4. Llevado al hogar del lobo

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Capítulo 4
La hija del lobo
4. Llevado al hogar del lobo

...

— ¿Por qué me pides eso señora?... Yo no podré matar a una bebé.

— ¡¿COMO QUE NO?!

— No...

— Haz algo, vótala, tírala por un barranco o envenénala pero has algo de una buena vez joder, no quiero a esa mocosa en mi casa.

— Pero...

— Pero nada, lo haces o te pongo de patitas en la calle, tú decides.

El hombre salió de la habitación de la señora Zira, necesitaba pensar bien las cosas antes de hacerlas porque no podía quitarle la vida a una niña que no tenía la culpa de nada, que era inocente y tan pequeña, eso no le gustaba hacerle a niños.

La señora Zira estaba dando vueltas y vueltas por toda la habitación mientras miraba por la ventana, las cosas no estaban saliendo como ella quería pero tenía que hacer algo para que todo pasara como ella tenía planeado.

— ¡Estúpida Nara! ¡Mil veces estúpida!

La señora Zira consumida por el enojo y la desesperación, agarró las sábanas de su cama con mucha furia y las arrojó al suelo de manera brusca mientras se miraba en el espejo con su mano temblando por la ansiedad de pensar en que era lo que iba a hacer.

— Tenía que matarla cuando tuve la oportunidad... ¡Mierda!

Su respiración se agitó mientras miraba por la ventana lo que podía hacer en estos momentos, los gritos de la niña la tenían más nerviosa ya que la misma no se había callado desde que llegó.

...

Mew estaba en su habitación con su hija, él estaba feliz de que era papá y tenía una hija, pero lo que si no podía entender era él porque la niña no dejaba de llorar, desde que la trajo a esta casa no había detenido su llanto, tal vez tenía hambre pero no quiso comer ya que le preparó leche en un biberón y no lo quiso, se negó a comer.

También pensó que era por el calor de su madre que le hacía falta lo que si era que no podía entender lo que estaba pasando, estaba nervioso, tal vez le pasaba algo a la bebé y él no sabía , pero no tenía temperatura y estaba como la había encontrado.

— ¡El chico!

Dejó salir un suspiro mientras se levantaba con la niña en brazos a mirar por la ventana, en eso recordó que la niña en los brazos del chico al que Nara le dio la bebé, en sus brazos su hija no lloraba, recordó que cuando la agarró comenzó a llorar y una vez en los brazos de aquel chico, se tranquilizó.

— Solo él podrá calmarla... Estoy seguro.

Mew recostó a la niña en su cama mientras le puso almohadas a su alrededor para que no se fuera a caer, salió de la habitación y bajo las escaleras rápido mientras sale de su casa, aún estaba muy oscuro, no había amanecido pero ahora solo se estaba dirigiendo al lugar en donde había dejado tirado al chico, si lo llevaba a su casa y lo dejaba acercarse a la niña, podía saber si en realidad él podía calmarla.

...

Gulf estaba muy adolorido por lo que había pasado hace un momento, no tenía fuerzas para caminar pero si se quedaba ahí solo, podía ser devorado por una de las especies malas del bosque, y más ahora que descubrió la especie del hombre lobo, si son reales, y pudo ver una transformación ante sus ojos.

— Espero que no le hayan hecho nada a la niña porque esos son muy malos, todos.

Gulf estaba muy preocupado por lo que le podía pasar a la bebé, en realidad ella era la única que le preocupaba pues era obvio que solo al padre lobo le importaba su hija, aunque este se deja mal influenciar de su madre.

La hija del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora