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—Me siento fatal Sofía, primero lo de Alex ahora lo de mi mamá.
—Todo va a estar bien mar, no te preocupes.— decía la pelirroja mientras acariciaba el pelo de su amiga la cual estaba entre sus brazos llorando desconsoladamente y Diana solo las observaba con tristeza en su mirada.
—Iré a preparar té.— hablo la mayor después de varios minutos.
—Ya sabes en dónde están las cosas, güeli.— murmuro en respuesta Sofía.
—Claro hija, con permiso.—
—Ya no llores, todo va a estar bien, pueden quedarse aquí o incluso mudarse a uno de mis departamentos de Monterrey.—
—No es necesario Sofi, ya veo como me las arreglo.
—Ay andale, no seas asi, yo ni los uso y además, es para mí sobrinito o sobrinita.— me respondió con una sonrisa.
Solté un suspiro, todo esto sería un largo y difícil proceso el cual tendría que pasar sola.
—No estás sola en esto mar.— dijo como si supera lo que estaba pensando. —Cuentas con todo mi apoyo y además la güeli va a estar contigo en todo momento.
—Yo se, pero nunca me imagine que viviría esto sin él.
—Tal vez lo necesites, pero tú puedes sola con esto y más, y nosotras vamos a estar contigo.
—Gracias.
—Ya está el té.— anuncio mi abuela llegando con una bandeja que contenía tres tazas con sus respectivos platos, cucharas, y azúcar
—No sé que haría sin ustedes.— había comenzado a llorar de nuevo, ambas se juntaron y me dieron un abrazo.
....
Se movía en la cama pero por más que intentaba conciliar el sueño no lo lograba, no quería ir a molestar a Sofía pero el antojo era tanto que hasta había empezado a salivar.
Tomo un respiro antes de ir a la habitación de la antes nombrada y al entrar se acostó al lado.
—sof..— dijo en susurro. —sofi.— murmuró está vez agitandola un poco.
—cheesecake, y malteada de fresa.— respondió sonriendo en grande, juraba que podía sentir los sabores en su boca.
La pelirroja soltó un suspiro y talló su cara para después pararse de la cama.
Vivir con una embarazada no era fácil, pero amaba la experiencia. Aunque no le gustaba del todo andar como loca consiguiendo antojos, le encantaba la idea de tener una "sobrinita" por qué ella juraba que ese bebé era niña.
—Gracias Sof, te amo.
—Espérame en la sala, voy a ver en dónde consigo un cheesecake a las dos de la mañana.
Podía jurar que veía un brillo en los ojos de Mariana, además de esa pequeña sonrisa que siempre le parecía un gesto tierno.
Después de casi una hora, Mariana se encontraba felizmente comiendo, y Sofía... Ella se fue a seguir descansando.
....
—Toma las llaves de tu departamento.
—¿Mi departamento? Quedamos en que me lo ibas a prestar por un tiempo.
—Uy, pues muy tarde chamaca por qué yo ya hasta puse los papeles a tu nombre.
La cara de la castaña se torno en una de sorpresa total y la contraria solo sonreía en grande.
—Estas loca, te juro que te lo voy a pagar.
—No me debes nada mar, eres mi mejor amiga, yo jamás te cobraría algo.
—Gracias Sofía, de verdad, muchísimas gracias por todo.
Ambas se unieron en un abrazo sin borrar las sonrisas en sus caras.
....
—¿Lista?.— asentí aún con mis ojos tapados.
—Ya puedes ver.
Quite el antifaz para dormir y una sonrisa se esbozo en mis labios.
Era el cuarto de la bebé, hace unos días les habían dicho a mi abuela y a mi mejor amiga el genero y dijeron que prepararían algo.
—¿Es niña?.— pregunté entre sollozos y con lágrimas escurriendo por mis mejillas.
Ambas asintieron con los ojos llorosos.
Lo habían pintado de lila, estaba su cuna, un perchero con varias prendas, peluches y muchos juguetes.
