Ya en Atenas.

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—"Καλημέρα, καλώς ήρθατε στην Αθήνα, την πολιτιστική πρωτεύουσα της Ελλάδας."

Las palabras resonaron en el aire, envueltas en la calidez del sol griego que bañaba la entrada del hotel. Atenas, la ciudad de la sabiduría, nos abría sus brazos. Liam, a mi lado, irradiaba una alegría contagiosa, sus ojos brillaban con la fascinación de descubrir un mundo nuevo. Y entre esos destellos, creía percibir un brillo especial dedicado a mí, una chispa que la cercanía de este viaje podría avivar, pensaba Kaint.

—Es un lugar precioso, Kaint —dijo Liam, su voz llena de asombro—. Pero no entiendo ni una palabra, ¿cómo se dice "hola" en griego?

— "Kalimera" —respondí con una sonrisa—. De hecho, así nos han recibido en el hotel: "Καλημέρα". Aunque lo que tú conoces como griego es la versión moderna, los filósofos que estudiaremos utilizaban el griego ático. En lugar de "Kalimera", ellos dirían "alégrate", que se escribe "Χαῖρε" (Jaire).

— ¡Qué interesante! Me gusta más el saludo antiguo. Decir "alégrate" transmite más respeto y alegría. Oye, hablando de los filósofos... cuando mencionaste el "arjé", ¿a qué te referías exactamente? ¿Quiénes eran esos presocráticos, esos "naturalistas" que mencionaste? He estado pensando en un principio que mueva la naturaleza, que le de vida... y me ha venido a la mente el agua. ¡El agua es vida! En biología siempre nos decían que es esencial, que somos casi todo agua...

— ¡Excelente, Liam! —exclamé, realmente impresionado—. Acabas de rozar la esencia del "arjé" del primer filósofo presocrático: Tales de Mileto. Él fue el primero en postular un principio único para todas las cosas, y para él, ese principio era el agua. El "arjé" (que es una palabra griega que se escribe Αρχή) tiene tres características fundamentales: es el origen de todo, el fin al que todo retorna y el soporte constante de la existencia. Es la realidad primera, la esencia misma del ser.

— ¡Qué profundo! Aunque suena un poco abstracto... —dijo Liam, frunciendo ligeramente el ceño—. Creí que hablabas del agua como la conocemos, la que estudiamos en química, la famosa H2O.

— No, no exactamente. Los presocráticos buscaban un principio último, la esencia misma de la realidad. Tales observó que el agua está presente en todas partes: en nuestro cuerpo, en los alimentos, en los mares, en la lluvia... y dedujo que, al ser tan omnipresente, podría ser el constituyente básico de todo.

— ¡Fascinante! —susurró Liam, sus ojos brillaban con la emoción del descubrimiento—. ¿Hubo otros presocráticos?

— Por supuesto, hay varios muy interesantes que me encantaría compartir contigo —respondí, mi pulso se aceleró un poco al imaginar todas esas conversaciones, todas esas experiencias compartidas—. Pero primero, ¿qué te parece si dejamos las maletas en la habitación y vamos a desayunar? Me muero de hambre.



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Jóvenes filósofos rebeldes: Grecia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora