¿Qué obtienes cuando mezclas a un mafioso con el hijo de los yakuza? Un matrimonio bañado en sangre.
Nunca esperé casarme, pero cuando se me presenta una oportunidad de negocio, sé que tengo que aprovecharla. Después de todo, mi familia significa mu...
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GENERALMENTE mantenía mis negocios legítimos separados del negocio familiar, pero eso no siempre era posible. Como ahora mismo. Necesitábamos rápidamente un espacio oscuro, apartado y tranquilo. Todo lo que necesitaba era que alguien escuchara al hombre en la cajuela gritando y pateando. No había nada con qué atarlo en el auto, así que Jimmy y yo simplemente lo arrojamos adentro. Sería una mala idea sacarlo.
—¿Puedes encargarte de cuidar del Blu esta noche? —le pregunté a Net por teléfono.
—Le preguntaría a Mark, pero...
—Eso sería una estupidez —dijo sin dudarlo. —De alguna manera todavía convierte todo en una orgía, pero ahora simplemente se va tan pronto como comienza. ¿Cuál es su problema?
—Es el hijo del medio, —me reí mientras la tensión intentaba aliviarse en mi pecho. Sin embargo, mi puño permaneció cerrado, haciéndome saber que no iría a ninguna parte pronto. —Siempre están jodidos. Ten cuidado y mantén los ojos abiertos. Tengo algo de qué ocuparme.
—¿Necesitas ayuda con algo?
Miré a NuNew. La música clásica sonaba tan fuerte en el auto que era casi imposible escucharla, sin embargo, él parecía estar en casa, apoyado en el asiento mientras sonreía y veía por la ventana. Mi pulso se triplicó. ¿Quién iba a decir que yo era tan fanático de una maldita sonrisa?
—¿Zee?
—No, tengo a NuNew conmigo. Estoy bien —dije brevemente.
NuNew me miró antes de desviar rápidamente la mirada nuevamente. Sentía como si todo el día de hoy hubiera sido algo nuevo, incómodo y extraño. Me importaba un demonio nadie fuera de la familia en lo que parecieron décadas. ¿Ahora? No podía tener suficiente del hombre que estaba decidido a matarme o joderme hasta dejarme en coma.
—¿Qué? —Preguntó NuNew mientras yo seguía mirándolo fijamente.
—Nada —dije. Moví mi rodilla arriba y abajo rápidamente. Agarré la cámara entre nosotros. —Ni siquiera quiero saber cuánto capturó.
—Demasiado —dijo brevemente NuNew.
—Sí —me froté la barba incipiente de mi barbilla. —Nos quedaría mal que eso se difundiera.
NuNew me miró con una expresión extraña. Abrió la boca y la cerró una vez más. Mientras veía hacia la ventana y se encogía de hombros, se me hizo un nudo en el estómago.
¿Por qué siento que acabo de decir algo malo?
Cerré la boca y encendí la cámara. La imagen que el periodista había captado era prístina. Estaba tocando a NuNew, con una expresión de pura felicidad en su rostro mientras lo veía con asombro. El pene de NuNew, cubierto de semen blanco, estaba claro como el día.
La irritación subió por mi garganta y casi me ahoga. Por supuesto, otras personas habían visto a NuNew desnudo, pero cuando imaginé esta imagen apareciendo en tabloides baratos y difundida en línea, me tembló la mano. Esposo falso o no, ¿sabía ese periodista lo estúpido que era esto? ¿Qué tan malditamente idiota fue al cruzar la línea con un hombre como yo?
