౨ৎ XIX

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Efectivamente, los siguientes días Hyunjin parecía extraterrestre sacado de otra galaxia

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Efectivamente, los siguientes días Hyunjin parecía extraterrestre sacado de otra galaxia. Porque estaba claro que esa forma de comportarse no era de este mundo.

Llegó temprano a la oficina, saludó a todo el mundo. Entregó todos los informes que llevaban meses atascados y que Felix le insistía todos los días que terminara. En las reuniones estuvo atento, asistió a todas, dió su opinión amablemente, tenía una sonrisa para todo el mundo. Tal fue el cambio en su persona que el resto de jefes le preguntaron a Felix varias veces si Hyunjin se había tomado algo. A lo que el ayudante respondió que había ganado una apuesta con un amigo y se sentía especialmente bien esa semana.

─ ¿Has terminado tu trabajo, Felix? ─ le preguntó cuando volvía del baño.

─ Aún me queda hacer unas llamadas.

─ Muy bien, pues en cuanto acabes eso puedes irte a casa. Por hoy hemos terminado.

─ ¿En serio?

─ Por supuesto ─ otra vez esa encantadora sonrisa que a Felix le parecía más malévola y falsa que cualquier otra.

─ Hyunjin... estos días... has estado muy bien, ojala fueras tan responsable siempre, aunque ahora resulta un poco extraño después de tanto tiempo aguantándote.

─ No te acostumbres. Dentro de unos días volveré a ser el mismo de siempre. A no ser... que hagamos otro trato.

─ Otro trato...

─ Si. Uno un poco más... divertido.

Felix se estremeció.

─ Buenoo, pero de eso ya hablaremos. Que tengas una buena tarde, Felix.

Hyunjin se metió en el despacho e Felix lo maldijo en su mente. Ese era su plan desde el principio. Pues no iba a funcionar, ya estaba acostumbrado al maleducado, arrogante e irresponsable de su jefe.

Haerin le mandaba mensajes de vez en cuando. Felix le estaba empezando a coger cariño, todo lo que pasó en aquel coche sentenciaron que fue un mero desliz...

Quedaban algún que otro descanso para comer con sus compañeros y de hablar del nuevo comportamiento que presentaba su jefe.

─ ¿Qué le habrá pasado? ¿Tiene novio? ¿Pastillas? ¿Le tocó la lotería? ─ preguntó Emma

─ No creo que la lotería le importe ─ dijo un compañero.

─ No sé muy bien lo que le ha pasado.

─ Venga ya Felix, tienes que saberlo.

─ Creo que dijo algo de una apuesta...

─ ¿Hiciste una apuesta con él?

─ No, no, no. Un amigo suyo. ─ mintió.

─ ¿Tiene amigos? Parece una persona solitaria.

─ Eso fue lo que oí.

𝓣ɾɑbɑjo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora