Enamorada de mi abogada 「 Freenbecky 」

➥10

Desde que se levantó con el aroma de la castaña en todo su cuarto y en su cuerpo no dejó de sonreír, le preparó el desayuno y se quedaron hablando. Para la humana era una simple relación de amigas, sin embargo el haber despertado con alguien para prepararle el desayuno y luego se fuera a trabajar quedándose ella en casa logró que su loba pensara en una familia con aquella alfa.

¿Será bonito despertar todos los días con ella? Vamos Freen, Rebecca es una alfa hermosa. Pensó su loba

—Solo somos amigas—. Respondió con una sonrisa sin embargo al decir la palabra amigas ella misma se sintió mal.

¿Realmente quería algo con aquella alfa de ojos claros y cabellos de cafés, labios finos y sonrisa hermosa? Sin duda estaba confundida, aún con esos pensamientos regresó a su cuarto para cambiarse e ir a visitar a su hija quién pronto viviría con ella si ganaban el caso.

Llegó a la casa y Nam, una de las sirvientas, le notificó que la pareja había salido hace unos minutos agradeció y fue a ver a su hija aprovechando todo el tiempo posible.

—¡Princesa!— Gritó al ver a su hija sentada en su cama jugando con sus juguetes, corrió hacia ella y la abrazó. —¿Cómo estás pequeña?.

Su pregunta quedó en el aire, su hija no respondió ya que logró percibir el aroma de otra persona en el cuerpo de su madre. —Me gusta ese aroma mami ¿De quién es?.

La pregunta no se la esperó para nada, ¿aún tenía el olor de Becky en su cuerpo?, mostró una sonrisa al saber dicho dato y al darse cuenta de que el aroma de la abogada le gustaba a su hija ya que no paraba de olerla.

—¿Es de tu amiga? ¿La que se parece un gato?—. Aquello logró hacer reír a la pelinegra quién afirmó con la cabeza. —Me gusta su olor, tu olor y el de ella son deliciosos juntos mami.

En ese momento su mente le hizo ver una escena de Rebecca con Sarah en brazos, cargándola y ambas riendo. Su hija se acercó más a ella para olfatearla.

—Ya pequeña—. Ambas rieron y se separaron. —¿Quieres ver una película conmigo?.

—¡Sí!—. Dijo feliz y ambas bajaron a la sala para pasar un tiempo madre e hija solas.

A pesar de aceptar la invitación de su madre para ver una película, la menor no dejaba de oler a su madre ya que esos olores combinados eran deliciosos, quería seguir oliendo esa combinación perfecta de aromas, su madre se dio cuenta de dicho acto y no dijo nada tan solo volvió a sonreír.

—Mami—. Llamó su hija. —¿La señora es tu alfa?.

Bien ya son dos cosas que no se esperaba en un día, su hija tenía 5 años estaba a nada de cumplir los 6 y ya diferenciaba bastantes cosas.

—Bien...— Comenzó a explicar algo nerviosa. —Primero que nada su nombre es Becky—. Dijo Sonriendo al igual que su hija. —Y respecto a tu pregunta, no mi amor, ella no es mi alfa ¿por qué la curiosidad?

—Hacen linda pareja.

La respuesta de la menor descolocó a su madre, Sarah a su corta edad se dio cuenta de lo que pasaba, de la infidelidad de su padre, lo mal que la pasó su madre el día en el que se enteró de dicha traición.

—¿Pero qué dices pequeña?—. Soltó una risa nerviosa.

—Mereces ser feliz mami.

La intención de Freen nunca fue que Sarah odiara a su padre, las cosas sucedían por algo más y lo que le pasó a ella fue demasiado fuerte, la pequeña se dio cuenta del dolor de su madre, el lazo familiar que tenían los tres se había roto y la presencia de un pequeño sentimiento de odio hacia su padre surgió.

Aquel odio se concretó cuando fue alejada de su madre por su padre, cuando Sasi le pegó por primera vez y su padre no hizo nada para detenerla, se distanció de su hija prestándole más atención a la omega que destrozó una hermosa familia y a su propia hija.

Al término de la película ambas volvieron al cuarto de la menor a jugar sin volver a hablar del tema, más no lo olvidó ya que su hija no dejaba de olerla de vez en cuando. En la tarde llegó la pareja, Nam le avisó a Freen de la llegada del alfa y la omega, se despidió de su hija impregnando algo de su olor en la cama y en ella para logar que algo de ella permanezca con su hija.

Mientrasbajaba las escaleras escuchó el intercambio de palabras que estaba teniendo lapareja en la aquella sala y supuso que también una tercera persona ya queescuchó una tercera voz, en aquella discusión el nombre de su hija estabapresente. Debido a la curiosidad no se movió de donde estaba logrando escucharalgo que la alegró.