౨ৎ XVII 🔞

2.3K 226 8
                                    

─ Más adentro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─ Más adentro.

Hyunjin le agarró el pelo. La saliva comenzó a desparramarse por los bordes y a caer sobre el cuero del asiento. Unos toques en su pierna le indicaron que ya no aguantaba más. Lo soltó.

─ Déjame ver tu cara.

Le sujetó el mentón con fuerza. Respiraba entrecortadamente con su boca húmeda y sus ojos llorosos. Pero no sentí absolutamente nada al mirarlo.

─ A la cama ─ ordenó.

El chico se sentó sobre él, cerrando tímidamente sus piernas hacia un lado. Sabía que a Hyunjin le gustaba que se hicieran los inocentes.

─ Date la vuelta.

─ Creía que querías ver mi cara.

─ Ya no.

Se dió la vuelta y agarró la almohada con los brazos mientras exponía el culo, irguiéndolo para ser penetrado como tanto ansiaba, como tanto le gustaba que se lo hiciera ese hombre de cabello negro y ojos oscuros brillantes.

Pero Hyunjin lo azotó con su mano un par de veces. El hombre no contuvo su voz, sabía que a Hyunjin le gustaba oírlo sufrir. Cuando su piel adquirió rápidamente un tono rojizo le introdujo el dedo gordo, sin ningún cuidado, lo movió dentro de él.

No buscaba nada de placer, tan siquiera
prepararlo. Era el mero hecho de tenerlo a su disposición, de poder hacerle lo que quisiera, de poder dominarlo y humillarlo de la forma que mejor le plazca, lo que le atraía era eso.

─ Por favor... ─ el chico abrió las nalgas con su suplicante voz ─ Penétrame amo...

En el pasado esa suplica le provoca arrebatos de locura y excitación, pero en esta ocasión nada. Estaba duro, sí, por lo que le habían hecho hace un rato, estaba duro tan solo por un estímulo físico, nada sentimental, una simple reacción fisiológica.

Pero debía mantener la mente en blanco y concentración como nunca para que no se le bajara.

─ ¿Qué pasa...? ─ preguntó el chico, aún a la espera.

─ No...

─ ¿No? ¿Aún no quieres hacerlo?

─ Cierra la boca.

Hyunjin se subió sobre él, empujándole la cabeza contra la almohada. El chico hundió la nariz en ella, dando un respingo. Esa brutalidad, esa rudeza era una droga que le excitaba a mil.

El director lo penetró una vez más, hasta el fondo y con fuerza. El chico ahogó un grito en la almohada mientras Hyunjin movía bruscamente las caderas, buscando un orgasmo rápido. Que no llegaba.

Frustrado y enfadado presionando aún más la cara del chico con la almohada mientras que el otro intentaba decirle que pare.

Hyunjin lo embistió, una y otra vez, con fuerza. No funcionaba, ¿por qué?

𝓣ɾɑbɑjo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora