10. Una alianza inesperada entre enemigos

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Capítulo 10
La hija del lobo
10. Una alianza inesperada entre enemigos

La señora Zira luego de terminar con su almuerzo se limpió la boca con un brazo teniendo la misma cubierta de sangre, y aunque ahora mismo en su habitación hubiera un desastre pues era más que obvio que Flip fue un almuerzo muy exquisito, almuerzo que la dejaría llena por muchas horas.

Agarró una de las sábanas de su cama y limpió el suelo, dejándolo limpio, luego metió la sábana en el cesto de la basura y llegó hasta el baño donde se quitó la ropa que traía y se metió en la tina acomodándose en la misma y cerrando los ojos dejando salir un suspiro ante esto.

— Que relajante es un baño de burbujas luego de un exquisito almuerzo... Lo siento Flip, pero eso te pasa por amenazarme... Además, ya sabías mucho.

Zira dejó salir un suspiro y una sonrisa se formó en su rostro, sentía como el agua chocaba en su cuerpo y se relajó estando dentro de la tina mientras escuchaba el silencio de la casa aunque también sentía aromas cercas pero eso ya lo tenía controlado con la serpiente coral que había puesto en la cama de su hijo solo para que matara al estúpido chico ese.

...

Mew quien estaba detrás de la puerta escuchando todo lo que su madre había hecho y que por el aroma pudo notar que las cosas salieron como ella en verdad era, una asesina que se la pasaba matando a personas inocentes solo porque a ella no le simpatizaban, entonces una lágrima se deslizó por su mejilla de manera disimulada aunque Gulf si pudo ver esta lágrima pasó una de sus manos por la espalda de Mew de manera leve y froto la misma dándole apoyo ya que la situación lo requería.

Mew limpió su lágrima y se apartó de la puerta sin decir una sola palabra, ahora estaba más que seguro del monstruo que era su madre o en lo que se había convertido y no sabía porque lo había hecho si ella se mostraba una mujer buena aunque escuchando las palabras del hombre tampoco a él lo quiso y eso fue lo que más le dolió de todo esto porque él si quería a su madre más que a nada en este mundo.

Mew con un nudo en su garganta se giró y sin decir nada entró a su habitación cerrando la puerta algo fuerte dejando a Gulf en el pasillo de la casa, este al ver esto bajo las escaleras y se sentó en uno de los sillones de la sala porque no quería incomodar al hombre lobo, aunque tampoco se quería dejar ver de la señora Zira y es por eso que en cuanto la vea bajar se iría de su vista más aún cuando  se enteró de que lo quería matar a él.

...

Mew estando en su habitación sintió como sus lágrimas salían de sus ojos sin control, todo lo que el hombre dijo que había hecho su madre, se le repetían una y otra vez en su cabeza a tal punto de no dejarlo en paz, esos pensamientos hicieron que su respiración se agitara, que se quitara el saco que traía puesto y que lo lanzara lejos.

— ¡AHAHAHAH!

Dejó salir un grito de furia algo que lo hizo sentir más relajado ya que tenía que sacar todo el enojo que sentía, quito de la cama las almohadas lanzándolas al suelo de manera brusca y luego se acostó en la misma viendo el techo sintiendo muchas emociones encontradas, quería despertar y que todo lo que había escuchando solo fuera una pesadilla, algo que no es cierto, pero por más que lo quería negar no podía desaparecer el hecho de que su madre hizo todo eso, incluso quería desaparecerlo a él también.

Todo estaba en silencio en cuanto sintió un pinchazo en su cuello, se puso una mano ahí viendo la sangre que quedaba en su mano, se levantó de la cama y se miró en el espejo viendo dos pequeños agujeros en su cuello como si fuese una mordida... ¿Pero de que?

Se volteo viendo a una serpiente en la cama, negó rápido porque sabía que era una serpiente coral y esas tenían un veneno demasiado fuerte, quiso llamar a Gulf pero en cuanto caminó a la puerta fue demasiado tarde porque cayó de rodillas en el suelo al sentir ardor en la zona de la mordedura, así mismo como su visión era muy borrosa, no veía casi nada, su cabeza comenzó a dar vueltas y sin poder soportar el dolor y los síntomas, su mundo se puso negro y quedó desmayado en el suelo.

La hija del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora