mi segundo cigarro, noté que alguien se acercaba <<joder>>, tiré el cigarrillo a medio fumar y me tapé por si acaso. No quise prestarle atención ya que no debería de reconocerme ni pasando por al lado mío.
Lo ignoré, y eso hice hasta que se freno de golpe, a más o menos metro y medio de mí y oí algo caerse al suelo. Un móvil.

Giré la cabeza con la intención de ver que había pasado, pero justamente en ese momento reconocí instintivamente al propietario del móvil. <<No puede ser...>>