CAPITULO 25

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MI RODILLA SALTABA arriba y abajo mientras me sentaba detrás de mi escritorio

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MI RODILLA SALTABA arriba y abajo mientras me sentaba detrás de mi escritorio. NuNew se había sentado en una esquina. De vez en cuando me decía algo, pero yo estaba demasiado fuera de lugar para responder a cada cosa. Mi mente estaba a un millón de kilómetros de distancia, en algún lugar entre el cansancio, la confusión y el miedo. Los dedos jugaban sobre mi mejilla. Miré a NuNew. Frunció el ceño mientras frotaba mi cara y luego me dio una ligera palmada.

—Hey —gruñí.

—Lo siento —murmuró. —Me estás asustando muchísimo. En serio, ¡tu corazón va a explotar a este ritmo!

Le di a NuNew una media sonrisa que no sentía. Sinceramente, tenía razón. No podía dejar de pensar en lo que pasaría cuando los problemas explotaran. Los Aceto estaban tan unidos como siempre lo habían estado los Panich. Vivimos, amamos y morimos por nuestras familias. Claro, Andre había reprendido a Lee, pero eso no significaba que se sentaría y aceptaría su asesinato. Por no hablar de Darla Shamers.

Había aparecido en todas las noticias, su rostro sonriente en todos los canales y páginas de redes sociales. ¿Me has visto? Esa pregunta hacía que la bilis subiera a mi garganta cada vez que la veía. No pasaría mucho tiempo antes de que todos conectaran los puntos sobre las preguntas que ella había estado haciendo y su desaparición. Incluso si fuéramos inocentes, no tendríamos ninguna posibilidad contra los rumores.

No debería haberlos cortado y deshacerme de ellos. Si fuera más inteligente, lo habría montado para que pareciera un asesinato/suicidio.

Sin embargo, eso no fue tan fácil como parecía. Los policías eran muy tontos, pero incluso con algunos de ellos en el bolsillo, era arriesgado creer que eso sería suficiente para salvarnos el trasero. Siempre había algún miserable ansioso que quería demostrar su valía.

¿Y el ADN? Esa maldita cosa era un clavo en el ataúd. No tenía idea de lo limpia que estaba la escena para poder montar cualquier cosa. No, era mejor derribarlo todo y largarse de ahí.

—Estás frunciendo el ceño otra vez.

Miré a NuNew. —Sí. —Me pasé una mano por la cara. —¿Seguro que no quieres decirme a quién pertenecen esos números?

NuNew negó con la cabeza. —¿Podrías creerme que quieres mantenerte alejado de eso? De todos modos, no hay nada que puedas hacer al respecto.

—Entonces sí sabes quién es.

—Déjalo, Zee.

Busqué el rostro de NuNew. No había nada de su habitual malicia ahí, sólo preocupación y miedo. Por alguna razón, eso alimentó mi irritación. Quienquiera que estuviera al otro lado de esas llamadas telefónicas era alguien que NuNew conocía y colocaba por encima de mí. Les temía, estaba preocupado por mí. Era como si no fuera lo suficientemente fuerte como para enfrentarme siquiera al hombre del saco en las sombras. Mi estómago se apretó mientras me alejaba de él.

Di acepto | ZeeNuNewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora