Poliamor [ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ]

♥Capitulo 0♥ | "𝑬𝒍 𝒊𝒏𝒊𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐"

Instituto Greenberg de California, LA.

—¡Apurate Jimin, llegaremos tarde!

—¡Brook, espera!—Me bajo del taxi con apuro maldiciendo a la estúpida alarma por no haberme despertado temprano, y le pago al señor del taxi que me miraba con algo de miedo.

Si, podía ser muy intimidante cuando me enojaba.

—¡Brook!— llamé a mi hermana quién ya se había escabullido en el instituto.

Lancé un suspiro algo pesado y puse un pie en la cera, observando a algunos chicos mirarme con curiosidad. Les sonrió con superioridad y empiezo a caminar escuchando algunos suspiros de mujeres y hombres que me miran con lujuria esperando la oportunidad de tenerlos en mi cama, cosa que nunca pasaría.

Mi nombre es Park Jimin. Era el capitán de fútbol americano del instituto y el chico más popular y deseado por todos. Era muy bueno en la mayoría de mis clases y siempre sacaba notas excelentes excepto en matemáticas, a veces pensaba que esa materia era del diablo. Había intentado varias veces tener tutores privados pero siempre me las terminaba follando así que mejor no, no contrataba más.

Saludo a los guardias de seguridad con una sonrisa y entro a mi reino. Los chicos y chicas babean por mi, acercándose y saludándome con euforia alegres porque este de vuelta. Me definía a mi mismo como el rey del instituto, ser hijo de los Park quienes eran reconocidos modelos y escritores al fin de cuentas tenía sus ventajas. Nunca la pasé mal, siempre fui el popular y cool. Pero eso no significaba que tenía todo porque entre todos los lujos, fiestas, chicas para follar y popularidad, no la tenía a ella.

A Hyein.

La chica más popular, inteligente y amable que he conocido en toda mi vida. Era alguien tan hermosa por dentro como por fuera, sus curvas y sus facciones parecen ser sacadas de un cuento de hadas. ¿Cómo es que alguien como ella podía verse como un ángel y a la misma vez como un demonio? Porque si, su carita era de Santa pero te invitaba a pecar tan mal. Desde el primer momento que la vi entrar a la clase de biología como nueva estudiante trasladada de new york supe que ella me haría caer. Ella es la única que despierta en mi esos sentimientos que creí asquear, por ella me vuelvo el más tonto. Por ella hago todo.

Pero no es mía.

No, no lo es.

Tenía un novio en new york que amaba y que conocía desde que era pequeña. Nunca lo vi y la verdad, nunca quisiera verlo. Él es el único al que envidio en toda la faz de la tierra, ¿Cómo podía tener a alguien tan hermosa como ella y seguir viviendo en new york? Era un estúpido.

Y era por eso que iba a iniciar con mi plan.

Sabía que a Hyein yo no le era indiferente, las miradas que nos dábamos, como aveces coqueteaba conmigo, era palpable la tensión sexual entre nosotros. Todos lo veían y eso me animaba a llevar a cabo mi plan.

Conquistarla.

Joder, la quería tan mal. La quería solo para mí y me importaba muy poco si tenía novio, el la perdería por idiota. Porque sabía que nadie podía resistirse a lo prohibido, sabía que iba a caer. Lo haría.

Llego a los casilleros y saludo a algunos chicos del equipo de fútbol que venían del gimnasio, suelto un suspiro largo y abro mi locker buscando mis libros de matemáticas. Justamente la primera clase que tenía era de la materia que odiaba y justamente el día de hoy no había venido mi mejor amigo Kim taehyung. Aparte de que mi hermana brook está en primer año de secundaria, y yo en el tercero, no me podía ayudar nadie en esto. Tenía que hacerlo solo.

Maldigo por lo bajo cerrando el casillero y empiezo a caminar hacia el salón.

Espero que de verdad el raro profesor calvo de matemáticas no me ponga otra falta de asistencia porque si era así, mi registro escolar se vería manchado y no podía permitir eso, era Park Jimin. Tenía que tener todas las notas en perfecta sincronía. No podía tener notas en 9.5 o 10.0 y tener matemáticas en 7.5 o 6.7.

Sería una vergüenza.

Tarareo una canción que escuché en la radio mientras saludo a algunas chicas que me coquetean y les sonrió de igual manera, nunca estaba de mas flirtear ¿no? Pero ese fue mi primer problema. Distraerme.

¿Quién pensaría que por sólo distraerme chocaría con él y terminaría envuelto en este dilema que me estaba matando?

—¡Mierda!—me quejo cuando choco contra un pecho duro y termino cayendo de trasero al suelo.

—¡Lo siento!

El chico con el cual choqué se agacha para ayudarme a recoger algunos libros y cuadernos. Todo esto se sentía tan cliché que lo odiaba, ¿por qué tuve que chocar con este chico y no con Hyein?

Lo odiaba.

—Venía un poco distraído buscando a mi novia, por eso no te vi —susurró disculpándose, me tendió su mano levantándose para ayudarme a mí también a hacerlo.

La tomé de mala gana y cuando subo mi mirada para insultarlo por no estar pendiente al frente, mi boca se abre al verlo.

Wow.

Delante mío tenía a un pelinegro con el cabello algo largo y varios piercings en su oreja, sus facciones eran duras pero también suaves, sus labios eran de un color rojo muy bonito siendo el inferior más prominente que el superior. Su mandíbula era muy marcada y se podía catalogar como "perfecto" y sus ojos...

Nunca había visto unos ojos tan lindos que parecían tener la galaxia en ellos.

¿Cómo que no? ¿Y los de hyein?

Me atragantó con mi saliva por mis estúpidos pensamientos.

—¿Estás bien? —me pregunta el pelinegro cuando me ve tosiendo y haciendo el ridículo, muchos estudiantes se nos quedan mirando y murmurando sobre lo lindo que era el pelinegro que tenía frente a mi.

Yo asiento algo torpe y le sonrío un poco forzado sintiendo algo de nervios. ¿Que me pasaba?

—S-si, estoy perfectamente. Yo... —me quedo paralizado al ver que todos los estudiantes me miran confundidos por tartamudear ya que nunca lo hacía. Me aclaro la garganta, subo mi mentón y saco a relucir aquella seguridad que me caracterizaba—.Tengo que ir a mis clases de matemáticas. Espero que encuentres a tu novia y bienvenido, Jeon Jungkook...—susurro por lo bajo viendo su carne de identificación.

Él me mira algo extraño y yo le sonrío.

Hago una pequeña reverencia y salgo de ahí con el corazón acelerado y los nervios a flor de piel.

¿Qué fue eso?

Puse mi mano derecha en mi pecho, sintiendo aquellos fuertes latidos y sacudo mi cabeza.

No era nada. Solo me sorprendí por su belleza ¿Cierto? No había nada de malo al encontrarse un chico tan atractivo y...sensual.

Y esto tan solo es el inicio de todo.