♥Capitulo 11♥ | "𝑳𝒐𝒔 𝑷𝒂𝒓𝒌"

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Instituto Greenberg, días después.

Corría por el campo sintiendo como mi corazón latía con fuerza a través de mi pecho. El peso del balón en mis manos era una responsabilidad que no podía ignorar. El sudor se deslizaba por mi frente mientras esquivaba a los opositores, en un intento desesperado de acercarme a la zona de anotación. Los gritos de ánimo de mis compañeros resonaban en mis oídos, alimentando mi determinación. Cada paso era una prueba de mi resistencia y habilidad, por lo que cada segundo era contado hacia la victoria.

Podía sentir cómo la tensión crecía a medida que me acercaba a la defensa enemiga, mi mente funcionaba a toda velocidad para encontrar una brecha en sus filas. Los defensores del otro equipo parecían un muro impenetrable, pero yo estaba decidido a atravesarlo. El balón se sentía pesado en mis manos, pero también era mi arma más poderosa para lograr mi cometido.

Respiré hondo y aceleré el paso, preparando mis músculos para el último esfuerzo.

Finalmente, con un movimiento rápido y preciso, logré encontrar una brecha en la defensa del equipo contrario. Corrí hacia ella con todas mis fuerzas, mi corazón latiendo con fuerza y determinación en mis ojos. Eric intentó detenerme, pero ya era demasiado tarde. Mi cuerpo se desplomó en la zona de anotación, y el balón cayó al suelo con un ruido satisfactorio. Los gritos de alegría resonaron a mi alrededor mientras mis compañeros y el entrenador llegaban para celebrar el touchdown que había logrado.

—¡Muy bien! ¡Así se hace! —vociferó el entrenador corriendo hacia el campo.

—Gracias... —sonreí, tratando de recuperar el aliento.

—Estas recuperándote, me alegra. —felicita el entrenador palmeando suavemente mi hombro. Yo asenti un poco cansado, apoyándome en mis cuclillas.

Eric se acerca a mí con cautela, sus pasos eran lentos y su expresión se mantenía seria. Sentí cómo mi cuerpo se tensaba un poco, incómodo ante su presencia.

—Hey... —saluda, y me dedica una leve sonrisa—. ¿Estás bien? Estuviste increíble, como siempre.

Me rasco la nuca, un poco incómodo ante su cercanía. Desde que leí la carta, no había tenido la oportunidad de hablar con él. Su presencia me resultaba extraña ya que no sabía cómo actuar delante de él...

—Sí, estoy bien... —respondo.

Me enderecé y dejé escapar un prolongado suspiro preparando mi mente para lo que estaba a punto de decir.

Mi mirada se centró en él, quien me observaba con interés y expectación. Sus ojos estaban llenos de preguntas no dichas y emociones no expresadas. El silencio que nos envolvía era abrumador, y sabía que necesitaba encontrar las palabras adecuadas en este momento crucial.

—Eric... Leí tu carta. —confesé.

El castaño me miró con una expresión de sorpresa, como si se hubiera estado preparando para este momento pero aún así no se sintiera listo para enfrentarlo. Su rostro se tensó ligeramente, y una pequeña arruga apareció entre sus cejas.

—¿Y qué piensas? —preguntó con cautela, su voz sonaba un poco nerviosa. Estaba claro que mi declaración había provocado una mezcla de emociones en él, y esperaba ansiosamente mi respuesta.

—Esta muy linda y me encantó la redacción, pero... —muerdo mi labio inferior con fuerza pensando en las palabras correctas para expresarme—.Yo no siento lo mismo por ti, Eric.

Su rostro se mantuvo neutral por unos segundos, hasta que observé cómo sus ojos se oscurecieron más de lo habitual, como si mis palabras le hubieran provocado un golpe directo a su corazón. Tomó un suspiro tembloroso y desvió la mirada por un momento, procesando todavía mis palabras.

Poliamor [ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora