ADVERTENCIA DE SPOILERS, LEER SI SE HA LEÍDO DMV PARA EVITAR CONFUSION. SI ES ASÍ CONTINUAR CON LA LECTURA MI VAMPILOVERS 🖤
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Saga Vampire Darks presenta 🍷“FAMILIA VALENTAINS” 🍷
—Nuestros anillos no han brillado por la conexión con nuestra descendencia —le comenta Aylin con preocupación al ver su propio anillo mejorado en su dedo anular.
—Porque no están en malditos problemas Ayline.
Darren le da la espalda mientras se coloca la camisa negra, termina por abotonar cada botón y doblar las mangas hasta sus codos. Después prosigue con el pantalón y los zapatos negros. Aquellos gustos por el color negro no han cambiado en el vampiro.
—¿Ni un recado a sus creadores? —él gira a verla y en segundos se encuentra detrás suyo, sus fríos dedos rozan su espalda descubierta mientras busca el cierre y al encontrarlo lo sube como ambos tirantes de su vestido color negro. Aylin ignora su tacto y acción y agrega sin verlo —Meses sin saber de ellos y ni Darel o Ana Liz de nosotros.
—Deja de preocuparte bonita —le susurra Darren al oído mientras su mano sube a su cuello y aparta un poco su cabello notando las marcas de sus colmillos en su piel que no piensa borrar.
—Dary, no me pidas que deje de preocuparme por ellos, son mis hijos —molesta Aylin se levanta, se reacomoda su vestido y se da la vuelta cruzandose de brazos— Nunca dejaré de pensar en ambos.
—Preferencia a tú descendencia.
—Es nuestra descendencia, Darren.
El vampiro gruñe y con la misma velocidad aparece de pie del otro lado de la cama. Ambos frente a frente.
—¿No los extrañas?
—Estoy mejor sin ellos —él imita su acción cruzandose de brazos— contigo nada más Ayline.
Ella baja sus brazos y rodea la cama. Aún descalza se detiene frente a él sin importarle la diferencia de altura y esa fingida frialdad.
—Puedes fingir todo lo que quieras —Aylin sitúa su mano en su brazo y anula la distancia— pero te importan tanto como a mi.
—Importarme unos malditos malagradecidos —masculla entre dientes dejando crecer sus colmillos.
—Darren, estás hablando de tus hijos —él niega varias veces y se suelta de su agarre. Prosigue a salir al balcón de aquella hospedada habitación en un hotel. Aunque la altura y panorama sea distinto se dedica a observar con detenimiento a su alrededor.
—Fueron claros Ayline, Lizbeth no nos necesita y mucho menos, Darel.
Ella al escucharlo lo sigue y termina por salir sin afectarle la claridad de un nuevo día.
—Los visitamos en un mal momento. Fuimos al Castillo desde hace tres meses.
