—Ari, tu también me gustas.— solté de golpe.—Y desde hace mucho, desde que me despedí de ti después de la velada, desde que te vi en la fiesta y el día que apareciste en mi casa por la cara.—hice una pausa.—Pero me da miedo enamorarme.
—Plex, ¿como te va a dar miedo enamorarte? Eso nace solo.—contesto con calma, mientras que cogía mi mano.
—Y si te he confundido, puess lo siento, lo pasé fatal la primera vez que me enamoré, me ilusionaron y no quería que volviera a suceder, solo necesito tiempo.—le miré sonriendo y esbozó una sonrisa.
—Tranquilo, yo aún también necesito tiempo, solo vayamos lento.—ella asintió y le abracé.
[...]
Aterrizamos en Dubái sobre las 3 o 4 de la tarde, nada más bajar del avión pasamos el control de inmigración, recogimos las maletas y nos fuimos a por nuestro coche, que nos estaba esperando y al bajar al parking y ver en que coche nos íbamos a montar nos quedamos flipando.
—Ahora sí.—comentó Borja
—Nuestra vida no para de mejorar por instantes.—me enfoqué con la cámara.
—Welcome to Dubái habibi, vida lujuria.—bromeó Jopa.— Vamos chavales, hay que mejorar hay que disfrutar y descansar.
Por el camino grabé unos edificios y algunos coches con la cámara vieja de Adri y unos minutos después llegamos al hotel, donde la recepción era gigante.
—Life is so good.—comenté a la cámara mientras enfocaba una estatua que había en el hotel.—Pero que tipo de recepción es esta. Miradnos, estamos reventados, malolientes y sudorosos y esta todo lleno de gente con traje.
—Ahora me voy a vestir como si fuese el mas chetado de aquí.—dijo Jopa.
Recogimos las tarjetas de la habitación y nos fuimos hacia el ascensor, que tenía como ochenta botones y le tuvimos que preguntar a un señor del hotel.
Lo nuevo era que había una habitación por persona y cada uno estaba en la otra punta del otro, no me lo pensé y cogí la cámara para empezar a grabar.
—Madre de dios.—dije nada más ver el baño.—Pero esto que es, todo de mármol.— enfoqué el baño.—Bueno, ¿que es esto de que la tele esté incrustada en el espejo? Yo no metiendo nada aquí.— grabé un poco mas de la habitación y después vinieron todos.
Expliqué por qué estábamos en Dubái a la cámara, simplemente por que mi amigo Paco, el típico businessman millonario que vive en el GTA, me dijo que viniera para aquí ya que celebraba su cumpleaños y haríamos muchas actividades guapísimas para YouTube y además que esta haciendo un curso de trading a Ilia Toputia y Jopa es muy fan y quería darle un sorpresa.
Un rato después Paco me llamó para recogernos, bajamos y nos montamos en todo tipo de coches que cuestan 2 riñones, yo me monté con Paco en un Lamborghini negro y los demás en un Rolls-Royce.
La verdad fue una experiencia increíble, aunque casi se me vuela la gorra pero todo bien.
Llegamos a un restaurante que tenía unas vistas increíbles y cenamos tranquilos. Al volver al hotel Ari se montó con Paco, ya que quería saber la sensación de ir en un Lamborghini de los caros y después cada uno se fue a su habitación.
Me duché y me tumbé en la cama para intentar dormir, pero mi cabeza solo le daba vueltas y vueltas al tema de Ari, no me creía realmente lo que habíamos hablado en el avión, y como si me hubiera escuchado el universo, la puerta sonó y cuando abrí ahí estaba.
—Plex, ¿puedo estar contigo un rato?— me preguntó.
—Claro, entra.—le dije apartándome de la puerta.
—Creo que debemos de hablar sobre lo de antes.—soltó en cuanto entró y se tumbó en mi cama.
—Esta bien, ¿de qué quieres hablar?—le pregunté mientras me tumbaba a su lado.
—¿Desde cuando... desde cuanto te gusto?—me preguntó directamente.
—Desde la velada, justo en ese momento sabía que tenía que volver a verte y supuse que al día siguiente ibas a la fiesta de la velada así que le dije a mi amigo que me colara para volver a verte.—le dije entonces.
—Joder Plex.—suspiró.
—Si te soy sincero, nunca antes había tenido una relación seria, hace cosa de un año conocí a una italiana, la cosa iba a ser para crear contenido y ya pero terminé pillándome de ella y después me dejó tirado y me rompió el corazón.
—Que hija de puta.—comentó haciéndome reír.
—Pues sí, por eso me da un poco de miedo enamorarme, ya que no quiero-
—No quieres que te pase lo mismo, ¿no?—me cortó pero justo dijo lo que quería decir.
—Exacto, aunque ahora le tengo menos miedo.— puse mi mano encima de la suya.
—Realmente a mi también me daba miedo enamorarme después de lo de Joel, creía que todos los demás iban ha hacer lo mismo que el por que yo no era suficiente y me creó una inseguridad que ha día de hoy tengo normalizada...
—No pienses eso Ari, si que eres suficiente, tu ex era un imbécil.—susurré y me miró a los ojos.
—La italiana también, ni la conozco pero tiene pinta de ser la típica amiga envidiosa y rica.—opinó.
—Confirmo que era envidiosa y rica.—ambos nos miramos y no empezamos a reír, hasta que de un momento a otro nos quedamos mirando fijamente y me acerqué lentamente, le hice un gesto con la cabeza y asintió.
—Sabes que sí.—dijo antes de mirar mis labios y mis ojos seguidamente hasta que estampé mi boca contra la suya.
Fue un beso desesperado, los dos sabíamos las ganas que nos teníamos y el tiempo que llevábamos esperando para esto, y entre mil besos, abrazos y caricias nos quedamos dormidos a las tantas.
arianarivera ha publicado una historia
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- bueno necesitabamos q hubiera un besito al menos jeje no estáis preparados para lo que se viene a partir de ahora😙
