Capítulo 9 - Confusión y Deseos Ocultos

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La noche del ritual había sido un torbellino de emociones

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La noche del ritual había sido un torbellino de emociones. A la luz de la hoguera, con la música y las risas llenando el aire, me sentí parte de algo más grande por primera vez en mucho tiempo. La mayoría de los miembros de la manada me recibieron con los brazos abiertos, excepto Becca. Ella parecía tener algo personal contra mí, probablemente porque pensaba que estaba aquí para quitarle a Gareth. Aunque, sinceramente, no tenía ni idea de lo que había entre ellos.

Después del ritual, James se acercó a mí. Charlamos durante un buen rato, y fue agradable, una distracción bienvenida de los pensamientos confusos que Gareth siempre provocaba en mí. Pero no pasó mucho tiempo antes de que notara la mirada de Gareth, sus ojos fijos en nosotros con una intensidad que no pude ignorar. Quiso venir hacia nosotros, claramente molesto, pero Becca lo detuvo, tomándolo del brazo. Los vi alejarse juntos, y no pude evitar sentirme inquieta.

Cuando regresé a la casa, albergaba la esperanza de encontrar a Gareth esperándome, pero solo estaban Jacob y Agatha. Jacob me felicitó por el ritual y me informó que los entrenamientos comenzarían el lunes. Su aprobación me llenó de una satisfacción silenciosa. Finalmente, iba a tener la oportunidad de mejorar, de demostrar mi valía.

El día siguiente amaneció hermoso. Me desperté tarde y bajé a la cocina en busca de desayuno. Mientras descendía las escaleras, el familiar aroma a vainilla llenó el aire, revelando la presencia de Gareth. Fingí no notar su mirada fija mientras me dirigía al refrigerador y sacaba la leche para mi cereal.

—Se siente tan bien cuando no estás en la casa —dije con tono burlón mientras vertía la leche en mi tazón—. Si quieres, puedes dormir afuera todas las noches.

Gareth no respondió de inmediato, pero pude sentir la intensidad de su mirada clavada en mí.

—No tienes por qué estar celosa, Stella —dijo finalmente, su voz baja y cargada de una extraña suavidad—. La única mujer que está en mi mente todo el tiempo eres tú.

Mis manos temblaron y la leche se derramó fuera del tazón. Sus palabras hicieron que todo mi cuerpo se electrizara.

—No mientas —respondí, tratando de sonar indiferente—. Todo el mundo sabe que te la pasas con Becca. Pero no me importa. Hacen una linda pareja, los dos están locos.

Me senté y comencé a comer mi cereal, tratando de ignorar el calor que subía por mis mejillas.

—Aunque no quieras admitirlo, estás celosa —continuó Gareth, acercándose hasta que su aliento cálido rozó mi oído—. Pero no tienes que sentir celos de Becca. Eres la única que me importa.

Sus palabras y su cercanía hicieron que todo mi cuerpo se estremeciera.

—Eso no es cierto —dije, empujándolo con el brazo—. Me pongo nerviosa porque me das miedo.

Gareth no retrocedió. De hecho, se inclinó más cerca, su voz un susurro oscuro y seductor.

—¿En serio te doy miedo, Stella? —susurró—. Entonces, ¿por qué vives aquí conmigo?

Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora