౨ৎ XIII

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A la mañana siguiente a Felix le dolía horrores la cabeza

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A la mañana siguiente a Felix le dolía horrores la cabeza. Tenía frío y se volvió a tapar con la manta. Eso lo extrañó, él no solía dormir tapado solo por una manta. Olía diferente.

Enseguida se incorporó, la cabeza le dió un vuelco. ¿Donde estaba? Esa no era su casa. Quiso palpar sus bolsillos en busca del teléfono pero no tenía puesto los pantalones.

─ No....¿Que he hecho? ¿Donde estoy...?

Felix acabó localizando sus pantalones, estaban colgados en una silla. Miró su teléfono. Era muy tarde, aún tenía que pasar por su casa para vestirse y quitarse el olor a bar.

Al salir de la habitación vió a Seungmin tendido en el sofá, como si fuese un vampiro. Intentó no hacer ruido, pero luego recordó que él tenía que abrir el puesto de bebidas.

─ Seungmin, eh, pst. Despierta.

─ Felix...¿Que hora es?

─ Las 7:30, yo tengo que irme ya, llego tarde.

─ Vale, gracias por despertarme.

─ Gracias a ti por dejarme dormir aquí.

Felix se fue del departamento y Seungmin se sintió decepcionado y culpable. Había estado a punto de hacerle cosas sin permiso a una persona que no era consciente de sus actos. Eso era delito, pero aún así se sentía bien haber podido acariciar ese magnífico cuerpo. Lo bueno es que Felix no se acordaba de nada, así que por lo menos podrían seguir siendo amigos y quizás algún día repetir esa noche.

૮꒰ 。っ -。꒱ఎ

Felix llegó una hora tarde a su puesto de trabajo. No desayunó y se vistió rápidamente; la camisa estaba algo arrugada y el pelo no se le quedaba en su sitio.

Llamó al despacho de su jefe y pasó a recitarle el programa del día, con la esperanza de que no se diera cuenta de su tardanza.

─Llegas tarde ─ fue lo primero que le reprochó nada más al entrar.

─ He tenido algunas complicaciones.

─ ¿Cuales?

─ ¿Me vas echar por llegar un día tarde? 

─ Puede.

─ Tu llegas tarde a todas partes.

─ Pero yo soy el jefe, mejor dicho, el dueño de la compañía. Y si a mí me apetece llegar tarde, lo hago. Si me apetece no venir durante un mes, lo puedo hacer. Pero tú.....no puedes permitirte esos lujos.

Felix lo sabia perfectamente, quería restregarle en la cara su falta de responsabilidad para que lo suyo no pareciera tan grave, pero a la final Hyunjin tenía razón. Podía hacer lo que quisiera.

─ Es verdad, tienes razón. Lo siento, no volverá a ocurrir ─ dijo haciendo una breve reverencia.

─ ¿Que has dicho?

𝓣ɾɑbɑjo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora